Fernando Bonilla, hecho para contar historias
El actor mexicano es parte de películas como Perdidos en la noche, que participó en el Festival de Cannes, y El norte sobre el vacío, que se va a los Premios Goya. Además, dirigió la obra El cojo de Inishmaan

En cine, en teatro y con exposición actoral hacia el mundo, el trabajo del actor Fernando Bonilla, hijo menor del también actor Héctor Bonilla, luce en diferentes proyectos para públicos de distintas plataformas.
Bonilla no sólo formó parte del elenco de la película Perdidos en la noche, dirigida por Amat Escalante, que tuvo presencia en el Festival de Cannes 2023, como parte de la Selección Oficial, compartiendo créditos con Juan Daniel García Treviño, Ester Expósito, Bárbara Mori y Jero Medina, sino que también actúa en la cinta El norte sobre el vacío, dirigida por Alejandra Márquez Abella, título que representará a México en los Premios Goya 2024, a realizarse el 10 de febrero próximo en Valladolid.
A la par, está a punto de cerrar la temporada de la obra El cojo de Inishmaan, escrita por el británico Martin McDonagh mañana en el Teatro Rafael Solana. Aquí tuvo el cargo de director y dirigió a su madre, la actriz Sofía Álvarez, y a su hijo, Demetrio Bonilla, así como a David Juan Olguín Almela, Gabriela Murray, Juan Carlos Beyer y Aldo Escalante.
De su experiencia en Perdidos en la noche y el Festival de Cannes, Bonilla destacó el enfoque y premisa que tuvo tal historia.
Fue una película compleja, que tocó aristas muy delicadas y que Amat escribió desde hace varios años, cuyo motor original fue la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa. No se toca el tema como tal, pero su enfoque fue de qué manera la sociedad civil puede ser cómplice o qué tanto podemos tener de culpa de una tragedia como tal.
Ese fue el espíritu de ese guion, que cambió y que en la versión final se materializa en el personaje que me tocó interpretar: un artista conceptual que se involucra en una historia terrible, como es la desaparición de una mujer ambientalista que está en resistencia y en contra de un proyecto minero.
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Ir a Cannes fue apretado, porque estaba en filmación y no logré superar el jet lag (descompensación horaria), pero fue muy emocionante, porque no habíamos visto la película. Los actores la presenciamos entonces, por vez primera, en sala, y fue realmente muy emocionante. Los festivales son mercados y lo más relevante es que haber estrenado en un lugar con tantos reflectores, ayudará a que la vida de la película sea más larga”, compartió.
HACIA EL GOYA
De El norte sobre el vacío, que aborda cómo la vida de un cazador y su entorno, familia y patrimonio se ven afectados ante la llegada del crimen organizado, Bonilla señaló que son temáticas dominantes en el cine nacional, pues reflejan la realidad.
Es lógico. El cine refleja lo que nos está sucediendo como nación. Estas dos películas dan pasos hacia una nueva dirección, agregando una nueva óptica a la misma problemática. En este caso, cuestionarse de quién es la tierra, de quien la trabaja, de quien la hereda, de quien la compra o realmente no tiene dueños. Presenta preguntas que no son fáciles de responder.
Me parece que el territorio más fértil de creación son los puntos en los que para mí es difícil posicionarme. Frente a lo que no estoy seguro qué opinar, ahí me gusta rascarle. Siempre busco estas coyunturas, estos dilemas, abordar lo que amas y lo que odias. Es una buena brújula”, enfatizó.
SIEMPRE EN TEATRO
Acerca de la obra El cojo de Inishmaan, Bonilla destacó que es una producción de la Sociedad Artística Sinaloense, que relata, en tono de comedia negra, la historia de una isla remota de Irlanda, en 1934, cuya monotonía habitual se ve trastornada cuando un equipo de cineastas de Hollywood llega a una de las islas vecinas a grabar un documental, el cual existe y se titula El hombre de Arán (1934).
Billy Claven, un joven huérfano y discapacitado, ve una oportunidad para salir de Inishmaan y hará hasta lo imposible para lograrlo, a pesar de las burlas.
Ya había trabajado con la producción antes en la obra Tres días en mayo, en 2017, y les dije que sí ahora por la admiración al autor, que me parece uno de los dramaturgos más importantes y talentosos hoy en día; una pluma destacada que tendrá un lugar muy relevante en la historia del teatro.
El texto es fantástico, es una comedia muy oscura y es un honor dirigir una obra de tal magnitud y, además, poder dirigir el primer montaje de esta obra en nuestro país. Fueron puras cosas positivas para subirme a este barco.
Esta obra pertenece a una trilogía que McDonagh escribió a las tres islas de la región de Aran, en Irlanda: Inishmaan, con este texto; Inisheer, con Los espíritus de la isla; e Inishmore, con El teniente de Inishmore. Las tres obras se podrían incluir en esta concepción de ‘pueblo chico, infierno grande’.
Son islas con muy pocos habitantes, en las que todos se saben los secretos de todos, hay una pobreza muy dura, un ambiente muy hostil y donde no hay nada qué hacer y son personajes muy aburridos, así que el chisme y los rumores son muy relevantes para la vida diaria y esto va marcando el día a día. En este caso, Billy es un muchacho discapacitado y es el receptáculo de la violencia, la humillación y la discriminación constante de toda la isla. Así que se divide entre viejos y jóvenes y la pulsión de los últimos es tratar de huir de este entorno a como dé lugar”, explicó.
David Juan Olguín Almela interpreta a Billy, en quien recae el humor ácido de la obra. “El cojo de Inishmaan es una obra que tiene un humor muy retorcido, muy punzante y hay muchos chistes muy violentos contra una persona con discapacidad, otros misóginos y racistas, que pueden herir sensibilidades en la audiencia. Pero, para mí es muy claro que el humor que ejerce el autor es una sátira de quienes están emitiendo esta violencia. Nos estamos burlando de la estrecha mentalidad de estos personajes miserables y monstruosos, orillados por su contexto, a ese nivel de crueldad”, dijo.
En cuanto al trabajo en familia, Bonilla precisó que el proyecto se planeó antes de la pandemia y desde entonces, su hijo Demetrio ya era parte del elenco, antes de que él recibiera la invitación para la dirección.
Mi madre fue una propuesta mía. Ofrecí una terna de actrices a la producción y la eligieron a ella. Ha sido muy gozoso. Han hecho buen trabajo los dos y ha sido una oportunidad el poder encontrarnos los tres, pues, aunque a mi madre la he dirigido en televisión y en teatro, a Demetrio, es la primera vez”, concluyó.
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