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Función

'Cygnus', cine y ciencia hacen equipo

La cinta mexicana, que se estrena el 2 de noviembre, se filmó a cuatro mil 600 metros de altura

Azul Del Olmo / Foto: Cortesía Elemento Producciones Audiovisuales | 24-10-2018

CIUDAD DE MÉXICO.

El cine y la ciencia no es­tán peleados ni necesaria­mente tienen que tomarse de la mano en documenta­les educativos. El cineasta Hugo Félix Mercado logró conjuntar ambas en Cygnus, una película de ciencia fic­ción que es capaz de contar una historia al mismo tiem­po que plasma los avances científicos con los que se cuenta en México.

“Una de las característi­cas que vemos en la pelícu­la es que también funciona como divulgación científi­ca, que la gente se va a ente­rar que existe un telescopio, el más grande de su tipo –cuyo objetivo primario es conocer el origen del uni­verso y encontrar molécu­las de agua y orgánicas–, que está en México y que son científicos mexicanos los que llevan ese proyecto de investigación.

“No es un documental científico, se trata de pasar un momento muy agradable pero también va a funcionar para que la gente sepa que existe este telescopio y está en Puebla.

Eso nos ha dado otras cosas que no esperábamos como que una editorial nos contactara y publicara un li­bro de la película, el cual está llegando a chicos de secun­daria y preparatoria, a través de la materia de física; es­tamos combinando ciencia con cine y eso en el resulta­do es muy interesante por­que nos estamos acercando a un público a través de la educación”, dijo el cineasta Hugo Félix Mercado, en en­trevista con Excélsior.

Cygnus, que llagará a las pantallas nacionales el 2 de noviembre, se filmó durante seis semanas, de las cuales nueve días estuvieron ro­dando a cuatro mil 600 me­tros de altura, en la cima del volcán Sierra Negra, que for­ma parte del Parque Nacio­nal Pico de Orizaba, donde se encuentra el telescopio y donde el director afrontó va­rios desafíos.

“Se convertía en un reto terminar los días de roda­je allá arriba. La radiación ultravioleta es más agresi­va, entonces la gente aca­baba medio quemada, pero aprendimos a protegernos, no es como estar en la pla­ya. Arriba tampoco tienes oxígeno y cometes erro­res de juicio como si te preguntan cuanto es dos y dos y respondas cinco, ni te das cuenta de esos errores, otras personas se marean, tienen nauseas a todo eso se refiere al mal de montaña.

Más de uno tuvo alguno de estos problemas, a más de uno lo tuvimos que bajar de la montaña y más de uno no regresó al día siguien­te porque simplemente su cuerpo no podía. Marco Tre­viño (actor) un día me dijo que tenía mucho frío, tras filmar a temperaturas me­nores a cero grados, fui a ver lo y me dijo que estaba muy mareado, que las cosas se le acercaban y alejaban, se sentía muy mal, tuvimos que bajarlo. Entonces había que resolver muchas cosas sobre la marcha y con las opciones que teníamos”, señaló.

A Mercado concretar este proyecto y verlo materiali­zado en la pantalla grande le llevó 13 años, ya que si bien la cinta cuenta la historia de Fabián, un astrónomo que trabaja en el Gran Telesco­pio Milimétrico de México, y que comienza a recibir se­ñales extrañas, relacionadas con la constelación Cis­ne (Cygnus), conseguir los apoyos para la producción fue todo un desafío, ya que aquellas personas a las que se presentaba el proyecto no creían que se pudiera hacer.

“Tuvimos el estímulo fis­cal, el EFICINE; que fue fun­damental porque fue lo que destrabó todo y FIDECINE se sumó, luego hicimos un pro­ceso de fondeo y sumando así todos los cachitos logra­mos salir adelante. La pri­mera vez que comenzamos a trabajar en el guión fue en 2005 y en ese momento no se había terminado de cons­truir el telescopio.

En 2006 hacen una pre­sentación y seis años des­pués se volvió a presentar ya terminado, pero todavía no había dado su primera luz científica y un año des­pués empezamos a filmar, en 2015. Nos llevó todo este tiempo porque la gente no creía que pudiéramos hacer una cinta de ciencia ficción, no creían que ese telescopio estuviera en México, ni que científicos mexicanos tra­bajaran en un proyecto así, pensaban que los estaba co­torreando”, señaló el direc­tor, quien compartió que la cinta costó menos de me­dio millón de dólares, la mi­tad del promedio de lo que cuesta hacer una película en México.

hch

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