Logo de Excélsior                                                        
Expresiones

Relato de la infancia en un hotel de paso

Florencia Werchowsky en su obra, 'El telo de papá', narra sus vivencias infantiles en el negocio familiar

Juan Carlos Talavera | 27-12-2014
La escritora dice que el hotel de paso tiene relación con la personalidad del argentino. Foto: Tomada de Facebook

CIUDAD DE MÉXICO, 27 de diciembre.-  El telo es la palabra que los argentinos de Buenos Aires utilizan para denominar los hoteles de paso. Al mismo tiempo la palabra sirvió como pretexto para que la escritora y periodista argentina Florencia Werchowsky escribiera la novela autobiográfica El telo de papá.

La palabra, que viene del lunfardo y es un juego de la palabra hotel, representa en la cultura arrabalera argentina una vía de escape para esas fantasías y potenciales dobles vidas que las personas necesitan”, explicó.

Pero un telo no sólo es un hotel de paso, también es un espacio asociado a la infidelidad y a algo esencial en el argentino: el juego constante de llevar una doble vida y sentir que se es más inteligente, gracioso y audaz.

El telo es exclusivo para parejas infieles donde lo que importa es la privacidad y el placer de cumplir un deseo prohibido. Han florecido en Argentina, porque tiene una relación estrecha con nuestra personalidad”.

La existencia de la novela fue posible debido a que Werchowsky vivió casi toda su infancia en uno de esos lugares: “Me crié en un telo; era el negocio de papá desde antes que yo naciera, es lo que llevó la comida a la mesa y lo que sigue manteniéndolo hasta ahora”.

En la novela hay un sinnúmero de rasgos autobiográficos: “En casa teníamos un negocio del que vivíamos y de eso se hablaba con absoluta naturalidad, con más o menos información”. De la puerta para afuera el telo se convirtió en algo excepcional y el pueblo etiquetó a la autora para siempre.

Me enfrentaba a una sociedad que en el fondo no lo aceptaba, enfrentaba esa horda de prejuicios y murmullos, todo mundo sabía quién era yo, pero no a todos les parecía divertido”.

El telo de papá ofrece una mirada a aquella niña que mientras fingía dormir, escuchaba los murmullos del mundo adulto. 

Te recomendamos

Comparte en Redes Sociales