La junta militar de Birmania continúa bombardeos a pesar del terremoto

Diversos organismos internacionales han instado a la comunidad global a intensificar la presión sobre la junta militar para que permita el acceso de ayuda humanitaria y detenga sus ataques.

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La junta militar de Birmania continúa bombardeos a pesar del terremoto

El reciente terremoto de magnitud 7.7 que sacudió Birmania, también conocida como Myanmar, dejó un saldo trágico de más de mil 640 muertos y cientos de heridos, según reportes de la BBC.

Sin embargo, a pesar de la devastación, la junta militar que controla el país no ha detenido sus bombardeos en varias regiones, lo que ha generado una fuerte condena internacional.

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Daños y consecuencias del terremoto

El sismo, registrado en la región de Sagaing, considerada el epicentro del desastre, provocó el colapso de viviendas, templos y otras infraestructuras.

Según informes locales, miles de personas han quedado sin hogar, y las labores de rescate continúan en medio de un panorama desolador. Equipos de emergencia trabajan contrarreloj para buscar sobrevivientes entre los escombros, aunque la magnitud del desastre ha desbordado las capacidades locales.

Las zonas más afectadas incluyen no solo Sagaing, sino también áreas cercanas a la frontera con Tailandia y el estado de Chin, donde se reportan cientos de desaparecidos. Las comunicaciones en algunas de estas zonas están interrumpidas, lo que dificulta la llegada de ayuda humanitaria.

Bombardeos en medio de la tragedia

A pesar de la crisis humanitaria, la junta militar no ha cesado sus operaciones aéreas. Grupos rebeldes pro-democracia denuncian que los bombardeos continúan incluso en las zonas más afectadas por el terremoto, lo que pone en grave riesgo a los civiles que intentan salvarse de los escombros.

El Gobierno de Unidad Nacional (NUG), que representa al gobierno civil derrocado en 2021, anunció que sus fuerzas armadas pausarían sus operaciones ofensivas por dos semanas en las zonas afectadas por el sismo, salvo en casos de defensa. Esta decisión busca permitir que la ayuda humanitaria fluya sin obstáculos y que las labores de rescate puedan continuar de manera segura.

Condena internacional

El Relator Especial de la ONU, Tom Andrews, calificó la situación como “totalmente inaceptable y escandalosa”, al señalar que es “increíble” que la junta siga lanzando bombas mientras se intenta salvar vidas. En una entrevista con la BBC, Andrews afirmó que esta crisis “requiere de presión internacional” para que la junta detenga sus operaciones militares y deje de poner en peligro a los civiles.

“Cualquiera que tenga influencia sobre la junta debe hacer sentir su presión y dejar claro que esto no es aceptable“, agregó Andrews, haciendo un llamado directo a detener cualquier operación militar en el país.

Bloqueo de ayuda humanitaria

Además de los bombardeos, organizaciones internacionales han expresado su preocupación por el uso de la ayuda humanitaria como un arma de guerra. Según Andrews, la junta ha bloqueado el paso de la ayuda en el pasado y ha arrestado a trabajadores humanitarios que intentaban ingresar a las zonas controladas por grupos de resistencia.

“La junta no revela la verdad sobre los desastres y bloquea la ayuda en áreas controladas por los grupos de resistencia”, denunció Andrews. Esta práctica pone en riesgo la vida de miles de personas que dependen de suministros esenciales para sobrevivir tras la catástrofe.

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Acciones y llamado a la comunidad internacional

Diversos organismos internacionales han instado a la comunidad global a intensificar la presión sobre la junta militar para que permita el acceso de ayuda humanitaria y detenga sus ataques. La crisis humanitaria que atraviesa Birmania exige una respuesta coordinada que garantice la seguridad de la población civil y facilite la recuperación de las zonas devastadas por el terremoto.

En medio de esta tragedia, la población de Birmania enfrenta no solo las secuelas de un desastre natural, sino también la violencia continua que agrava la situación. La comunidad internacional sigue observando de cerca, exigiendo un alto al fuego y el respeto a los derechos humanos en la región.

Con información de aFP.

ORP