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Expresiones

Abel Quezada, el escritor mexicano que dibujaba, pintaba y era historietista

Para comenzar los festejos por el centenario del nacimiento del caricaturista, Morton Subastas sacará a la venta dos piezas a color, un óleo y una acuarela

JUAN CARLOS TALAVERA | 13-05-2020
Edificio rodeado de agua #2 se exhibió en la muestra En casa con mis monstruos. Fotos: Cortesía Morton Subastas
Edificio rodeado de agua #2 se exhibió en la muestra En casa con mis monstruos. Fotos: Cortesía Morton Subastas

CIUDAD DE MÉXICO.

El trabajo artístico del caricaturista, pintor, historietista y escritor mexicano Abel Quezada (1920-1991) no pierde vigencia y “probablemente se debe a que tuvo una visión acertada de lo que somos los mexicanos, de cómo actuamos y cómo ese patrón se repite, con lo cual logró captar lo mejor posible la idiosincrasia del mexicano”, dice a este diario su hijo Abel Quezada Rueda, quien mañana dará una charla virtual sobre dos piezas a color que serán puestas a la venta en Morton Subastas.

La puja se realizará en el marco del centenario del nacimiento del creador que colaboró en Excélsior, autor del célebre cartón ¿Por qué?, y de personajes como El Charro Matías, Gastón Billetes y el tapado, definido por Jesús Silva-Herzog Márquez como “un escritor que dibujaba” y “un fabulista pictográfico” que escribió con monos que terminaron convertidos en protagonistas en la imaginación del siglo XX.

Las dos piezas a subasta son: The volleyball game. Homenaje a Picasso el Joven, donde uno de los jugadores tiene el rostro de Pablo Picasso. Esta pieza es un óleo de 55 x 40 cm, fechado en 1980 y valuado entre 500 mil y 700 mil pesos.

La segunda es Edificio rodeado de agua #2, una acuarela valuada entre 150 mil y 250 mil pesos, expuesta recientemente en la muestra En casa con mis monstruos, del director Guillermo del Toro, quien la incluyó como parte de las influencias que lo formaron.

Hay pocas piezas de obra pictórica de mi padre, una actividad que también apreció mucho y que disfrutó durante los últimos años de su vida. Ha habido pocas piezas que se han ofertado y poca gente tiene algún cuadro de éstos, pero en el marco del aniversario queremos abrir esa oportunidad gracias a la iniciativa de Morton Subastas”, explica Quezada Rueda.

Sobre la primera pieza, detalla “a mi padre le encantaban los deportes y éste es un cuadro muy simpático en donde uno de los jugadores es un Picasso joven, el cual poca gente reconoce y tiene un humor especial. Digamos que él está al centro, pero mi papá afirmaba que era malísimo haciendo (rostros) parecidos, entonces uno tiene que adivinar quién era”.

Y el segundo, es un boceto que elaboró para la revista New Yorker, “ya que él colaboró en varias portadas de la publicación durante los años 60 y 70, en su proceso de trabajo hacía muchísimas acuarelas, todas al formato de la revista, dando como resultado cerca de 300 piezas”.

 

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¿Quién resguarda esos óleos y acuarelas?, se le cuestiona. “La mayor parte está en la colección que tenemos mis hermanas (Marta Yolanda y Josefina) y yo, aunque al final de su vida mi padre tuvo exposiciones en París y Génova y allá hubo oportunidad de vender algunos cuadros. Además, prestó otros a sus amigos por 99 años. Así que tocará a mis nietos o a mis bisnietos encargarse de recuperar esos cuadros”.

HAY INÉDITOS

Quezada Rueda también habla sobre el archivo de su padre, resguardado en Cuernavaca e integrado por más de 16 mil registros, donde recientemente descubrieron bocetos y dibujos inéditos.

Acabamos de encontrar un dibujo donde hay unas señoras muy elegantes que se cubren la cara con máscaras, como si se adelantara un poco a las que usaremos en el futuro inmediato. Así que es un ejemplo de la vigencia que hay en la obra de mi padre que abordó durante medio siglo entre los años 30 y 80 del siglo XX”.

Quezada Rueda también reconoce que la contingencia por el COVID-19 ha impuesto cambios en las celebraciones por el centenario del caricaturista y pintor.

Tenemos algunos proyectos, pero no me gustaría comentarlos porque no están concretados y quizá será difícil que lo hagamos este año. Tal vez se concrete algo, pero lo podemos llevar para 2021 y seguir con el propósito de dar a conocer la obra de mi padre”, reconoce.

EL 68

Uno de los cartones más recordados de Abel Quezada es el que publicó el 3 de octubre de 1968 en las páginas de Excélsior, luego de los hechos de Tlatelolco.

Recuerdo muy bien la noche del 2 de octubre. Yo había participado en varias manifestaciones y afortunadamente a la de Tlatelolco no fui, pero estábamos en casa cuando llegó mi padre con la cara desencajada y nos dijo que había pasado algo terrible. Estaba angustiado y tenía una cara de preocupación”, rememora.

Así que la idea de aquel cartón con la plancha negra y la pregunta “¿Por qué?” fue una idea instintiva, “porque curiosamente no existe el original. Creo que mi padre habló con el editor Hero Rodríguez Toro y le dijo lo que quería hacer y seguro se lo comentó por teléfono”, dice.

Porque mi padre no tenía oficina en Excélsior, trabajaba en casa y yo llevaba los cartones a Hero Rodríguez, en Paseo de la Reforma, pero aquel día lo definió hasta la noche del 2 de octubre. No sé si ya tenía algún cartón hecho, pero si así fue, lo cambió y pidió por teléfono cómo se publicaría. Aquel cartón tuvo una gran repercusión, pero él siempre le daba importancia a lo que publicaría el día siguiente”, concluye.

 

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La charla de Abel Quezada Rueda está programada para mañana a las 17:00 horas, en la página oficial de Morton Subastas, donde hablará sobre las piezas y la trayectoria del creador que empezó a trabajar a los 16 años, enviando dibujos al Ovaciones, y después a Cine Mundial, Excélsior y Novedades, así como de sus 12 piezas que fueron portada en el New Yorker.

Y recordará algunas anécdotas. Por ejemplo, la vez en que hizo el dibujo de un conocido rejoneador que no le gustó al torero, por lo que se dice que mandó golpear a Quezada con un par de emisarios, quienes confundieron al caricaturista y lastimaron a otro empleado del periódico. Fue entonces que el creador pidió que se publicara su fotografía para evitar confusiones.

 

 

 

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cva

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