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Función

Iñárritu comparte experiencias durante Master Class en la UNAM

El director se reunió con estudiantes de cine durante poco más de tres horas y media en las que contó anécdotas, historias y reflexiones sobre las redes sociales. Hoy recibe el grado de doctor honoris causa por parte de la UNAM

Lucero Calderón | 26-09-2019

CIUDAD DE MÉXICO.

El realizador Alejandro González Iñárritu se ha mostrado renuente al uso de las redes sociales (Facebook, Twitter o Instagram) bajo el argumento de que éstas le resultan banales, hacen que los seres humanos dejemos de profundizar o analizar ciertos temas y que los usuarios se conformen con escribir unas cuantas líneas para pensar y/o sentir que están tomando acción ante lo que pasa en el mundo.

No tengo ni voy a tener y me parecen lo más patético del universo. La relación de mi vida personal la tengo con mis hijos y con mis amigos y ¿por qué voy a estar diciendo: ‘Aquí estoy desayunando un huevo frito?’. Hoy la vida de todos nosotros parece una ilusión óptica de pequeños fragmentos de banalidades. Mi hija me dijo que si no estaba en las redes sociales no existía, y es verdad, tiene razón, pero quién quiere existir en ese mundo.

¿A quién le interesa la vida de un cineasta? No hay nada más aburrido que la vida un cineasta. Que la vida se concluya en unos cuantos caracteres me parece peligrosísimo. Muchos dicen: ‘Es que participé en la marcha y lo escribí’, pero no, no hiciste nada, sólo pusiste que ‘Tenemos que erradicar la pobreza’. Por eso digo que la vida me parece una ilusión óptica, en fin, tengo un poquito de aberración, quizá un poquito de viejito, pero perdónenme, tengo una aberración de viejito como dice mi hija”, expresó Iñárritu en una charla que tuvo con jóvenes estudiantes. 

El realizador de 51 años, quien cuenta con un Premio Oscar como Mejor Director por su trabajo en El renacido, asistió la mañana de este miércoles a la Escuela Nacional de Artes Cinematográficas (ENAC, antes Centro Universitario de Estudios Cinematográficos, CUEC) para charlar con 80 alumnos de dicha institución. Durante poco más de tres horas y media el director compartió anécdotas de sus rodajes, habló sobre la relación que ha tenido con sus distintos actores, como  Brad Pitt, Sean Penn, Michael Keaton, Cate Blanchett o Benicio del Toro, y contó los motivos por los que saltó de la publicidad a la dirección cinematográfica.

 

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Evidentemente habíamos hecho un par de comerciales (Martín Hernández e Iñárritu) y siempre me frustraba. Así que yo muy envalentonado, irresponsable y estúpidamente dije ‘bueno, voy a empezar a dirigir’, sin saber, evidentemente, que aún aprendo todos los días.

Y así empezó mi camino, por frustración, no por virtud  ni por estudio, sino por necesidad. Creo que sí es importante en un momento dado tomar el riesgo, pues yo siento que el conocimiento es importante, pero creo que el cine es más bien un acto de necesidad”, detalló Iñárritu, quien arribó a las instalaciones de la ENAC minutos después de las 10 de la mañana.

El realizador, quien se definió como un director autodidacta y que hoy recibirá en la UNAM el grado honoris causa, recordó en distintos momentos de la charla a quien considera uno de sus mentores más importantes: el director de teatro polaco, nacionalizado mexicano, Ludwik Margules, quien durante cuatro décadas formó a distintos cuadros actorales.

 

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La crítica de cine Fernanda Solórzano condujo la charla de Iñárritu. 

 

Tuve la fortuna de estudiar tres años con él y Ludwik fue una persona que sí me dio la conciencia al dirigir. Cuando yo empecé a dirigir lo hice irresponsablemente y tomé la posición y la batuta de un director, comandando un grupo importante de gente y aprendía aprendiendo, con prueba y error.

Tuve la fortuna de encontrarme en el camino con Ludwik y él me dio, más que el conocimiento técnico, esa conciencia del director. Él me decía que si no sabía de teatro, de dramaturgia, de literatura, fotografía, arquitectura, de danza, de música, que si yo no llegaba a un set preparado, más preparado que todos los que estás alrededor, no tomara el lugar de director.

Recuerdo que siempre me decía: una de las preguntas que cualquier director se debe hacer es si el actor debe ir parado, sentado o acostado. Ahora lo entiendo, pues estaba diciendo que una escena cambia si un actor está parado sentado o acostado”, exclamó Iñárritu. 

 

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Fotos: Cortesía Cultura UNAM/ AP

 

En cuanto a los errores que ha cometido siendo director, Iñárritu, quien obtuvo un Oscar especial por lo realizado en la experiencia fílmica y sensorial Carne y Arena, contó una anécdota que le pasó cando estaba filmando su película Amores perros.

La vida de alguien es un tema muy importante y eso lo aprendí en Amores perros. Hay una escena de un choque que planeamos durante mucho tiempo. Ensayamos la escena varias veces con un doble que traía uno de los autos a 60 kilómetros por hora y este coche estaba automatizado para arrancar. Llegó el día de la filmación y mi gran miedo era que el auto le pegara al otro coche y se le viniera encima a Emilio El Chivo Echeverría. La calle se empezó a llenar de mirones y luego llegó un taxista que se estacionó cerca de la locación y cuando le comentábamos que íbamos a filmar esa escena, el señor nos dijo que le valía madres y que no se iba a quitar. Dejó estacionado su coche bastante lejos y al empezar a filmar, el coche salió como bólido, le pegó al otro auto de la escena y se nos olvidó el pequeño detalle de que el auto estaba automatizado para arrancar, pero no para frenar.

Ese coche pasó a cinco metros de cien personas, incluyendo niños, y quedó arriba del taxi. Lo que quiero decir es que, si ese coche se hubiera movido cinco centímetros más, en la  trayectoria hubiera arrollado a diez personas, hubiera matado niños y ahorita yo estaría en la cárcel. Ahí aprendí la responsabilidad del director sobre la vida humana”, remató Iñárritu.

Alejandro G. Iñárritu arribó a la ENAC acompañado de Jorge Volpi, coordinador de Difusión Cultural de la UNAM, y concluyó la charla agradeciendo a los alumnos que se dieron cita para escucharlo durante poco más de tres horas y media.

 

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Ochenta alumnos de la Escuela Nacional de Artes Cinematográficas y 20 del CCC escucharon la Master Class del cineasta. 

 

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