El psicópata integrado: El monstruo de nuestra modernidad
El criminólogo Vicente Garrido explica cómo reconocer a las personas con este trastorno, que pueden estar en la familia, la empresa o la política

El psicópata es el ser humano más peligroso que existe, porque es el más preparado para explotar a los otros y destruir la convivencia en su propio beneficio. Ésta es la tesis que plantea el escritor y criminólogo español Vicente Garrido (1958) en su libro más reciente, El psicópata integrado (Ariel).
Sin duda es nuestro monstruo contemporáneo. Si hay una palabra que necesita actualizarse en la realidad del siglo XXI es la de monstruo. El monstruo de nuestra modernidad es el psicópata. Es el que está más preparado para hacer el mal”, afirma en entrevista.
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El doctor en Psicología por la Universidad de Valencia advierte que el psicópata puede estar en la familia, la empresa, la política o en la Iglesia. “Lo fundamental es tener conciencia del problema, porque se piensa que es el asesino en serie o un criminal oculto. Esto es cierto; pero también puede ser un empresario, el líder de una secta, un estafador o un compañero de oficina.

TÍTULO: El psicópata integrado
AUTOR: Vicente Garrido
EDITORIAL: Ariel, México, 2024; 304 pp.
Los llamo psicópatas integrados. Son un peligro para la gente que los conoce. Cuanto más poder tienen, más peligrosos. A pesar de que son sólo el 1 por ciento de la población, cuando uno pregunta, muchísima gente ha tenido contacto con ellos”.
LAS CARACTERÍSTICAS DEL PSICÓPATA FUNCIONAL
El ensayista, quien visitó México para promover este título, detalla las características con las que se puede identificar a un psicópata funcional. “No viola las leyes, o no de manera significativa; no quiere a nadie, ni a su familia; no tiene amigos auténticos. No establece una conexión humana real con la gente. Es un buen imitador de las emociones, por eso engaña. Desde pequeños aprenden a mentir”.
Destaca que es alguien que no tiene conciencia. “No siente remordimiento ni culpa; es bueno manipulando y engañando; no tiene capacidad para preocuparse por el bienestar o los problemas que le ocurran a otra persona. Y los efectos de sus actos hacia los demás no le preocupan. Pretende tener el control donde actúa. No tiene corazón”.
Quien realizó un posgrado en la Universidad de Ottawa (Canadá) señala que la sociedad actual es propicia para el desarrollo del psicópata, porque hemos tomado un camino equivocado.
El desarrollo social y cultural en el mundo después de la Segunda Guerra Mundial impulsó con fuerza las políticas del bienestar. Los últimos 70 años, los índices de alfabetización, el cuidado de la salud, han sido los más importantes de la historia.
Pero el mundo se convirtió en una sociedad salvaje, ultra competitiva, las desigualdades se han disparado. La gente no se conoce, ya no sabe distinguir la verdad de la mentira, internet ha propiciado una alternativa informática. Es en este universo de la apariencia y la mentira, la intoxicación, la falsedad, donde el psicópata se siente más a gusto”, señala.
El especialista en psicología criminal aclara que el psicópata integrado no es un ser superior. “Lo que pasa es que él practica mucho, pero no tiene capacidad de sentir. Nosotros somos superiores porque poseemos empatía y él no. No debemos acobardarnos ni pensar que no tenemos posibilidad de luchar contra él”.
GARRIDO LLAMA A BRINDAR HERRAMIENTAS PARA RECONOCER A LOS PSICÓPATAS
El autor de El monstruo y el asesino en serie, que acaba de publicarse en la colección de bolsillo Booket, indica que debemos brindar a las nuevas generaciones herramientas para neutralizar a los psicópatas, para reconocerlos y defenderse de ellos.
La educación ha desatendido el lado oscuro del ser humano. Nos hemos vuelto blandos con los niños. Ya no les leemos los cuentos auténticos de, por ejemplo, los Hermanos Grimm. Éstos son pensados para que los niños aprendan la maldad, a descubrir que el mal existe. Los estamos criando como seres vulnerables y débiles. Y serán presa fácil para los psicópatas”, advierte.
Con más de 20 años de investigación, Garrido descarta que hoy nazcan más psicópatas que antes. “Pero el ambiente ha cambiado. Los códigos de la vieja sociedad son obsoletos: la verdad ha desaparecido. Estamos más aislados, la gente ya no socializa; hemos perdido a las familias extensas y los valores de respeto, lealtad y responsabilidad cívica se han ido por los aires. Hay más personas que desarrollan los síntomas”.
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*mcam
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