San Alejo y su oración para alejar a las personas negativas
San Alejo vivió en la austeridad y buscó siempre dar lo que recibía a quienes lo necesitaran, por lo que es considerado el protector de los mendigos.

El 17 de julio se celebra en el santoral católico a San Alejo, el protector de los mendigos o del mal; su oración es famosa entre los creyentes por su utilidad para alejar a las personas que son una mala influencia en su vida, por ello te contamos quién fue Alejo de Roma.
Alejo nació en Roma a finales del siglo cuatro Después de Cristo en una familia adinerada.
Fue el hijo único por lo que sus padres esperaban que se casara y siguiera con el linaje de su familia.
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Aunque los padres de Alejo eran gente de dinero, siempre le inculcaron la generosidad y el ser piadoso, por eso desde niño creció compartiendo de lo que poseía.
Cuando creció, los padres de Alejo le arreglaron un matrimonio para que comenzara a crear su propia familia, sin embargo, Alejo deseaba vivir en la austeridad, alejado de los lujos y de las tentaciones del mundo.
Aunque al cumplir la mayoría de edad Alejo se casó como era el deseo de sus padres, en la noche de bodas escapó vestido de limosnero en una embarcación.
Alejo llegó a la ciudad de Edesa y comenzó a repartir el dinero y las posesiones que llevaba consigo para quedar en la total mendicidad.
La familia de Alejo lo buscó por años, pero nunca lo encontró, aunque llegaron a la ciudad no lo reconocieron entre los mendigos.
Cada día ayunaba y regalaba a las personas que vivían como él en la calle, parte de lo que le daban y así vivió casi 20 años.
Alejo comenzó a ser señalado como hombre santo, así que decidió partir rumbo a Sicilia para evitar ser tentado por la soberbia. Sin embargo, la embarcación se enfrentó a tormentas y terminó anclando en Roma.
Al llegar a su ciudad natal fue a su casa y pidió trabajo, al no ser reconocido por sus padres le fue otorgado el trabajo y vivió 17 años como empleado de la casa que por ley le pertenecía.
Una noche, al verse enfermo, Alejo llamó a los dueños de la casa, es decir, sus padres y les entregó una carta en la que les rebelaba que él era su hijo y lo que había vivido a lo largo de los años que estuvo fuera y dentro de su casa.
Alejo, quien murió el 17 de julio del año 412, les contó sus sufrimientos y que los aceptaba para pedir por el perdón del mundo.
Alejo es identificado como el santo de los mendigos o de las personas de la calle, pero también como un santo que ayuda a alejar a las personas que son una influencia negativa.
Además, el nombre de Alejo se asocia a la humildad por lo que en algunas regiones de Europa es común nombrar el cuarto de Alejo al espacio más humilde de la casa.
La oración de San Alejo para alejar a las personas negativas ha cobrado popularidad entre los católicos bajo la idea de que el santo fue siempre firme par ahuyentar de su vida las tentaciones y las influencias que no le edificaban.
Aunque hay muchas versiones la esencia es la misma y aquí te la compartimos:
¡Oh, glorioso San Alejo Santo bienaventurado!
siervo fiel, piadoso y bueno
que estas en la gloria gozando de Dios,
alcánzame el favor de alejarme de todo mal.
San Alejo Bendito
tú que tienes el poder de alejar
todo lo malo que rodea a los siervos del Señor,
haz que sea invisible para mis enemigos;
tú que encontraste favor ante María,
aléjame de Satanás, aléjame del enemigo,
del mentiroso, del traidor y del dañino,
del que siembra cizaña a mi alrededor,
del que con maldades, magias, conjuros o hechicerías
me quiere atar, embrujar y mi vida perjudicar;
líbrame de las malas lenguas,
de los chismes, difamaciones e intrigas,
de todo aquel que quiere verme rendido y hundido.
Aléjame de la envidia, del mal de ojo y la injusticia,
aléjame de los celos y el rencor,
de la infidelidad, la traición, el rechazo y la soledad,
escóndeme donde no me puedan encontrar
los que quieren causar mi perdición.
¡Oh Glorioso san Alejo!,
llamado “el Hombre de Dios”
acércame a Jesús y a María,
para que con sus Divinas Bondades
me cubran con todos sus bienes,
y me concedan la gracia que con humildad solicito:
San Alejo bendito:
por la Santísima Virgen María,
por su amado Hijo Jesucristo
y por la gracia del Espíritu Santo,
ten piedad de mí y no desoigas mi pedido.
Amén.
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