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Expresiones

Escenifican un 'perfil feminicida' en el Centro Cultural Helénico

Óscar Serrano lleva al espectador de la ternura al miedo, en una obra que se presenta los sábados de marzo

Stephan Sberro | 29-02-2020
Óscar Serrano personifica a Otto, el hijo trastornado de una cantante de ópera que huye de su realidad y habita un mundo paralelo. Foto: Cortesía Centro Cultural Helénico
Óscar Serrano personifica a Otto, el hijo trastornado de una cantante de ópera que huye de su realidad y habita un mundo paralelo. Foto: Cortesía Centro Cultural Helénico

CIUDAD DE MÉXICO.

Entre sus múltiples funciones, el teatro debe reflejar, pero también embellecer y sublimar la época y la sociedad en las cuales se desenvuelve. Misión cumplida con la obra OTTO, escrita y actuada por Óscar Serrano Cotán, y dirigida por Alejandro Velis e Isabel Romero.

El impacto que causa ser testigo de feminicidios implícitos, ensayados y planeados (sin llegar al voyeurismo de la consumación ante nuestros ojos) está amplificado por el momento en que vivimos a escasos días del paro de mujeres el 9 de marzo para protestar contra la violencia en su contra.

Otto es el hijo trastornado y probablemente maltratado de una famosa cantante de ópera, un caso conocido de todos los mexicanos. Intenta huir de su destino de soledad y mediocridad como docente creándose su propio mundo, en el cual, según el autor, los monigotes y objetos le permiten llegar al límite de sus fantasías… o casi, pues el espectador presiente desde el arranque, con este joven tierno y hasta chistoso –pero extraño–, que todo puede acabar en otra cosa que un juego de muñecas.

La decoración del minúsculo departamento, atiborrado de juguetes, con una decoración que nos remite a los años cincuenta, cuando Otto era un niño abusado o descuidado, probablemente los dos, por su madre artista.

El experimento de teatro de objetos y marionetas, a los cuales el actor, solo en el escenario, da vida propia, hablando, interactuando, bailando, está perfectamente logrado. Nunca nos aburrimos pues Óscar Serrano se entrega totalmente. Nunca sentimos realmente malestar o pena ajena. Pero, sin morbo ni violencia, y seguido con humor, somos testigos de la vida social, afectiva, sexual y enfermiza de Otto. Una vida que lo conducirá inevitablemente a una tragedia que sólo podemos vislumbrar.

El íntimo Foro 4-espacio alternativo del Centro Cultural Helénico constituye el sitio adecuado para que el espectador se sienta invitado en el minúsculo departamento de Otto y pueda acompañarlo en su triste destino, que comparte con demasiados habitantes de este gran, pero también violento y sufrido país, omnipresente como metáfora en la obra.

 

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