Zak Brown tiene su lado coleccionista

El director de McLaren en la Fórmula Uno guarda objetos inmortales en especial de beisbolistas

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El director de McLaren mostró otra de sus pasiones, la memorabilia.Foto: Facebook

En los circuitos de Fórmula 1, Zak Brown es reconocido como el arquitecto de la resurrección McLaren. Pero detrás de los podios, existe un cazador furtivo de piezas que inmortalizan la historia del beisbol.

Brown es un coleccionista voraz con predilección por el Rey de los deportes. No sólo compra franelas, sino que guarda muchos objetos icónicos. 

“Soy una enciclopedia andante del beisbol”, dijo Brown hace algunas semanas. Su devoción no es una pose de millonario aburrido. Creció idolatrando a Cardinals de San Luis, con Tom Herr como héroe y un vínculo emocional. Su amor hizo que bautizara a su hijo menor como McGuire, sí, por Mark McGwire, aunque con otra ortografía.

Brown ha pisado  26 estadios de Grandes Ligas. En su museo personal descansan tesoros entre los que destacan el trofeo del All-Star Game 1933 de Jimmie Foxx, un Guante de Oro de Albert Pujols, jerseys de Ted Williams, Micke Mantle, Willie Mays y Hanck Aaron. Incluso el trofeo de Novato del Año de Pete Rose.

Pero ninguna pieza encarna mejor su personalidad que una carta firmada por Mickey Mantle en 1972. Un documento que pasó de simple recuerdo a leyenda tras ser subastado en 2022 por 242 mil 788 dólares. Nadie sabía quién había comprado la joya… hasta que Brown, entre risas, lo reveló.

La anécdota es parte de su naturaleza. Cuando tenía 13 años, marcó cada día al Preston Trail Country Club de Dallas preguntando si Mickey Mantle estaba. Tras semanas de insistencia, el propio Mantle contestó para insultarlo y colgarle sin saber que se trataba de un niño. Su madre intercedió. Días después, el legendario slugger lo invitó a pasar medio día juntos. “Fui un fan acosador”, rememora Brown. Ese encuentro lo convirtió en un perseguidor vitalicio de historia deportiva.

Su fiebre trasciende el beisbol. Brown atesora la carta de renuncia de Richard Nixon a Henry Kissinger, una misiva firmada por George Washington y, por supuesto, el McLaren MP4/6 con el que Ayrton Senna conquistó Mónaco en 1991.

Sin embargo, cuando las luces rojas se apagan y los motores rugen, Brown no olvida qué lo hizo soñar. Detrás de los monitores de telemetría y los trofeos de la F1, reposa la mirada del niño que lloró por un insulto de Mantle y que hoy sonríe rodeado de recuerdos.