¿Qué significa si me gusta tener peces? Esto dice de tu personalidad
Tener una pecera en casa puede revelar rasgos de tu personalidad. Además, tiene efectos psicológicos que se relacionan con una vida más tranquila.

Algunas personas son felices con la energía de un perro; otras, con la curiosidad de un gato. Hay un tercer grupo que prefiere tener peces en casa.
Aunque para algunos pueda parecer aburrido, quienes eligen vivir con peces suelen tener personalidades distintas: son personas que buscan una vida más tranquila, con menos estrés y ansiedad.
Desde hace tiempo se habla del efecto relajante que provoca mirar el agua mientras los peces nadan, pero… ¿qué dice la ciencia al respecto?

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¿Qué significa que una persona tenga peces?
Para muchas personas, tener una mascota es sinónimo de compañía y apoyo emocional. Sin embargo, los peces ocupan un lugar particular en esta ecuación.
No todos se sienten atraídos por este tipo de mascota. Quienes los tienen suelen ser personas tranquilas, que disfrutan de momentos de reflexión a solas y que valoran actividades que requieren atención sostenida para lograr relajarse. Esto se ha confirmado en algunas investigaciones.
Un análisis publicado en la revista PLOS One encontró que tener peceras en casa puede ayudar a relajarse y reducir el estrés. Por eso, algunas personas optan por peces en lugar de perros o gatos. La clave, según estos estudios, está en observar sus movimientos suaves y, para algunos, disfrutar incluso del sonido del agua.
Además de transmitir calma, los dueños de peces mencionan beneficios como felicidad y entretenimiento al cuidarlos. No obstante, también existen diferencias importantes frente a otras mascotas:
- No hay contacto físico: a diferencia de un perro o un gato, los peces no pueden salir de la pecera para recibir caricias o brindar apoyo directo.
- Vínculo emocional limitado: algunos dueños reconocen que es difícil establecer un lazo profundo.
- Vida más corta: el hecho de que los peces mueran con cierta frecuencia puede generar tristeza.
- Mantenimiento: una pecera grande requiere tiempo, cuidados constantes y una inversión económica.
Pese a ello, ver peces puede ser una distracción positiva que aleja la mente de preocupaciones y refuerza el amor por la vida.

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Efectos en la salud mental al ver peces de colores
¿Te has preguntado por qué en Buscando a Nemo el dentista tiene una pecera en su consultorio? No es casualidad. La presencia de peces en entornos como salas de espera tiene un propósito.
Un estudio conjunto de la Universidad de Plymouth, la Universidad de Exeter y el Acuario Marino Nacional demostró que observar acuarios ayuda a reducir la presión arterial y la frecuencia cardíaca. Y hay más: mientras más peces había, más tiempo se mantenía la atención de las personas y mejoraba su estado de ánimo.
En la misma línea, una investigación publicada en Environment & Behavior encontró que mirar peces coloridos y de distintas formas favorece el bienestar psicológico, generando sensaciones de calma y positividad.
La revisión de estudios en PLOS One recopiló beneficios específicos:
- Reducción de la ansiedad: ver una pecera en la sala de espera de un dentista ayuda a que los pacientes se sientan más cómodos.
- Mejora del comportamiento en personas con demencia: la presencia de peces logró tranquilizarlos y favorecer la interacción.
- Aumento de la tolerancia al dolor: observar peces incrementó la resistencia a estímulos dolorosos.

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¿Cuáles son los efectos de ir a los acuarios y observar la vida marina?
Un acuario no es solo una pecera grande. Es una ventana a un mundo marino que puede aportar beneficios tangibles a la salud física y mental.
Aquí cinco efectos clave, respaldados por la ciencia, de visitar acuarios o tener uno en casa:
- Reduce el estrés: el movimiento de los peces y el ambiente acuático generan una respuesta de relajación.
- Mejora el estado de ánimo: la vida marina, especialmente cuando hay mayor diversidad, aumenta sentimientos de felicidad y calma.
- Aumenta la atención y el interés: observar un acuario estimula la concentración de forma natural.
- Beneficios para la salud: en pacientes con demencia, ver acuarios ha mejorado la ingesta nutricional y el peso corporal.
- Conexión con la naturaleza: los acuarios llevan un pedacito del mundo natural a la vida urbana.
Lo más interesante es que estos beneficios se observaron incluso en acuarios vacíos de peces al inicio, solo con agua y decoración artificial. Esto sugiere que la presencia de peces vivos potencia el efecto calmante, pero la atmósfera acuática en sí ya tiene un impacto positivo.
Lo que antes parecía una simple creencia popular—que ver peces relaja—hoy está respaldado por evidencia científica. Los acuarios pueden ser una herramienta accesible, de bajo riesgo y sorprendentemente efectiva para mejorar nuestro bienestar psicológico y fisiológico.
Para quienes buscan una vida más tranquila, dedicar tiempo a observar peces puede ser algo más que un pasatiempo: es una forma de autocuidado, un momento diario para bajar el ritmo y reconectarse con la calma.
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