Entre goles y millas, los largos viajes son parte del juego en el Mundial 2026

La Copa del Mundo obligará a múltiples equipos a sumar miles de millas en vuelos.

thumb
Foto: Generada con IA / Gráficos: Horacio Sierra.

La Copa Mundial de la FIFA 2026 será recordada como el certamen que redefinió lo que significa viajar en una fase de grupos con selecciones enteras aprendiendo a vivir dentro de un avión. El torneo más grande de la historia no sólo amplió el número de partidos y participantes, también extendió el espacio territorial en donde la distancia dejó de ser una nota logística para convertirse en una condición del juego.

Qatar 2022 ofreció un torneo casi concentrado, comprimido en traslados que rara vez superaban una hora por carretera. Estados Unidos, Canadá y México plantean el extremo opuesto. Tres países, múltiples husos horarios y una red de sedes separadas por miles de kilómetros obligan a repensar la fase de grupos como un ejercicio de administración física y mental. Las 48 selecciones viajarán 91,400 kilómetros que son 2.4 vueltas a la tierra sólo en fase de grupos y sin considerar los países de origen ni las localidades que elegirán como su centro de operaciones.

thumb
Gráfico: Horacio Sierra.

Evitar repeticiones y equilibrar trayectorias

La FIFA asumió esa complejidad desde el origen del calendario. No hubo sedes fijas para ningún seleccionado. El orden tradicional se invirtió. Primero se conocieron los equipos y después se asignaron las ciudades. Manolor Zubiria, director del Mundial 2026  explicó que el método respondió a la necesidad de evitar repeticiones y equilibrar trayectorias, aunque el costo fue una planificación exhaustiva que convirtió el calendario en un rompecabezas sin piezas idénticas.

El resultado es un torneo de 104 partidos que se juega a un ritmo elevado y en un mapa fragmentado. La mitad de las selecciones recorrerá más de 1,600 kilómetros sólo en la fase de grupos que impactará en el tiempo lejos de campo,  horas que alteran rutinas, modifican horarios de comida y reducen márgenes de recuperación.

thumb
Gráfico: Horacio Sierra.

Equipos que salgan del repechaje europeo, de los que más viajarán

Los equipos que más viajarán encarnan esa carga desde el primer día. Los ganadores de repechaje europeo encabezan la lista con recorridos superiores a los cinco mil  kilómetros. Su condición itinerante los obliga a instalarse y desinstalarse de manera constante, con trayectos largos entre sedes que fragmentan la preparación. El equipo que resulte ganador del repechaje europeo y se dirija al Grupo B (Italia, Gales, Bosnia y Herzegovina o Irlanda del Norte) deberán afrontar la mayor distancia entre sedes.  Iniciará su participación en Toronto, luego atravesarán  Estados Unidos para jugar en Los Ángeles y cerrar en Seattle.

Argelia se suma a ese contingente con una secuencia de ciudades poco favorable, una ruta que no concede continuidad. El saque inicial lo darán en Kansas City contra Argentina, luego se desplazará a San Francisco para medirse a Jordania y regresar a Kansas para enfrentar a Argelia.

En el otro extremo aparecen selecciones que vivirán un Mundial radicalmente distinto. Egipto apenas se moverá 383 kilómetros. Paraguay y Francia tampoco superarán los 600. Para ellas, el torneo ofrece una logística casi doméstica, con bases estables y desplazamientos breves. No es garantía de éxito, pero sí un entorno que reduce fricciones.

thumb
Gráfico: Horacio Sierra.

El Tri del Vasco Aguirre tendrá el recorrido más cómodo

Los anfitriones reflejan la misma disparidad. México disfrutará del recorrido más cómodo, con sedes cercanas y trayectos controlables. Estados Unidos asumirá desplazamientos claros entre ciudades grandes, manejables dentro de su propia infraestructura aérea. Canadá, en cambio, afrontará las distancias más largas, enlazando partidos contra rivales de distintos continentes con una carga aérea significativa.

Entre los aspirantes al título, la geografía también reparte ventajas silenciosas. Argentina, campeona vigente, jugará en Dallas y Kansas City, una combinación que limita el desgaste. Francia permanecerá en el noreste con traslados mínimos. Inglaterra, por el contrario, cruzará entre Massachusetts y Texas, ampliando su huella aérea en la fase inicial y sumando complejidad a su preparación.

La Copa del Mundo ya conoció viajes extensos. Brasil 2014 obligó a recorrer más de 3,200 kilómetros en promedio durante la fase de grupos. La diferencia en 2026 es la concentración temporal y la densidad del calendario que se amplía en su fase eliminatoria. Nunca antes tantas selecciones habían acumulado tantos kilómetros en tan pocos días. El balón seguirá rodando al mismo ritmo, pero el contexto será otro.

En Norteamérica, el Mundial  se jugará en estadios, pero también en los aeropuertos, en hoteles provisionales y en cuerpos que deberán responder tras horas de vuelo.

*mcam