Cancelación de vuelos deja a yucatecos sin concierto de Bad Bunny
La cancelación de vuelos dejó a pasajeros yucatecos varados, provocando que muchos perdieran los conciertos de Bad Bunny en Ciudad de México.

La cancelación de un vuelo de la aerolínea Volaris provocó inconformidad y frustración entre decenas de pasajeros yucatecos que tenían previsto viajar a la Ciudad de México para asistir a uno de los eventos musicales más esperados del cierre de año: los conciertos de Bad Bunny. El incidente ocurrió en plena temporada alta de diciembre, cuando miles de personas se desplazan por el país para vacaciones, eventos y reuniones familiares, lo que vuelve cualquier contratiempo especialmente complicado.
El vuelo estaba programado para despegar desde Mérida la noche del miércoles 17 de diciembre a las 19:59 horas con destino a la capital del país. Sin embargo, la aerolínea informó que el servicio fue cancelado debido a supuestas condiciones climáticas adversas en Tijuana, ciudad desde donde la aeronave debía arribar antes de continuar su trayecto. Esta explicación generó dudas entre los pasajeros, quienes aseguraron no haber recibido información clara ni con suficiente anticipación.
¿Qué pasó con los vuelos?
Tras la primera cancelación, Volaris ofreció como alternativa la reprogramación del vuelo para la madrugada del jueves 18 de diciembre, con salida prevista a las 5:13 de la mañana. Para muchos pasajeros, esta opción representaba la última oportunidad de llegar a tiempo a la Ciudad de México y no perder el concierto del viernes 19 de diciembre. Con esa esperanza, varios decidieron permanecer en el Aeropuerto Internacional de Mérida durante la noche.
No obstante, la situación empeoró cuando la aeronave nunca llegó a la terminal aérea, dejando nuevamente a los viajeros sin una solución concreta. Algunos pasajeros durmieron en el suelo o en las bancas del aeropuerto, mientras esperaban alguna notificación oficial. La falta de comunicación por parte de la aerolínea incrementó el enojo, ya que el personal no pudo confirmar si habría una nueva reprogramación ni ofrecer una fecha segura para el vuelo.
Los afectados señalaron que, además del retraso y la cancelación, no se les brindó atención básica como alimentos, bebidas o algún tipo de apoyo durante las horas de espera. Tampoco se les proporcionó información clara sobre el proceso para solicitar un reembolso o una reposición del vuelo en fechas posteriores. Esta incertidumbre generó preocupación, sobre todo entre quienes ya habían gastado dinero en hospedaje, transporte y entradas para el concierto.
Muchos pasajeros expresaron que el impacto no fue únicamente económico, sino también emocional, pues se trataba de un evento esperado desde hace meses. Algunos intentaron buscar alternativas de último momento, como viajar por carretera o comprar boletos con otras aerolíneas, pero los altos costos y la saturación de servicios hicieron que estas opciones no fueran viables para todos.
La cancelación ocurrió en un contexto de alta demanda aérea, donde factores operativos y logísticos suelen generar complicaciones. Sin embargo, los usuarios coincidieron en que el principal problema fue la falta de información oportuna y la ausencia de soluciones claras por parte de la aerolínea.
Todo este panorama se dio mientras Bad Bunny realizaba una de las giras más exitosas de su carrera en México. El artista puertorriqueño programó una serie de presentaciones consecutivas en el Estadio GNP Seguros de la Ciudad de México como parte de su gira “DeBÍ TiRAR MáS FOToS”, atrayendo a miles de seguidores de diferentes estados del país, incluidos muchos provenientes de Yucatán.
¿Qué fechas faltan?
Las fechas ya realizadas incluyeron los conciertos del 10, 11, 12, 15 y 16 de diciembre. Sin embargo, aún faltaban varias presentaciones clave, entre ellas la del viernes 19 de diciembre, que era justamente la fecha a la que planeaban asistir muchos de los pasajeros afectados por la cancelación del vuelo.
Además del 19 de diciembre, Bad Bunny todavía tenía programados conciertos para los días 20 y 21 de diciembre, cerrando así una serie histórica de ocho presentaciones consecutivas en la capital del país. Estas últimas fechas seguían generando gran expectativa, pues representaban el cierre de su estancia en México antes de continuar con su gira internacional.

La magnitud del evento hizo que la Ciudad de México recibiera a miles de visitantes, activando una importante derrama económica en sectores como el turismo, el hospedaje y el transporte. Para quienes no lograron llegar, la cancelación del vuelo significó perder no solo el concierto, sino una experiencia completa que habían planeado con anticipación.
Hasta ahora, muchos de los pasajeros afectados continúan a la espera de una respuesta definitiva por parte de Volaris respecto a la reposición del vuelo o la devolución de su dinero. La situación ha reavivado el debate sobre la responsabilidad de las aerolíneas ante cancelaciones y la necesidad de garantizar los derechos de los usuarios, especialmente en fechas de alta demanda.
La cancelación del vuelo dejó a decenas de personas sin la posibilidad de asistir a uno de los conciertos más importantes del año, evidenciando cómo la falta de comunicación y soluciones oportunas puede convertir un viaje planeado en una experiencia frustrante para los pasajeros.
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