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Carrera contrarreloj para desarrollar vacuna

Nueve ensayos clínicos están respaldados a escala internacional, los más prometedores son el británico, de la farmacéutica AstraZeneca, y el de Rusia, que ya registró su primera vacuna, la Sputnik V

Ilian Cedeño | 23-09-2020
Arte: Erick Zepeda

CIUDAD DE MÉXICO.

Cuando México inició el confinamiento para prevenir contagios de coronavirus, la carrera para desarrollar una vacuna contra covid-19 ya estaba en marcha. A seis meses de ello, 172 países participan en ensayos clínicos de casi 200 vacunas.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), de las farmacéuticas que participan en el Mecanismo de Acceso Mundial a las Vacunas contra covid‑19 (Mecanismo Covax), nueve son respaldadas por la Coalición para la Promoción de Innovaciones en pro de la Preparación ante Epidemias:

Inovio (Estados Unidos-fase I/II), Moderna (EU-fase III), CureVac (Alemania-fase I), Instituto Pasteur/Merck/Themis (Francia/EU/Austria-fase preclínica), AstraZeneca/Universidad de Oxford (Reino Unido-fase III), Universidad de Hong Kong (China-fase preclínica), Novavax (EU-fase I/II), Clover Biopharmaceuticals (China-fase I) y Universidad de Queensland/CSL (Australia-fase I).

La carrera por tener una vacuna sumó a muchas farmacéuticas que tienen que cumplir con las tres fases, la I, que es con decenas de individuos; la II, que es con cientos, y la III que es sobre estudios aleatorios en miles de individuos; acelerar este proceso puede traer errores”, comentó a Excélsior el doctor Edwin Contreras Sánchez, jefe de Salud de la Infancia y la Adolescencia de la Subdirección de Epidemiología del Instituto de Salud del Estado de México.

De las más prometedoras, la que realizan AstraZeneca y la Universidad de Oxford, llamada AZ1222, se está probando en miles de personas, pero el 8 de septiembre el ensayo fue suspendido debido a la detección de una “enfermedad inexplicable” en uno de los voluntarios británicos. “No es inusual que se detengan las pruebas de una vacuna para corroborar su seguridad”, recordó entonces la OMS.

Al detenerse una prueba se deben identificar las características físicas que presentó la reacción adversa, para evitar que sea una reacción que se presente en más individuos”, afirmó el doctor Contreras Sánchez, encargado del Programa de Vacunación del Estado de México.

El ensayo fue reanudado una semana después de que el 11 de septiembre, con base en la revisión de un comité científico, se determinó que la enfermedad identificada “no está relacionada con la vacuna”. Esta semana, una segunda persona sufrió una reacción adversa.

Paralelo a los trabajos de las farmacéuticas antes mencionadas, el Instituto Gamaleya de Moscú y el Fondo de Inversión Directa de Rusia hacían lo propio y el 11 de agosto pasado el presidente Vladimir Putin anunció el registro de Sputnik V, la primera de dos vacunas de esa nación. Hace dos semanas, entró a la fase III y el 15 de septiembre informaron fiebre y dolores musculares como reacciones secundarias. De ésta, México acordó la recepción de más de 30 millones de dosis.

La vacuna rusa ha mostrado efectividad. Ellos ya tenían estudios de diferentes patologías relacionadas y por ello pudieron identificar plenamente las siete mutaciones del coronavirus”, agregó el doctor Contreras Sánchez.

 

LOS PAÍSES QUE CANTAN VICTORIA

Desde que la OMS dio cuenta de la aparición del nuevo coronavirus, ocho naciones se han librado de la enfermedad  y uno afectado ya cantó victoria.

Palaos, Micronesia, Islas Marshall, Nauru, Kiribati, Islas Salomón, Tuvalu y Samoa son los países sin contagios.

En junio pasado, la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, anunció que el país estaba libre de coronavirus, luego de dos semanas sin ningún caso confirmado.

Hasta ese momento, reportaban mil 800 casos y 25 muertos.

La primera ministra destacó que el control se debió a la política implementada con base en una cuarentena nacional que duró cuatro semanas, en la que ningún habitante podía salir de su casa más que para comprar víveres o medicinas, y el rastreo de contactos desde la confirmación del primer caso, el 28 de febrero.

La ciencia y el liderazgo deben ir de la mano”, le dijo a la cadena BBC el profesor Michael Baker, de la Universidad de Otago y quien asesoró a Nueva Zelanda en la estrategia de “eliminación”.

— De la Redacción

 

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Expertos buscan el tratamiento más adecuado

El covid-19, la enfermedad que provoca el virus SARS-CoV-2, aún no tiene cura. Sin embargo, médicos de todo el mundo utilizan diversos medicamentos para mitigar los síntomas, evitar que se agrave la condición de los pacientes o el tiempo de estancia en cuidados intensivos.

Ningún tratamiento ha sido completamente potencial para ser usado como un cambiador en el curso de la enfermedad contra covid”, afirmó a Excélsior el doctor Jorge Baruch, vocero de la Comisión de Expertos de la UNAM ante la Emergencia de Covid-19.

A nueve meses del registro del nuevo coronavirus, existen más de 70 candidatos de medicamentos para tratamientos, detalló en entrevista telefónica el también jefe de la Clínica del Viajero de la casa de estudios.

Estos fármacos están divididos en siete grandes grupos: antivirales, interferones, antiparasitarios, anticuerpos monoclonales, antiácidos, plasma y esteroides.

Entre ellos, dos fármacos muestran evidencia prometedora: el antiviral remdesivir y el esteroide dexametasona.

De acuerdo con el monitoreo de tratamientos y medicamentos de The New York Times, estas dos sustancias sugieren efectividad, pero se requiere más investigación. En esta categoría hay mejoras en la mortalidad en al menos un ensayo aleatorio.

El remdesivir ha mostrado que puede reducir el tiempo de recuperación de pacientes hospitalizados de 15 a 11 días. Mientras que la dexametasona redujo las muertes en pacientes graves.

Para el caso de los anticuerpos monoclonales (plasma convaleciente) aún es insuficiente la evidencia para este tipo de tratamiento, explicó Baruch. Las empresas Eli Lilly y Regeneron comenzaron ensayos clínicos con este tipo de sustancias.

Según el diario estadunidense, hay además 12 tratamientos con evidencia contradictoria, con lo que se requieren más estudios para verificar su posible efectividad.

Actualmente, se utilizan medicamentos que ya existían, pero para crear una nueva sustancia, el tiempo de desarrollo es mayor al desarrollo de una vacuna, subrayó el experto.

El tiempo de desarrollo de una nueva sustancia es superior al desarrollo de una vacuna. Es un trabajo más difícil”, concluyó.

- Verónica Mondragón

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