‘Soy afortunado y agradecido’: Lenny Kravitz
En entrevista con Excélsior, el cantante Lenny Kravitz, sabe de dónde llegan las bendiciones que tiene en su carrera, pues reconoce que hay gente que trabaja mucho y no logra cumplir sus sueños

Desde el último éxito de Batman con su hija Zoë como Catwoman, Lenny Kravitz impone el apellido en el mundo del cine, pero él también es noticia en Hollywood, desde que la canción Road To Freedom, de la producción de Netflix Rustin, lo dejó en el camino de la competencia del Oscar, aunque quedó nominado el protagonista Colman Domingo. Después de haber figurado en la resumida lista de las posibles canciones nominadas, tal cual como Dua Lipa con Barbie, Lenny quedó afuera por otras dos canciones favoritas de Barbie (Ryan Gosling con I’m Just Ken y Billie Eilish con What I Was Made For).
¿Te molesta haber quedado fuera del Oscar a pesar de haber estado en la preselección?
Lo bueno de hacer música para el cine es que es para otras personas. No es para mí. Pasa por el personaje, por la visión del director que en este caso es el productor de la música. Yo sólo disfruto el momento dentro del estudio. Vengo componiendo música desde hace años y cuando trabajo para otras personas, la experiencia también es muy diferente.
¿Cómo habrías reaccionado si hubieran mencionado tu nombre al abrir el sobre a Mejor Canción Original en el Oscar?
Amo la vida y sé de donde vienen todas mis bendiciones, más allá de lo difícil que pueda ser el trabajo que hago. Dios me ha dado mucha fuerza y la bendición, porque hay mucha gente que trabaja muy duro y no llega a cumplir sus sueños. Desafortunadamente, el éxito no pasa por ahí. Soy afortunado y soy también un agradecido. Es algo que nunca voy a poder olvidar. Me despierto todos los días completamente agradecido por todo aquello que a veces no nos damos cuenta que logramos. Y este viaje es también muy interesante. Pero creo que estoy en este mundo para aprender y crecer, para representar y amar lo mejor que pueda.

¿Sabías quien fue Rustin para la historia de Estados Unidos?
Justamente lo primero que me sorprendió es lo poco que yo sabía sobre él. Y me molestó bastante, pero fue la chispa que alimentó la llama para que la gente lo conozca, porque yo crecí en una familia donde aprendí mucho sobre los derechos civiles. Mi madre era una de esas personas en los años 60. Y es un verdadero privilegio representarla de la mejor manera. Apenas me senté en el piano, con el primer acorde, terminé componiendo la canción Camino a la libertad (Road to Freedom). Fue una experiencia hermosa, porque antes también había tenido muchas charlas con el director George Wolfe. Era su película y la letra de mi canción necesitaba contar lo que él quería mostrar. La canción recién aparece al final, en los títulos y él tenía ideas muy específicas. Fue muy interesante, porque no sentí que estaba trabajando solo, cuando en general estoy acostumbrado a escribir y producir solo, incluso tocando todos los instrumentos. Fue hermoso.
¿Qué es lo que más te inspiró de Rustin para componer la canción?
El sólo hecho de ser alguien que hizo tanto, sin ser reconocido por la virtud de no ser aceptado en aquel momento. Sabemos todo lo que nos dejó Martin Luther King, el hermoso discurso de la marcha de Washington quedó grabado en nuestros corazones, pero aquí, está la persona que estaba detrás de todo esto. Y yo quería contar esa historia. Quería que todos supieran lo que hizo este hombre.
¿El director te impuso algunas condiciones para incluir en la canción?
Insistía en remarcar el trabajo. Y por eso hay una parte en la letra que dice que hay mucho trabajo por hacer, que estamos en el camino de la libertad, pero todavía hay mucho trabajo por hacer. Es una frase muy importante porque caminamos constantemente por el camino a la libertad. Para eso estamos aquí. Claro que llegamos lejos, pero podemos llegar siempre mucho más lejos. Y de eso se trata el trabajo, nuestro viaje, para continuar el proceso. Ésas son las notas tan importantes para mí.
¿El uso de ciertos instrumentos como el trombón en la canción tiene algún sentido en particular?
El sonido del trombón tiene que ver con los coros de trombones evangelistas. Los usé como un personaje, como el sonido de la fuerza. Investigando, descubrí que hay muchos videos de estos coros de trombones y me inspiraron bastante. Me acuerdo que llamé a un amigo, Trombone Shorty, el músico más increíble que conozco, que incluso había tocado en mi banda cuando yo tenía 17 años. Juntos habíamos ido de gira por el mundo, pero desde aquel entonces hace lo suyo. Y cuando lo llamé para que tocara conmigo, voló especialmente hasta París para grabar su parte, porque yo había pasado ahí el verano. Y fue increíble sentir el movimiento de aquella época, te transporta.
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¿El coro religioso también?
Para la época y por el mensaje, obviamente quise que tuviera las raíces del ritmo blues y la música evangelista. Yo crecí cantando en coros, amo los coros, la música clásica y evangelista. Tienen muchísimo que ver con el sentimiento de aquella época. Sabía que tenía que incluirlo también. Y así lo hice, por toda la belleza y el poder que le agrega a la música.
¿Cómo recuerdas hoy aquella década de los años 60, habiendo nacido en la época de Martín Luther King y Rustin, en medio de la lucha por tanta discriminación racial en Estados Unidos?
Tuve la suerte de crecer en los momentos más increíbles de aquel movimiento. Mi madre y sus amigos fueron pioneros no sólo en el nivel artístico, también a nivel social y político. Es por eso que en la canción yo también digo que estamos aquí para cumplir nuestros sueños. El sueño continúa siendo un sueño, más allá de aquella época. Cada día que respiramos estamos cada vez más cerca de ese sueño. Y la letra de mi canción habla de seguir adelante, con fe, trabajando unidos, caminando hasta lograr la meta en el camino de la libertad. Un camino largo y difícil, un camino que va de generación en generación.
¿Ya habías compuesto música de cine?
Sí, pero nunca había escrito algo especialmente como el tema de una película. Eso fue lo emocionante, porque la película Rustin me encantó. Soy un apasionado del cine. Me encanta. Y fue hermoso hacer algo así, aceptándolo como un verdadero desafío.
¿Qué tan diferente es componer este estilo de música en comparación con una de tus canciones más famosas?
Se necesita mucha más concentración. Muchas veces, cuando usan mi música para el cine no tiene que ser necesariamente específico. Pero esta vez lo fue, en cada palabra, cada sílaba, cada consonante, cada vocal tenía que reflejar el tema de la historia. Fueron tres semanas de ir y venir, todo el tiempo.
¿En qué momento de esas semanas te diste cuenta que habías compuesta una canción para haber sido postulada al Oscar?
Fue como construir una escultura de a poco. Un día escuchas y te das cuenta que ya está lista. Pero yo también trato de alejarme lo más posible de mi música... no sé si tiene sentido. Sé que yo soy el que compone, pero no quiero que mi ego y mis ideas se entrometan. Siento que al apartarme doy permiso que entre la creatividad. Por ahí pasa el éxito. Muchas veces puedo llegar a tener una buena idea que termina en una canción tal cual como la pensé. Y otras veces doy vueltas y vueltas, hasta que termino, sin ser lo que pensaba que iba a hacer. Por ahí es donde creo que la creatividad tiene mucho más permiso para entrar.
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