Siguen damnificados; enfrentan el covid-19

CIUDAD DE MÉXICO.

TIENE CLAUSTROFOBIA

Fotos: Elizabeth Velásquez y Eduardo Jiménez

Carmen cumplió 60 años en mayo, es una de las sobrevivientes del edificio de Álvaro Obregón 286, Fito, su compañero, fue el último cuerpo rescatado en la Ciudad de México. Tras el sismo ella requirió tomar terapia sicológica pues no soportaba estar en lugares cerrados.

Carmen aún estaba en las escaleras de emergencia cuando vino el derrumbe, trabajaba en el tercer piso en las labores de acondicionamiento para unas oficinas que abrirían ahí.

Yo ya no quería vivir, no quería estar aquí, me salía como a las 8 de la mañana de mi casa, ponía una silla en la calle y ahí me estaba todo el día; me metía hasta las 7 u 8 de la noche, porque era horrible, y las terapias me ayudaron más o menos a superar esa situación”, comentó.

Ocho meses de terapia le tomó recuperar la confianza, sin embargo, el temor volvió cuando tuvo que encerrarse en su casa, como parte de las medidas de mitigación de la pandemia de coronavirus.

Luego del sismo, donde perdió uno de sus dos empleos, se quedó sólo con un trabajo, que perdió a causa de la Jornada Nacional de Sana Distancia.

Por la contingencia tuvieron que hay cerrar”, señaló.

Carmen tuvo que sacar los ahorros de su afore, pues sus deudas comenzaron a aumentar, ahora ha perdido la posibilidad de tener una pensión. Aún así, sigue luchando de la mano de dos de sus cinco hijos .

-Abraham Nava

SIN CLIENTES POR PANDEMIA

Fotos: Karina Tejada

En la esquina de Concepción Béistegui y Yácatas, en la colonia Narvarte Poniente hay dos huellas permanentes del sismo del 19-S.

Una es un terreno baldío donde alguna vez se levantó el edificio con el número 1503. La otra, una huella viva, el ir y venir de Enrique Alcántara, un hombre de 67 años, cuyo negocio de tintorería y planchado, La docena, se vino abajo, un local que también era su hogar y que desde entonces improvisó en un campamento con lonas y muebles que le regalaron.

Después del terremoto, la gente se enteró de la historia de Enrique, que seguía dispuesto a planchar para sobrevivir mientras el local que rentaba era reconstruido, muchos le llevaron prendas y docenas de ropa, pero el trabajo le dejó de llegar y con el cierre por la pandemia, los encargos de planchado se fueron casi a cero.

Muchos se quedaron sin trabajo, entonces no usan ropa de vestir. Tengo dos clientes que me traen si acaso una docena a la semana o al mes, entonces ahorita sí me la estoy viendo muy apretada”, dijo.

Su rutina comienza antes de las cinco de la mañana, barre la calle y se va a ayudar a una mujer que vende café, le hace mandados y encargos; asimimo apoya a otra que vende tamales. También se dedica a lavar vehículos.

Enrique vive en el campamento con su hijo, también desempleado por la pandemia.

-Abraham Nava

SE QUEDÓ SIN MERCANCÍA

Fotos: Cuartoscuro

Miriam Figueroa, de 57 años, llegó de Guadalajara en 2015 y trabajaba en una agencia de viajes en el edificio ubicado en Álvaro Obregon 286.

En el sismo del 19 de septiembre de 2017 Miriam no alcanzó a salir y quedó bajo los escombros; fue rescatada con múltiples heridas en cabeza y tórax y atendida en la Cruz Roja Polanco.

Fueron horas de angustia las que viví ahí atrapada”, recuerda.

Un día después de haber sido atendida, llegó a su casa en el Multifamiliar Tlalpan para descubrir que su casa se había derrumbado.

Mi casa ya no estaba, todo era escombros, ambulancias y policías. Muebles, ropa y recuerdos, todo lo perdí en unos minutos”, comentó.

Por la desesperación, al no tener recursos para comer, se dedicó a vender dulces artesanales en iglesias y plazas. Pero el pasado 29 de mayo, policías de la Secretaría de Seguridad Ciudadana le quitaron su mercancía pues en ese momento estaba prohibido vender en la vía pública.

Desde entonces no ha encontrado empleo, por su edad y la difícil situación que atraviesan los comercios por la pandemia de covid-19.

Ella vive en San Andrés Totoltepec con su hermana Ana, quien padece esquizofrenia. Así que todos los días camina por las calles del centro de la alcaldía de Tlalpan solicitando apoyo de las personas que quieran ayudarla.

-Efrén Argüelles

VIVEN AMONTONADOS

Foto: Cortesía Imagen Televisión

Los pendientes de la Reconstrucción siguen golpeando familias, la de África, que vive en la colonia Del Mar, en Tláhuac, es una de ellas.

Y, a pesar de que han logrado salir adelante, los recuerdos de los daños y el sufrimiento no desaparecen.

Híjole, recuerdo ese día aún con miedo, con terror”, dice África al relatar que ese día su casa sufrió mucho daño. “Se hundió y se inclinó, se recargó en la casa de al lado, se abrió el patio”.

A pesar del deterioro, la Comisión para la Reconstrucción mandó trabajadores para demolerla hasta el 24 de septiembre de 2019.

Tampoco les han dicho si son candidatos a la reubicación.

Sin embargo, siguen percibiendo el apoyo de cuatro mil pesos que ofrece el gobierno local, que les alcanza para vivir en una accesoria, muy pequeña para estos momentos donde el mensaje es: Quédate en Casa, para mitigar la propagación del virus de covid-19.

Es doble tragedia para nosotros, dicen quédate en casa, y ahorita nosotros rentamos un lugar muy pequeño donde es difícil estar confinados”, explica.

Y además de esperar su turno de reconstrucción, viene otra angustia. “La petición de nosotros y exigencia es que no nos saquen de nuestro entorno, por las escuelas y trabajos es difícil cambiar de vida, de por sí nuestra vida se transformó desde entonces”, suplican África y su familia.

-Atalo Mata