Travis, talento visible
El cuarteto escocés se reencontró con su público mexicano en una noche de música y amor mutuo

CIUDAD DE MÉXICO.
La puntualidad se hizo presente en el Velódromo Olímpico de la Ciudad de México. Ni bien eran las 8 de la noche y Travis ya estaba lanzando Sing, haciendo vibrar a los asistentes que emocionaron a la banda sobre el escenario.
Francis Healy, voz y guitarra, pronunció un emotivo “Oh, my Gosh”, para luego decir que vinieron para festejar el álbum The Invisible Band, lanzado en 2001. Siguieron sus éxitos Dear Diary y Side.
Recién iniciada la velada, personal de seguridad invitaba a no quedarse en la zona de entrada, molestando a los asistentes, que pedían que se callaran y les dejara escuchar el concierto.
Los teléfonos celulares grababan los primeros acordes de Flowers in the Window, cuando fue detenida a petición de Healy para que se apagaron algunas luces que daban directo a los ojos de los fans más cercanos al escenario y los aplausos no pudieron esperar. Fue una de las canciones más esperadas y más coreadas.
En la primera fila se leía un cartel con la frase “Travis, la más grande banda”, algo que el bajista Dougie Payne agradeció con una sonrisa. Y la energía fue en ascenso, con gritos y aplausos al ritmo de los esperados temas.

No hay cosa más importante que estar seguros”, dijo el líder de la banda escocesa para arrancar Safe, con la templanza de los cuatro músicos entregados en el ritual musical de más de 7 mil personas, de acuerdo con cifras de los organizadores, que en su mayoría rebasaban los 30 años de edad, bajo un cielo nublado que enmarcó el regreso a México de Travis, luego de presentarse en la décima edición del Corona Capital, en noviembre de 2019.
Francis Healy, voz y guitarra; Dougie Payne, bajo; Andy Dunlop, guitarra, y Neil Primrose, batería, dieron a sus cautivos fanáticos las canciones que hace dos décadas entregaron en The Invisble Band, el tercer material del grupo y con el que se mantuvieron cuatro semanas en el número uno de las listas en el Reino Unido en aquel momento.
Cada una de las más de 7 mil gargantas en el Velódromo Olímpico se entregó una a una en las 20 canciones del concierto, con mayor fuerza en las clásicas Follow the Light, Last Train, Afterglow y A Ghost. La banda hizo una pequeña pausa entre cada una para dedicarle unas palabras a su público mexicano, a quien dijo extrañar durante los tres años de ausencia. Y por la expresión, el sentimiento era recíproco y se reflejó en las pancartas, playeras y ovaciones de “Travis, Travis”.
De entre todos los asistentes llamaban la atención los niños que por primera vez asistieron a un concierto, pero coreaban a Travis con la misma efusividad que sus padres. Las parejas sonreían en complicidad, disfrutaban del momento, se entregaron al regreso de su banda. La noche del viernes, el grupo escocés deleitó a sus fans en Guadalajara, sin importar la lluvia.

“USTEDES REALMENTE NO TIENEN IDEA DE CUÁNTO LOS AMAMOS, MÉXICO”
Hacia el final del concierto, que a decir de los organizadores, tuvo sold out, Healy se tomó unos minutos para agradecer a su público por asistir al concierto, que duró una hora con 45 minutos.
Gracias por estar aquí esta noche, gracias a la gente que está atrás”, pronunció señalando a los más alejados del escenario.
Why Does It Always Rain on Me? y el cover de AC/DC Back to Black coronaron la noche con aplausos y gritos que retumbaron en el lugar, un foro que lució abarrotado a ritmo de la música y que va ganando terreno entre los espacios para conciertos en el regreso de los espectáculos en vivo luego de la pandemia por covid-19.

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