FILEY, Mérida; ante la zozobra, la crítica

De la zozobra social hablará hoy la escritora mexicana Cristina Rivera Garza, en su discurso de recepción del premio Excelencia en las Letras José Emilio Pacheco

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CIUDAD DE MÉXICO.

El dolor, la violencia, la locura, el odio, nutren la obra de la escritora mexicana Cristina Rivera Garza (1964), quien ahora, tras 27 años de vivir en Estados Unidos, ha visto cómo estos sentimientos encarnan en la vida cotidiana.

La poeta y narradora originaria de Matamoros (Tamaulipas), conocedora de muros fronterizos y humanos, observa que hoy como nunca “hay zozobra, inseguridad, miedo en el ambiente”, fomentados por la “retórica de odio” del presidente estadunidense Donald Trump.

Novelista y cuentista, pero también socióloga egresada de la UNAM, la autora de Dolerse. Textos desde un país herido y Los muertos indóciles. Necroescrituras y desapropiación urge en entrevista a mantener un espíritu crítico.

De esta “ansiedad” hablará hoy la también ensayista en su discurso de recepción del premio Excelencia en las Letras José Emilio Pacheco, dotado con 175 mil pesos, que le será entregado en la apertura de la sexta Feria Internacional de la Lectura Yucatán (Filey).

“Estos tiempos tan extremos, tan polarizados, tan dramáticos, que nos obligan a salir a las calles y repensar la ‘naturalidad’ de los acontecimientos diarios son especialmente propicios para el pensamiento complejo y crítico”, comenta vía correo electrónico.

Rivera Garza advierte que, “aunque el racismo, la misoginia y la xenofobia no le son ajenos a la historia misma de EU, esta agudización del capitalismo salvaje afecta en especial a todas las poblaciones migrantes, minorizadas más que minoritarias: los latinos, sin duda, y sobre todo a los mexicanos, contra quienes Trump ha lanzado su retórica más vitriólica”.

La doctora en Historia de América Latina y en Letras Humanas, por la Universidad de Houston, piensa que Trump propone el retorno de trabajos manufactureros una vez que años de políticas neoliberales han logrado destruir a los sindicatos y han quitado del mapa beneficios básicos para la clase trabajadora.

Es decir, regresan, si es que regresan, esos empleos, pero en condiciones paupérrimas, para una clase trabajadora blanca que ha sido arrasada por la precarización y alimentada por el discurso de odio”, agrega.

Para la catedrática del departamento de Estudios Hispánicos de la Universidad de Houston, el muro tiene una larga historia y presencia en la frontera entre México y EU. “Basta cualquier visita a garitas como la de Tijuana y San Diego para constatar que hay áreas en que no sólo existe uno, sino tres muros contiguos de diferentes épocas y materiales”, indica.

Aclara que “no sólo llama la atención la centralidad del muro en el discurso trumpiano, la creciente criminalización del inmigrante, y del otro en general, sino el indignante silencio del gobierno mexicano, su parálisis criminal.

“Pareciera ser que, acostumbrados como están a ‘administrar’ la corrupción, se les ha olvidado que su deber es gobernar. No tienen ninguna alternativa, ninguna propuesta de país, excepto venderlo —sus recursos naturales y humanos— a postores cada vez más feroces e indignos”, añade.

La autora de las novelas Nadie me verá llorar y El mal de la taiga señala que “el bombardeo de información diaria, esa sensación de que si uno se despega de los noticiarios va a ocurrir algo tremendo e irreversible en unos cuantos minutos, produce ansiedad”.

Destaca que, por otra parte, “como quedó demostrado en la marcha de las mujeres y, sobre todo, en la respuesta inmediata y masiva en los aeropuertos contra el decreto presidencial que prohibía la entrada a siete países con mayoría de población musulmana, dejan claro que hay capacidad de acción a nivel de la lucha cotidiana.

Si tomamos en cuenta que el espacio público en Estados Unidos es usualmente ocupado por el consumo y no por la producción de ‘compartencia’ social, éstas son buenas señales de las cosas por venir”, menciona.

Realidad y literatura

Rivera Garza destaca que, “de maneras no directas”, ha estado escribiendo alrededor o a través de todas esas categorías y experiencias que, sin duda, seguirán siendo parte de su trabajo.

Actualmente estoy investigando —en archivos, hemerotecas, carreteras y pueblos— sobre la producción de algodón que fue responsable de la construcción de la frontera entre Tamaulipas y Texas por ahí de los años 30, cuando, forzados por la crisis de 1929, una población sustancial de trabajadores mexicanos fue deportada de Estados Unidos”, explica.

Aunque, aclara la traductora, “a diferencia de la época actual, en la cual el gobierno (mexicano) en turno ha mostrado una vergonzosa falta de preocupación e imaginación respecto al creciente número de deportados, en los años 30, Lázaro Cárdenas fue clave en diseñar e instrumentar uno de los programas económicos más arriesgados y exitosos de su gobierno: coordinar la producción privada y estatal de algodón”.

Como todas las historias, apunta, ésta es compleja. “El éxito en el corto plazo ha sido sustituido por una serie de problemas asociados al monocultivo: erosión del suelo, por ejemplo; del que finalmente se desprende la ocupación de ese territorio por la violencia generada por la guerra calderonista”.

Respecto al significado que para ella tiene ser la quinta ganadora del premio Excelencia en las Letras José Emilio Pacheco, dice que ha leído y asignado infinidad de veces la poesía, la narrativa y el ensayo de Pacheco.

Además de mi relación como lectora, me gustaría en esta ocasión acentuar que José Emilio impartió clases en Estados Unidos de forma más o menos regular. A su manera y en otras condiciones, Pacheco formó parte de esa temprana generación (pienso en Gustavo Sainz, en Jorge Aguilar Mora) de escritores mexicanos que emprendieron esa ruta migratoria forjada por tantos trabajadores nacionales hacia el vecino país del norte.

Hay mucho por hacer y mucho que se está haciendo en este terreno. No por nada, una buena parte de la literatura latina e iberoamericana de hoy se está produciendo en Estados Unidos, con frecuencia en español, y a veces en inglés”.

Con China y Campeche como invitados, la Filey se llevará a cabo en Mérida a partir de hoy y hasta el 19 de marzo.

Festival, en proceso de montaje

MÉRIDA. Los faroles rojo con dorado representativos de la cultura china y las puertas de la muralla de Campeche, país y estado invitados de honor, franquean la entrada de la Feria Internacional de la Lectura Yucatán (Filey), cuya sexta edición arranca hoy en el Centro de Convenciones Siglo XXI de la capital yucateca.

Decenas de trabajadores laboraban ayer afanosamente, construyendo los stands de los 580 sellos editoriales que exhibirán sus novedades durante los próximos nueve días y dando vida a los espacios en los que convivirán los amantes de la lectura de todas las edades.

Este año, la Filey contará con la presencia de invitados de 12 países, y un total de 540 escritores, académicos, periodistas, cineastas y caricaturistas, que impartirán conferencias y talleres y participarán en presentaciones de libros.

Rodolfo Cobos Argüelles, director de la Filey, ha dado a conocer que esta feria organizada por la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) se perfila este año hacia su consolidación y ha adelantado que se espera una afluencia de 100 mil asistentes, entre los que destacan 15 mil estudiantes de todos los niveles.

Las artes visuales tendrán una relevancia especial en la presente edición del encuentro librero. Los organizadores parten de la idea de que no sólo se lee un libro, sino también una película, una fotografía o una obra de arte. Por esta razón, la Filey duplica su área de exhibición y venta, que pasará de tres mil 500 a siete mil metros cuadrados, para integrar tres corredores de arte que albergarán exposiciones y piezas in situ de unos 80 creadores.

Respecto a las actividades artísticas, se han programado 83 conciertos y obras de teatro que reúnen a más de 700 artistas en escena. Asimismo 180 talleres de fomento a la lectura para todas las edades y 25 presentaciones de libros. Entre la oferta de artes plásticas destaca una muestra fotográfica de Barry Domínguez, con gráficas inéditas sobre el escritor Juan García Ponce. Y China trae un programa que incluye tres grupos artísticos, diez conferencias, un ciclo de seis películas y documentales y tres exposiciones: fotografía, libros chinos y pintura.