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Nacional

Alfonso Romo logró disipar temor sobre López Obrador

El cabildeo del empresario con sus colegas hizo que el tabasqueño ganara la votación presidencial en Nuevo León, Coahuila, San Luis Potosí y Tamaulipas, entre otros estados norteños

Arturo Páramo | 08-07-2018
Ilustración: Horacio Sierra

CIUDAD DE MÉXICO.

Es una historia que Alfonso Romo cuenta como uno de los momentos de inflexión de su vida.

La primera ocasión que llegó al departamento de Andrés Manuel López Obrador, a invitación de Mario Delgado, en la zona de Copilco, libros sobre su abuelo Francisco I. Madero descansaban en un librero.

Pensó que era una jugada barata del tabasqueño, en ese entonces ávido de hacer “click” con el sector empresarial, y que quería impresionarlo.

De ese momento al actual hay una distancia abismal, pues Romo podría ser uno de los personajes más importantes de  la administración de López Obrador, a inaugurarse el 1 de diciembre próximo.

Quienes trabajaron con Romo en la campaña saben que este empresario regiomontano hace honor a la gente del norte: es un trabajador incansable y ve oportunidades donde los demás ven sólo adversidades insalvables.

No ha descansado y su trabajo ha sido importantísimo”, dijo Ricardo Monreal, encargado personal de López Obrador en el norte del país.

Romo encabezó las administraciones y consejos de Seminis (dedicada a la mejora de semillas y que fue vendida con una ganancia), Cigarrera La Moderna y la aseguradora Comercial América, todas ellas liquidadas o vendidas y que lo convirtieron en un hombre con importantes recursos para invertir en investigaciones sobre generación de tejidos humanos en cerdos.

Ese campo de la genética cercano a la ciencia ficción ha sido su afición desde entonces: Cómo decodificar el genoma de un ser vivo y transformarlo hasta hacerlo crecer y que tenga vida propia.

VIDA AGITADA

Alfonso Romo nació en 1950 en la Ciudad de México, estudió la universidad en el Tecnológico de Monterrey y se consolidó al paso de los años como uno de los empresarios más importantes del mundo en el sector del mejoramiento de semillas.

Fue hacia 2011, cuando buscaba nuevos horizontes, que recibió la invitación de Mario Delgado, entonces funcionario del gobierno de la Ciudad de México, para conocer a López Obrador en su departamento del sur de la ciudad.

Resultó que los libros sobre su abuelo, precursor de la Revolución Mexicana, estaban a la vista porque Beatriz, esposa del tabasqueño, estaba escribiendo un libro sobre el “Mártir de la Democracia”.

Tras una larga plática, López Obrador logró sembrar la semilla que creció en Romo. El reto era cabildear la figura del exjefe de gobierno de la Ciudad de México entre el empresariado nacional que hasta entonces veían con recelo e incluso con abierto rechazo al tabasqueño.

A partir de ese momento, Romo vio potencial en esta nueva oportunidad.

Para Ricardo Monreal, a quien López Obrador encargó tejer alianza en el norte del país, el trabajo de Romo ha sido uno de los motivos por los que el político tabasqueño logró ganar la votación presidencial en Nuevo León, Coahuila, San Luis Potosí y Tamaulipas, entre otros estados norteños, algo impensado en 2006 y 2012.

Romo se sentó con colegas empresarios, con miembros de cámaras, con sectores industriales, con universitarios, con colegios de profesionistas, y con todos aquellos que tenían temor de que sus capitales estuvieron en juego con una victoria de López Obrador.

El impulso que Romo dio a la campaña presidencial fue impresionante, espectacular. Abrió camino, y gracias a él estamos donde estamos”, afirmó Monreal, encargado personal de López Obrador para promover el voto en los estados del norte.

MOMENTOS CRUCIALES

Hubo momentos en la campaña que marcaron la dimensión en la campaña de López Obrador de este hombre de mediana estatura y que tiene un ligero parecido con su abuelo revolucionario.

La participación de López Obrador en la Pasarela Tec de candidatos presidenciales, en el campus Monterrey, fue un éxito y tras ese encuentro con estudiantes, Romo estaba eufórico.

Logró “agotar localidades” y romper la supuesta barrera que el candidato presidencial tenía con el sector juvenil del Tecnológico.

Romo dijo a Excélsior que esa reunión marcaría un punto de inflexión de la campaña.

El 23 de junio, también en Monterrey, en su cierre de campaña en esa ciudad, López Obrador consultó a la asamblea reunida frente al Palacio de Gobierno si consideraban que Romo sería un adecuado titular de la oficina de la Presidencia, obteniendo una respuesta unánime.

Romo tuvo, sin embargo, su momento más importante cuando tras varios supuestos desencuentros con empresarios, López Obrador tuvo una reunión de trabajo con el Consejo Coordinador Empresarial el pasado miércoles 4 de julio, en donde ambas partes se expresaron confianza plena.

La cereza en el pastel fue el video publicado apenas el pasado jueves 5 en el que los empresarios más importantes del país le externaron su apoyo al ya virtual presidente electo.

Entre ellos estaba Claudio X. González, a quien López Obrador calificaba como uno de los miembros de “la mafia del poder”.

La tarde en que Romo salió del departamento de López Obrador tal vez ya tenía en mente que aquel personaje contaba con suficiente potencial para reventar, crecer y convertirse en algo grande. Como las semillas.

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