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Expresiones

‘La danza, ese arte efímero que se ha convertido en una pasión’: Gladiola Orozco

La coreógrafa y maestra concibe esta disciplina, tras siete décadas de trayectoria, como una forma de despertar la conciencia sobre el país

Virginia Bautista | 19-01-2020
Fotos: Quetzalli González
Fotos: Quetzalli González

CIUDAD DE MÉXICO.

La danza, “ese arte efímero que se ha convertido en una pasión”, ha sido para la bailarina y coreógrafa Gladiola Orozco (1934) “una lucha y una vocación permanente” que la han guiado durante siete décadas.

La veo como una necesidad cultural, como una aportación al proceso educativo. Representa un desarrollo de país, no de persona. La danza debe ser en grupo y con una mística”, afirma la creadora guanajuatense que comenzó su carrera profesional en el Ballet Nacional de México en 1950.

En entrevista con Excélsior, la maestra, guía y formadora de diversas generaciones de bailarines y coreógrafos dice que “mi lucha, mi vida, ha sido despertar la conciencia de en qué nación estoy y lo que deseo para que México esté en primer plano”.

Agrega que tuvo, desde muy joven, “la certeza de que vivo en un país donde hay que atender la educación como punto de partida para ir logrando un desarrollo cultural y, por lo tanto, poder dar a través de las artes un resultado que pudiera desarrollarlas”, agrega.

A sus 86 años, quien es considerada la precursora del coreo-drama añade que “el día que entendamos que estamos fallos en la educación básica, que debemos adquirir la cultura que nos permita respetar al mayor y no tirar la basura en la calle; ese día comprenderemos que, para pelear y exigir, primero hay que dar”.

En su casa de la colonia Juárez, donde evoca sus recuerdos con emoción, se levanta del sillón y abre los brazos, baila, sube y baja las escaleras de un tirón y entra a su estudio para mostrar las carpetas de sus investigaciones, Orozco aún tiene muchos consejos para las nuevas generaciones.

Disfruten, creen, estudien, porque tienen que saber qué está pasando en el país; lo bueno, lo regular, lo óptimo, para invitar a través del arte a ese desarrollo que estamos buscando todos los días”, señala.

Quien estudió en la escuela de Martha Graham en Nueva York nunca tuvo inconveniente, narra, en bailar en las plazas públicas de diversos estados del país, en el interior de las minas de Coahuila, en los campos de Oaxaca, en primarias y secundarias o en pequeños teatros sin camerinos.

No todo es el Palacio de Bellas Artes o giras a Europa. ¿Qué no me ha tocado hacer? Es una lucha y una vocación permanente donde lo que menos pregunté es cuánto iba a ganar, sino cuánto voy a aportar para ser y hacer algo en la vida. Se debe trabajar con humildad y sencillez y cuestionarse a qué estoy obligada desde el momento en que se abre un telón”, indica.

La fundadora y directora en 1966 del Ballet Independiente de México que, posteriormente, se convirtió en el Ballet Teatro del Espacio, donde trabajó con el coreógrafo francés Michel Descombey hasta su cierre en 2009, confiesa que desde que empezó en esta disciplina descubrió que tenía que ser todóloga.

Buscar aquí y allá, trabajar para aprender. Había tantas urgencias, que inmediatamente fui abierta a apoyar en lo que se necesitaba. Mi desarrollo ha sido hacer de todo: un trámite, dar clases, ensayar, hacer antesalas, convencer a los funcionarios, pensar siempre en el grupo”, dice.

Es una pasión que sigo teniendo. Siempre veo qué puedo hacer para avanzar un poco más, qué puedo aportar, apoyar a los compañeros que se enferman. ¿Y en dónde está el seguro médico para el bailarín? Estamos haciendo un registro de bailarines. Se ha logrado mucho en la danza, hay más teatros, maestros, becas; pero falta hacer más para dignificarla”, asegura.

Mientras respire, tengo que seguir viendo por la danza, por los bailarines y por la sociedad; porque un bailarín significa público, significa México”, sentencia.

 

INÉDITOS DE DESCOMBEY

 

El cierre del Ballet Teatro del Espacio por falta de apoyo gubernamental, primero, y la muerte de Michel Descombey (1930-2011) después, su compañero de trabajo y de vida, fue un drástico parteaguas para Gladiola Orozco; pero ni siquiera esta crisis la detuvo.

Concluí mi etapa de coreógrafa. No puedo crear sin una infraestructura, pues lo hacía para bailarines específicos y en un lugar maravilloso. Pero no quise que todo esto se quedara en el olvido y publiqué las Memorias (2016) del ballet. Ahora he descubierto unos textos inéditos de Michel, que estoy ordenando para su posible publicación”, explica.

Me fui encontrando escritos sobre el arte, la coreografía; reflexiones en torno a qué hacemos en este mundo, por qué estamos en él; hace incluso un análisis de las religiones. Nunca deja de ser un creador, un hombre sensible, un poeta”, cuenta.

Clasificados en 16 folders, los documentos de quien fuera bailarín, coreógrafo y director del Ballet de la Ópera de París, que llegó a México en 1975, son “una sorpresa fabulosa” para doña Gladiola.

En eso estoy. No sé si me alcanzará el tiempo, porque quiero rescatar una buena parte de la documentación, que está escrita en español y en francés. Son las ideas detrás de su trabajo. Estoy emocionada con esta tarea”, apunta.

Además de esta labor de edición, la autora de obras como Ícaro comparte sus experiencias con estudiantes de danza, a través de conferencias y seminarios. Y participa activamente en la formación del registro de bailarines para impulsar la creación de un seguro médico. “El bailarín está muy abandonado. Cuando se enferma no hay más que apoyarlo en su dolor, hasta su muerte”.

Otro aspecto que le preocupa a la artista es la falta de espectáculos dancísticos de calidad. “Habrá más público en la medida que haya calidad en la obra, en la medida que haya con qué conquistarlo. El espectador es inteligente y sensible. Puede ser que no sea culto, pero hay sensibilidad inmediata. Percibe lo que le están dando. Ahora me interesa ser parte del público”.

Pero lo que más desea quien recibió en 2007 la Medalla de Oro de Bellas Artes, en reconocimiento a su trayectoria, es que la danza tenga su lugar, tanto en el país como a nivel internacional. “La pintura está en los museos y en los estudios de los artistas, la literatura en los libros. ¿Por qué la danza, que es el primer movimiento que el hombre primitivo hizo para expresarse, no ha conseguido su lugar?”.

 

 

 

 

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cva

 

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