‘La fantasía es otra cara de la realidad’: Goran Petrović en Ciudad de México

Rodeado de sus lectores, el escritor Goran Petrović,(Kraljevo, Serbia) presentó en la Ciudad de México su más reciente novela, Papel con sello de agua; la primera parte de un ciclo de al menos diez novelas que abarcarán la edad media hasta, tal vez, el futuro.

La noche de este lunes en el Foro del Tejedor, el autor de 61 aseguró que se trata de un proyecto en el que ha trabajado desde hace 23 años y que recién a podido poner en marcha.

Te recomendamos: El rebozo, compañero de vida; libro colectivo.

Goran Petrović es un autor de culto en México, donde algunas de sus obras (Atlas descrito por cielo, La mano de la buena fortuna y Diferencias, todas editadas por Sexto Piso) se han ganado a un público cada vez más amplio. Enmarcadas en lo fantástico sus historias son ejercicios literarios que en ocasiones son divertidas alegorías del poder de la imaginación y en otras adquieren un cariz casi litúrgico.

En Papel con sello de agua se sigue la historia de la Reina de Nápoles, Giovanna II, en su búsqueda de papel Amalfi, el más fino de la edad media, el cual pretende usar para escribir una carta a su amante.

 ¿Por qué iniciar su ciclo en el medioevo?

“Hace 23 años hice las primeras anotaciones para este ciclo de obras. Espero que cada una de ellas se pueda leer por separado, independiente, y en el orden en que el lector se encuentre con estas.

Una novela arrojará luz sobre las otras y a veces sombras, pero formarán un todo", dijo respecto a las diez novelas del ciclo.

“El tiempo que abarcan son más o menos 600 años; las primeras cuatro novelas pertenecen al medioevo, luego dos o tres se ubicarán en el siglo XVIII y las demás en el XX. No es imposible que la última sea futurista.

“Engloban un territorio muy grande, por primera vez como escritor me muevo más allá de Serbia”.

Papel con sello de agua  es, como dice la portada, la novela Delta ¿qué significa esto?

“A mí me pareció lo más lógico empezar por el papel.

“Inicié en el momento en el que las ciudades italianas ya producían papel masivamente. Era un momento de democratización. Antes se escribía en pergamino, para dos hojas se necesitaba de un cordero y se usaba solo la piel más fina, lo que quiere decir que para un libro de 100 páginas se requería de un rebaño de 100 corderos. Suena aterrador, pero también poético.

“Pero con el papel no es tan diferente. En ese tiempo se hacía con trapos viejos y la mayoría de esos talleres de producción se enriqueció en la época de la peste. Había muchos muertos y los productores de papel les quitaban la ropa. La mayor parte de esos trapos pertenecían a gente analfabeta, era su ropa la que se convirtió en el papel más bonito y suave, ese en el cual estarían escritos los versos más sublimes".

No es imposible que en ese papel hubiera una gota de sudor de una persona que se limpio su frente mientras sembraba su tierra o la gota de una parturienta. Es una metáfora de lo que es la vida cruda y lo que es el arte", explico ekl autor Serbio.

Goran Petrović contó que al escribir esta novela confirmó que el pasado y presente se entrelazan e hilvanan en un tejido.

“El cómo los dueños de los talleres escogían a sus clientes, investigando su pasado para ver si  merecían comprar su papel, en realidad es una pista hacia nuestra sociedad consumista. Así como ellos, hoy en día los productores de todo tipo de cosas investigan nuestros intereses, basta con que tecleemos algo para que sepan todo de nosotros".

Respecto al lugar que los lectores ocupan en sus historias el autor serbio mencionó:

“Siempre he pensado que un libro publicado deja de ser del escritor. Lo que supe hacer se queda ahí, ahora el libro va a diferentes manos y ellos intervienen en esa historia, incorporan su propia experiencia, que es diferente a la mía, por eso se necesita al lector, para que la literatura tenga su superficie.

No es ninguna novedad, pero me gusta recordar que un libro impreso mil veces siempre es diferente para cada lector" dijo refiriéndose al papel que tienen sus lectores.

“El problema para el escritor es hablar de algo que ya está detrás de él y no de algo que está por delante. El escritor se conforma más por el libro en el que trabaja que por el que ya ha escrito".

Alegre y relajado Goran Petrović ahondó en los personajes que aparecerán en el ciclo de diez novelas.

“Quiero que estos libros estén vivos, este es el menos voluminoso del ciclo, pero me gusta la opinión de que es rico en personajes.

Te recomendamos: ‘La escritura de cine también es literatura': Guillermo Arriaga.

“Otros libros que aparecerán tendrán muchos personajes y detalles pequeños; quiero generar en el lector la sensación de que solo ha conocido a unos cuantos de ellos".

“Me parece que vivimos en una sociedad en la cual hacemos caso omiso de los detalles. Un día llegaremos a una fase en la que ya nada será importante y la literatura corrige eso, lo que llamo el error de la civilización”, dijo Goran Petrović.

Respecto a los personajes de Papel con sello de agua contó que:

“Como se supone que este es el viaje de una reina quería que fuera muy pomposo, porque ella lleva todo un sequito y a diez escritores. Esta novela tiene características de esa época, del Decamerón, por eso hay algo de lujuria. ¿Quién es el gran personaje? Es un misterio hasta para mí, pero la reina no lo es”.

A cada uno de esos diez escritores sin nombre les di algo de mi mismo”.

¿Qué papel juega lo fantástico en tus libros?

“Creo que nuestras vidas no solo se componen de cuidar nuestro cuerpo, nuestras vidas no son lo que comemos o vestimos; sino de lo que soñamos e imaginamos.

Para mí la fantasía solo es otra cara de la realidad" dijo Petrovíc sobre la imaginación.

“No escribo para comunicar algo, sino para recordarles a las personas que me leen que ya conocen eso. Por otra parte, si se trata de lo fantástico como estilo literario, recupero la mirada infantil, porque sin importar cuantos años tenga alguien debe tener esa mirada para sorprenderse”.

Goran Petrovic se despidió de sus lectores hablando de lo influyentes que han sido para él autores como Gabriel García Marquéz, Julio Cortázar y Carlos Fuentes, además mencionó que sus vistas a México son en “verdad especiales y no lo digo para congraciarme”.

ORP