Streaming, entre la democracia y la desmemoria

La desaparición del disco como soporte físico para reproducir música de concierto ha sido una pérdida tremenda, dice a Excélsior Marisa Canales, flautista mexicana y directora del sello discográfico Urtext, que hoy celebrará tres décadas de existencia, con una gala en el Museo Kaluz, así como la proyección parcial de un documental sobre el sello y el anuncio del Sexto Festival Urtext.

Con la llegada de las plataformas digitales la gente ha ganado en la democratización del acceso a la música. Pero se ha perdido en el servicio que se tenía para quienes iban a comprar un disco a las tiendas y sucedía esa conversación en la que se preguntaba al vendedor sobre determinada versión de una sinfonía. Eso ya no existe. Cada vez hay menos información disponible sobre los discos (y artistas), aunque algunas plataformas, como Apple, sí se toman la molestia de agregar esa información”.

Aclara que Urtext siempre añade la posibilidad de descargar los cuadernillos de cada disco, que es algo “que se ha perdido terriblemente… Entonces, unas por otras. Puede que descubras algo que te llama mucho la atención, pero no vas a saber mucho de dónde viene ni del compositor o intérprete si es su primera grabación. Todo eso se pierde y es difícil de hallar, pese a que vivimos en la era de la información”,  asevera.

¿Cómo describir la importancia de Urtext?, se le pregunta a Canales, quien fundó el sello junto con Benjamín Juárez Echenique y Pedro Carmona, con la visión de crear un sello que promoviera la música mexicana y latinoamericana.

Está en el valor de este acervo que hemos creado con más de 150 artistas, un catálogo de casi 400 álbumes y más de 7 mil tracks de música virreinal, clásica, contemporánea, tradicional y jazz  —con artistas como Gabriela Ortiz, Samuel Zyman, Arturo Márquez, Hebert Vázquez, Eugenio Toussaint, María Granillo, el Cuarteto Latinoamericano y Alejandro Escuer, entre muchos más—. Además de que contamos con el acervo que dejó Thomas Stanford con grabaciones de campo que hizo desde los años 60”,  apunta.

¿Cuál es el mayor reto que enfrentan ahora? “El económico, porque por calidad de músicos, intérpretes y compositores no paramos. El reto es lo financiero”.

¿De dónde obtienen los recursos? “De aquí y de allá. Una de nuestras fuentes de ingreso es lograr la sincronización de la música de nuestro catálogo con películas o series. Eso lo hemos logrado con bastante éxito a través de Naxos, que presenta nuestro catálogo ante productoras, y nos aporta un beneficio mayor de lo que reportan las plataformas de streaming, porque el pago por escucha en una plataforma es irrisorio: 0.02 centavos por escucha de track”.

¿Qué países muestra interés en su catálogo? “Depende del género y del compositor. Hay mucho interés de Japón y eso es algo interesante en nuestras estadísticas de Spotify. También hay atención en Latinoamérica, EU y Canadá”.

¿Cómo preservará este acervo a futuro? “La idea es que esto se preserve para la posteridad, pero de una manera que siga siendo accesible para todo el mundo.

Esto se tiene que preservar en el marco de una plataforma o de lo que venga como medio para entregar el producto a la gente, y que sea comercial, porque si lo donamos a una biblioteca, se va a volver algo cerrado... Necesitamos que siga siendo comercial para que pueda seguir produciendo”, expone.

¿Aún producen discos compactos? “Te diría que 80% del contenido es digital, pero tenemos artistas que aún piden que se haga maquila de CD físicos, pero para la empresa no es viable”.

¿Cuáles serán sus próximas grabaciones? “Viene un álbum para piano y flauta, con música del compositor uruguayo-norteamericano Miguel del Águila, quien toca el piano, acompañado de la flautista April Clayton”.

Y a éste se suman: “El llanto de la guitarra”, con obras Ian Krouse y Giovanni Piacentini; “Latitudes”, con la OJUEM y el guitarrista Pablo Garibay; y “Anima Libera”, interpretado por la violinista Maddy Nicolescu y el violista Sergio Vázquez, entre otros.

Adelanta que el Sexto Festival Urtext se realizará los días 29 y 30 de noviembre, 5, 6 y 7 de diciembre en el Museo Kaluz, así como una presentación en la Catedral Metropolitana.

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