La hora de los valientes: Una dupla perfecta y heroica

Luis Gerardo Méndez y Memo Villegas hicieron a un lado sus miedos y sacaron a su héroe interior, uno como el psicoanalista y otro como el policía, en esta película que combina drama, comedia y acción

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El psicoanalista tendrá que dejar atrás sus miedos para salvar a su amigo.Cortesía Netflix

Empiezan las vacaciones y con ellas, la búsqueda de opciones de entretenimiento para esta temporada decembrina. La opción de películas nuevas en español es La hora de los valientes y que reúne a dos mexicanos consentidos de la pantalla: Luis Gerardo Méndez (Javi Noble en Nosotros lo Nobles) y Memo Villegas (el teniente Edson Prieto en Harina: El teniente vs. El Cancelador).

Bajo la dirección del argentino Ariel Winograd —director de la reciente serie Menem, Las Bravas F.C. y Cómo sobrevivir soltero, así como de películas como Una pequeña confusión, ¿Y cómo es él? y Y tod@s caen— los actores logran generar la empatía de la audiencia con la relación entre dos personajes totalmente opuestos.

La historia es la de un psicoanalista (Méndez) que es condenado a realizar trabajos comunitarios a causa de un accidente de tránsito, por lo que se le asigna dar acompañamiento terapéutico a un inspector de la comisaría (Villegas) devastado por una infidelidad de su mujer. Juntos enfrentarán peligros inimaginables y descubrirán que todos necesitamos ayuda, incluso cuando creíamos que no.

La cinta indirectamente expone el trabajo de los policías y cómo deben sacar su valentía, como parte de su trabajo, incluso en sus momentos más vulnerables en la vida. Pero no sólo ellos, sino aquellos, como el psicoanalista que, a pesar de verse como una persona tímida que no rompe un plato, logra lanzarse al vacío por convicción para defender a alguien en el que han hallado un lazo tan complejo como la amistad.

Luis Gerardo Méndez compartió el héroe que trae dentro de sí este psicoanalista, que no sólo ayuda a acomodar las emociones de otros, sino que, en este caso, encuentra esa fuerza interior que lo impulsa a buscar cómo salvar a su amigo, aunque tenga que exponer su vida para ello y se ponga constantemente en peligro, uno que jamás ha experimentado.

“Es un psicólogo muy culto, muy estudiado, muy entendido, muy autotrabajado, pero también con mucho miedo. Tiene mucho miedo a lo desconocido, a lo diferente, a la calle, a la policía, a la inseguridad, como muchos mexicanos tenemos miedo. Y, de pronto, tiene que ir y es el único que puede salvar a su nuevo amigo al que, de pronto, le adquirió muchísimo cariño, porque se volvieron socios en la tragedia de cada uno.

“Los dos están pasando por un momento muy difícil y él es el único que sabe que puede hacer algo por él. Nadie más va a hacer nada por él. Sus colegas no van a hacer nada por él. Le toca a él enfrentarse a estos miedos, ¿no?

“Cuando leí el guion, ahí me tocó mucho, porque creo que todos hemos estado en estos momentos en nuestras vidas donde llegan estos momentos definitivos y tienes que tomar acción.

“Y es de ‘voy a ir a esa marcha’ o ‘voy a mandar ese mail’ o ‘voy a tener esta conversación incómoda con esta persona’, ¿no? A Silverstein, mi personaje, le toca hacer algo mucho más difícil, pero en esa acción hay un descubrimiento muy potente que me quedo yo como actor”, afirmó Méndez en entrevista con Excélsior.

El actor compartió que tras la filmación se cuestionó lo mismo que su personaje.

“Cuando yo terminé esta película acabé muy revolucionado de ‘¡claro!, ¿qué más?’. O sea, los dos estamos pasando por esta crisis de los 40, donde ya viviste la mitad de tu vida y viene la otra mitad y es ‘¿Qué más? ¿Qué más hay? ¿Qué más que puedo hacer?’. Las posibilidades.

“No quiero hacer spoilers, pero, al final, a Silverstein se le abre un mar de posibilidades y cuando ves esa última mirada, esa mirada que hay en esos personajes, es muy lindo reflejarte en eso”, dijo.

Para las escenas de acción, en relación a los cuerpos policiacos, Memo Villegas reveló que trabajaron con especialistas para darles realismo en movimientos y manejo de armas. Sin embargo, destacó que más allá de ello, lo que querían enfatizar era la relación surgida entre ambos personajes y sus propias historias.

Y acerca de representar nuevamente a un policía, como le sucedió en la serie Harina, esto puntualizó sobre La hora de los valientes.

“¡Yo no quería ser policía (dedicarse a ello), yo quería ser futbolista, no policía! Y ahora soy actor”, bromeó Villegas.

“En realidad a lo que se dedica el personaje en esta película, yo creo que pasa a segundo plano. Lo que me interesa de los personajes es por dónde atraviesan, lo que sufren. Aquí fue una coincidencia. Ambos personajes me encantan y van más más allá de sólo ser un policía, ¿no? Pero sí, fue totalmente coincidencia.

“En este caso particular, yo sólo sabía que había involucrados en la película un policía y un terapeuta cuando me invitaron al proyecto. Y yo dije: ‘Ojalá me toque ser el terapeuta’, porque justo vengo de... (recrear a un policía). Al final de cuentas son dos seres humanos distintos, que trabajan en lo mismo, pero distintos”, expresó el actor.

El director Ariel Winograd habló de la relación de estos personajes.

“No es que busco humanizar algo puntualmente. Buscamos todo el tiempo que el tono fuera lo más realista y lo más humano posible, de las personas, fuera el policía o el psicólogo. Creo que la humanización es ver cómo estos dos personajes en un punto expresan, en diferentes formas, sus sentimientos.

“Era contar una aventura bastante cinematográfica, sorpresiva, de personas que podrían existir. No es que busca estigmatizar a alguien, sino que utiliza la realidad a favor de la historia cinematográfica. Yo creo que el aprendizaje de esta historia es que todos necesitamos ayuda”, señaló Winograd.

COMO NIÑOS EN EL SET

Ariel Winograd destacó que ambos actores jugaron en el rodaje todo el tiempo y que tuvieron siempre la oportunidad de aportar en los ensayos.

“Trabajar con Luis específicamente, que ya lo habíamos hecho hace años, pues... tenemos como el mismo humor, como un empate en el sentido del humor que ayuda mucho a que las escenas subieran más rápido y fuera más efectivo también. Tengo un recuerdo de que todo era ‘sí’. Estaba todo muy organizado.

“Inclusive hicimos un photo story y teníamos muy claro que queríamos tener muchas puestas de cámara y mucho movimiento en los planos, que se tenga un punto ahí bien marcado. Cuando tenés estos dos genios, todo es más fácil y sí, había el espacio para improvisar o algo, pero también era muy metódico. Era como de ‘ahora vamos a hacer esta puesta y después esta y luego la otra’. Fue duro igual, corrimos bastante, pero fue muy fácil también. Me acuerdo del primer día en el que nos vimos e hicimos una lectura. Fue como ‘ya está, esto, ya está, vamos’”, detalló.

Luis Gerardo Méndez sacó el anecdotario.

“Recuerdo pocas películas en mi vida en las que haya sido tan fácil trabajar con el otro actor. De las escenas de acción... lo del edificio y el día de la lluvia, de cuando no me puedo bajar del coche y empieza a llover ¿no?”, recordó.

Memo Villegas rememoró otra escena.

“Cuando estábamos ahí cuando estaban los cuerpos, casi ahogados tus actores”, se refirió al director y éste respondió: “Era una escena muy compleja y había que probar las mangueras de lluvia y dijimos ‘en vez de hacer una prueba, filmemos la prueba. Y bueno, la lluvia... había que manejarlo un poquitito mejor y el que hacía de muerto, de pronto, le caía todo y... ¡revivió! Todo el mundo gritaba: ‘corten, corten, no puedo respirar’. Esa fue muy complejo”, bromeó Winograd.

Méndez relató: “La de la cornisa para mí fue un reto particular, porque yo le tengo pavor a las alturas y de pronto llega Win un día así: ‘loco, le podemos agregar a la escena unas palomas que te ataquen’. Sí, una gran idea...”, río.

“Me parece que fue una gran idea unirlos”, concluyó el director.