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La Reina de Platino, Isabel II de Inglaterra, capítulo 3: Entre deberes y escándalos

Sin duda una de las grandes preocupaciones para Lilibeth ha sido su hijo Carlos el príncipe de Gales, de carácter débil, blandengue, pero sobre todo sin lo necesario para llenar la corona

Francisco Zea | 09-02-2022

La reina Isabel tuvo cuatro hijos de su relación con Felipe de Edimburgo, tres hombres Carlos, Andres y Eduardo y una mujer Ana.

Carlos y Ana nacieron antes de su coronación como reina,  mientras que Andrés y Eduardo llegaron al mundo cuando Isabel ya estaba en el trono.

Sin embargo, la desgracia de los Windsor es que  la reina de Inglaterra siempre puso sus deberes como monarca por encima de la familia.

 

 

Carlos Felipe Arturo Jorge,  Su primogénito y primero en la línea de sucesión de la corona británica, nació el 14 de noviembre de 1948, dos años después el 15 de agosto de 1950 nace la única mujer de la pareja real Ana, casi 10 años después nace Andres el 19 de febrero de 1960 y finalmente el 10 de marzo de 1964 nació Eduardo.

Sin duda una de las grandes preocupaciones para Lilibeth ha sido su hijo Carlos el príncipe de Gales, de carácter débil, blandengue, pero sobre todo sin lo necesario para llenar la corona que pesa sobre su cabeza, causo una gran cantidad de enfrentamientos entre Isabel y Felipe. 

Su madre trataba de arropar al imberbe príncipe mientras su padre se desesperaba con su nula destreza física; una de las grandes pasiones de su padre era volar, en 44 años acumulo 5 mil 986 horas de vuelo en 59  tipos diferentes de aviones, pero al pequeño Carlos esta actividad le causa pavor y nunca lo disfruto al lado de su padre.

Para nadie ha sido un secreto las fallidas relaciones amorosas de Carlos, las cuales representaron un dolor de cabeza para la reina que cumple 70 años en el trono. Primero su relación con la polémica Camila Parker Bowles una mujer que en ese momento tenía mala fama entre la sociedad inglesa, salía con otro hombre, una relación que jugaba con los sentimientos del joven Carlos. Posteriormente los ingleses atestiguaron con júbilo el inicio del cortejo de Carlos con Diana Frances Spencer. Esta unión tuvo la aprobación de la reina quien además se enganchó con la ilusión de sus súbditos y la historia de un amor eterno, que sirvió para dar oxígeno a una monarquía que se sentían lejana y decrepita.

La boda del siglo se llevó a cabo el 29 de julio de 1981. Esta historia de cuento de hadas de la vida real, tuvo un costo, si lo calculamos en precios actuales de 150 millones de euros, los cuales sin duda fueron la mejor inversión de la corona ya que impulso la popularidad de Isabel II.

Pero el cuento no tuvo el clásico “vivieron felices para siempre” y se convirtio en una historia de terror, después de muchos rumores de romances extra maritales  de Lady Di y de encuentros entre Carlos y Camila su  eterna amante y hoy esposa, el matrimono entre ellos  llego a su fin, generando una de las mayores crisis en el reinado de Isabel II la cual se convirtió en hecatombe con la controvertida muerte de Diana.

El 24 de noviembre de 1992, la reina Isabel II pronunció un discurso para conmemorar cuatro décadas en el trono, el cual es memorable por la frase que usó en latin “annus horribilis”, es decir un año horrible, un año que la reina quisiera borrar de la historia de la corona, en el que se dieron varios eventos terribles para la monarquía pues al parecer los hijos de Isabel y Felipe se pusieron de acuerdo para terminar con sus matrimonios, Carlos y Diana se separan, el príncipe Andres y Sarah Ferguson ponen fin a su matrimonio al igual que la Princesa Ana de Andrew Morton, la monarquia inglesa se quedó sin amor. Para cerrar ese año de terror sale a la venta la explosiva biografia de Diana dejando a la luz muchos eventos que no le favorecen a la corona pero si esto no fuera suficiente, un incendio devastador consume un parte del castillo de Windsor, que posteriomente se reparó con millones de las arcas públicas. 

Tras el divorcio de Carlos y Diana en 1996, este continuo su romance con Camila Parker Bowels, meses después se hizo público un romance entre Diana y Doodi Al Fayed hijo del multimillonario y paradójicamente dueño de Harrods, tienda departamental por excelencia de la corona.

Trascendió según lo escrito por Gordon Thomas en su libro: “El Mossad, la historia secreta.” Que habría llegado a manos del poderoso Servicio Secreto de su majestad mejor conocido como MI6, una intercepción de comunicación entre Doddi y Diana en donde esta le informaba de su embarazo. Esto traía como consecuencia que el medio hermano de William, el  heredero al trono y por ende jefe máximo de la iglesia anglicana seria musulmán. A partir de este momento todas son especulaciones que afectan específicamente a Isabel II, a quien muchos quizá de forma irresponsable acusaron de ordenar la muerte de Diana mediante un operativo de agentes encubiertos que se mezclaron con “paparazzis” en el hotel Ritz de Paris como lo narra Thomas en su libro, en base al  testimonio de un ex agente israelí. La muerte de la lady D se habría consumado al deslumbrar al conductor de la Berlina M600 de Mercedez en el túnel del  puente de las Almas de la capital francesa la madrugada del 31 de agosto de 1997. 

Todo lo demás que acontecería con la muerte de Lady Di seria también de desaciertos para la familia real por la insensibilidad que mostro Isabel II sobre la muerte de la reina de corazones de los británicos, como por ejemplo, haberse negado a poner a media hasta la bandera del palacio de Buckingham y que hasta después de una gran presión social y mediatica tuvo que salir a dar un mensaje a la nación y al mundo en el que se presentaría como reina y abuela.

No menos impactante para el reinado de Lilibeth fue la crisis matrimonial de su hijo Andrés y Sarah Ferguson. Un matrimonio que duró 10 años,  realizado el 23 de julio de 1986, se saltó todos los protocolos de la monarquía cuando  los recién casados se besaron en el balcón del Palacio de  Buckingham causando la molestia de la reina,   ambos confesaron después que fue un acto de rebeldía. El amor se desvaneció cuando él tenía que estar constantemente en el servicio de la Marina Real y ella era vista con otros hombres, lo que los llevó a separarse en marzo de 1996

Cinco meses después, en agosto Sarah apareció  fotografiada en Top Less mientras su nueva pareja  le besaba los pies,  en un hecho sin precedente para los Windsor  e inapropiado para la monarquía, que concretó su divorcio ese mismo año.

Actualmente el escándalo que enfrenta la reina Isabel a sus 90 años y con 70 años de reinado son las acusaciones de  violación en contra de su hijo Andrés, por parte de Virginia Giuffre, parte de la trama de pedofilia de Jeffrey Epstein, la cual ha sido matizada por la apasionada defensa de Sarah a su ex marido con el que ahora se le ha visto llegar al castillo escoces de Balmoral y por el silencio de la reina de quien dicen es el hijo favorito a quien le ha retirado todos los títulos.

Por supuesto que la soberana también ha sufrido con sus otros hijos, por ejemplo, Ana la contrario siendo el primer miembro de la familia real al participar en los Olímpicos de Montreal 1976. Pero además en ese horrible año de 1996 se divorció del padre de sus hijos el capitán Mark Phillips y se casó con el Vicealmirante  Timothy Laurence, un edecán  de su madre, repitiendo en parte la historia que tanto lastimo a la hermana de la monarca la princesa Margarita.

Quien al parecer no vive del estruendo  es el príncipe Eduardo, incluso se dice que es tan lejana la relación, que su madre en una ocasión olvido el cumpleaños de su hijo, Se sentaron juntos a desayunar y no lo felicito, no le dio regalos, paso como un día normal, hasta que un ayudante de la reina le recordó la fecha, y solo entonces  lo llamo por telefono y le hizo llegar un regalo, dicen que el hijo menor crecio en completa soledad eclipsado por sus hermanos, y quizá por esta razón Eduardo, El décimo cuarto  en la línea de sucesión, nombrado  Conde y no Duque como el resto de sus hermanos, aunque se especula que tras la muerte de su padre podría heredar su título de Duque de Edimburgo… es el hijo callado de la reina  y el  que menos dolores de cabeza le causa a Isabel 

 

 

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