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Nacional

Airbnb, o cómo la economía colaborativa puede beneficiar a una ciudad

En la actualidad su alcance se ha extendido a todos los sectores de consumo de la economía, desde el transporte hasta las finanzas e incluso el alojamiento

Redacción | 01-06-2018
mujer buscando donde vacacionar airbnb
De acuerdo con el estudio “Airbnb en la Ciudad de México”, elaborado por Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), los efectos económicos reales y potenciales de esta plataforma son esencialmente dos: extender los beneficios económicos del turismo y reducir la brecha salarial.

CIUDAD DE MÉXICO.

Para hablar de economía colaborativa, primero debemos comprender a qué se refiere el término. De acuerdo con un análisis elaborado por Deloitte Insights(1), se trata de una práctica cada vez más común entre los consumidores, en la que unos a otros se brindan un servicio, de manera directa, sin necesidad de recurrir a empresas, y en el que pagan por consumir o utilizar bienes, en lugar de poseerlos.

En la actualidad, como refiere el documento, su alcance se ha extendido a todos los sectores de consumo de la economía, desde el transporte hasta las finanzas e incluso el alojamiento.

En esta ocasión, analizaremos el impacto que la plataforma de economía colaborativa más grande del sector de alojamiento, Airbnb, ha generado en la vida económica de los habitantes de la capital del país.

De acuerdo con el estudio “Airbnb en la Ciudad de México”, elaborado por Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), los efectos económicos reales y potenciales de esta plataforma son esencialmente dos: extender los beneficios económicos del turismo y reducir la brecha salarial.

Pero, ¿cómo logra esto la plataforma? En el primer caso, a pesar de que el uso de esta aplicación no genera directamente un incremento en el número de empleos, como lo hace el sector hotelero, sí incentiva el gasto que los visitantes realizan en diversas zonas de la ciudad.

Según el análisis del IMCO, en la Ciudad de México, el gasto diario promedio de un visitante es de 1,623 pesos y, de esta cantidad, el visitante gasta 44% en el vecindario de estancia.

Tomando en cuenta que las plataformas de economía colaborativa como Airbnb incentivan estancias más largas y que los visitantes internacionales tienden a gastar más que los nacionales, el efecto que tiene el uso de esta plataforma en las zonas de la capital en las que está funcionando es significativo al impulsar la actividad de las economías locales.

En lo que se refiere a “reducir la brecha salarial”, el estudio muestra que la colocación de bienes en plataformas como Airbnb puede representar una importante fuente de ingresos para los dueños de los inmuebles.

Para llegar a esta conclusión, se tomó información proporcionada por la misma plataforma sobre el ingreso de los anfitriones y los resultados de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH), elaborado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

El área de exploración en la que se enfocó la investigación fueron las cuatro delegaciones en las que se concentra la operación de Airbnb, plataforma que, desde 2011, ha registrado un crecimiento constante en la ciudad: Cuauhtémoc, Miguel Hidalgo, Benito Juárez y Coyoacán.

Al comparar el ingreso anual estimado de los anfitriones de Airbnb en estas cuatro delegaciones con el ingreso promedio de los hogares, se encontró que los ingresos de los primeros resultaron notablemente altos en comparación con el total del ingreso promedio anual de cada hogar medido en la ENIGH, incluso cuando el anuncio era una habitación privada o compartida.

Por ejemplo, en la delegación Cuauhtémoc, el ingreso de los anfitriones de Airbnb representó incluso el 22% del ingreso promedio anual, y en la delegación Benito Juárez, el 10 % del ingreso promedio, porcentajes que sin duda resultan significativos.

Conocer estos datos, como precisa el estudio, más allá de permitirnos descubrir el impacto real que el uso de estas plataformas tiene en la economía de la ciudad, también puede ayudar a las autoridades a mejorar el diseño y la implementación de políticas públicas, así como de servicios públicos que beneficien y protejan los intereses a largo plazo de todos los actores.

Y es que si bien en la Ciudad de México ya se dio un primer paso hacia la regulación de esta plataforma –convirtiéndose, en junio de 2017, en la primera ciudad en América Latina en cobrar un impuesto del 3 % por alojamiento en cada reserva vía Airbnb– aún queda mucho por recorrer, al menos en lo que se refiere al desarrollo de un marco legal para su correcto funcionamiento, como concluye el propio IMCO.

 (1). “Big companies now have a hand in the collaborative economy”, Deloitte Insights.

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