A casi un año de la inauguración del AIFA, estos fueron los retos

El día que arrancó la construcción del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), el 17 de octubre de 2019, el Grupo de Ingenieros Militares del Ejército Mexicano, encabezado por el general Gustavo Ricardo Vallejo Suárez, aceptó el reto de adelantar un mes la fecha de entrega.

“Estaba haciendo la cuenta y vamos a estar inaugurando este nuevo aeropuerto en abril de 2022; si ya andamos en esto, yo le voy a pedir al general Vallejo que procuremos inaugurarlo el 21 de marzo de 2022”, fue la petición que realizó, entonces, el presidente Andrés Manuel López Obrador.

A lo largo de 2 años y cinco meses, en 48 frentes de obra, la construcción de la terminal aérea implicó el reto de reubicar las instalaciones de la Base Aérea Militar número 1, de Santa Lucía, así como diferentes cuarteles e instalaciones del Campo Militar 37-D.

Para abrir espacio al AIFA, se reconstruyeron unidades habitacionales, cuarteles de grupos del Ejército, Policía Militar y Fuerzas Especiales, así como de la Escuela Militar de Materiales de Guerra.

Con una inversión de 74 mil 535 millones, el AIFA está formado por un edificio terminal para vuelos nacionales e internacionales con 28 posiciones de contacto con puente de abordaje, cinco posiciones de contacto en plataforma y 12 posiciones remotas, para un total de 45 posiciones de embarque.

El diseño de la terminal incluye conceptos de arquitectura típica mexicana y baños temáticos, dedicados a temas de la cultura mexicana, como el cine mexicano, la lucha libre y personajes como Roberto Gómez Bolaños “Chespirito”, lo que generó polémica.

Museos

Las excavaciones para la construcción del AIFA llevaron al hallazgo de osamentas de diferentes especies prehistóricas, principalmente mamuts, lo que llevó a que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) instalara un laboratorio, junto al museo que se edificó para su exhibición permanente.

En el interior del Campo Militar 37-D se encontraba la estación de ferrocarriles de Santa Lucía, que con el tiempo se transformó en un cementerio de máquinas y vagones.

Algunas piezas fueron rescatadas para instalar el museo del Tren Presidente Olivo y al Ferrocarril Mexicano, que incluye una cafetería, biblioteca con internet y vagones reconstruidos para conocer la experiencia de un viaje en tren.

Con motivo de la reubicación de la Base Aérea Militar número 1, en sus instalaciones se construyó el Museo Militar de Aviación “Teniente Piloto Aviador José Espinosa Fuentes”, un espacio en donde se muestran 47 aeronaves con la historia de la Fuerza Aérea Mexicana.

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jcp