Las otras víctimas de Iztapalapa: 'Aslan' busca a su dueño y a 'Tita' le echaron aceite de mecánico

“Aslan” y “Tita” son dos perritos rescatados tras la explosión en La Concordia, Iztapalapa; heridos por quemaduras, luchan por recuperarse con ayuda de veterinarios y rescatistas.

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“Aslan” busca a su dueño y a “Tita” le echaron aceite de mecánico

Cuatro días después de la explosión de una pipa de gas LP en el puente La Concordia, en la alcaldía Iztapalapa, Ciudad de México, la médico veterinaria Nayeli Téllez recibió un mensaje de texto que la alertaba sobre el avistamiento de un perro herido por quemaduras cerca de la zona.

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Se trataba de un pitbull de aproximadamente 10 años, con quemaduras en varias partes del cuerpo: ingle, torso, patas y hasta las orejas. Sin dudarlo, Téllez contactó a los rescatistas del albergue Metzi y de Nación Pitbull para apoyarla en el rescate del perrito, al que llamaron “Aslan”.

“Él no se movía, no caminaba, lo tuvimos que cargar. El señor del taxi lo subió y luego yo lo pasé a mi carro cargándolo. Fueron dos o tres días cargándolo porque no podía moverse”, relató a Excélsior Javier Carranza, quien lo tomó en brazos y lo llevó a la clínica de la doctora, a unas cuadras del sitio donde la onda expansiva lesionó a decenas de personas y ha dejado, hasta ahora, más de 20 fallecidos.

“No hay duda de que fue herido por la explosión”, confirmó Téllez a este diario, señalando las múltiples quemaduras en el cuerpo de “Aslan”, a quien ya ve con un diagnóstico favorable tras una semana de tratamiento bajo su cuidado.

El pitbull también sufrió afectaciones pulmonares por inhalación de gases, posible parálisis facial del lado izquierdo debido al calor, y presenta una fractura en la columna.

¿Su dueño está entre las víctimas?

Tanto la veterinaria como los rescatistas coinciden en que “Aslan” muestra señales claras de haber tenido un hogar: buena nutrición, comportamiento socializado e incluso las orejas mutiladas, una práctica, aunque cuestionable, común en perros domesticados.

“Cuando lo saco a pasear, lo único que quiere es ir hacia la zona de la explosión”, relató Téllez.

“Tenemos la idea de que tenía dueño por su tipo de alimentación, porque no está desnutrido. Nos queda la duda de si su familia fue víctima de la explosión o si él solo resultó herido. Quisiéramos saber si alguien lo reconoce”, añadió Carranza.

De no ser reclamado, los rescatistas planean darlo en adopción. El candidato ideal sería alguien con experiencia en la raza, que tenga suficiente espacio y que, de preferencia, pueda tenerlo como única mascota.

“Aslan”, cuyo nombre significa "guerrero", “es un perro muy amoroso, a pesar de su aspecto rudo”, comentó Carranza. “Ha sido muy pacífico, se deja curar y respeta a otros animales y personas”.

Una red de apoyo encontró a “Tita”

“Uno quisiera tener la capacidad de entenderlos y decirles: no te preocupes, esto es lo que necesitas, yo te lo voy a acercar”, expresó Aurora Chapuli, fundadora del Albergue Metzi y parte de la red de rescatistas y veterinarios que han unido esfuerzos para atender a animales víctimas de la explosión del 10 de septiembre.

“Aslan” fue el primer perro rescatado, pero el equipo espera recibir más voluntarios para organizar nuevas brigadas de búsqueda, ya que las heridas por quemaduras pueden tardar varios días en manifestarse visiblemente.

Así fue como el sábado 20 de septiembre, junto a otros voluntarios, dieron con “Tita”, una perrita adulta en situación de calle, llevaban días recibiendo reportes sobre su avistamiento, pero no habían logrado localizarla.

Chapuli incluso se grabó varias veces intentando hallarla cerca del paradero de Santa Martha, por la estación del Metro y el Cablebús, hasta que finalmente, la encontró.

Vecinos de La Concordia identificaron a “Tita”, asegurando que “tenía pelo en todo su cuerpo, de color café”. Hoy, en cambio, tiembla mientras entra en su proceso de sanación.

La veterinaria Téllez explicó que la perrita habría sido cubierta con aceite de motor, probablemente como intento desesperado por aliviar sus quemaduras o apagar las llamas.

“Ya se le han aplicado dos baños, pero aún tiene restos de aceite en el cuerpo”, dijo.

“Lo recomendable no es echarles agua, aceite u otros remedios caseros, sino llevarlos de inmediato al veterinario”, advirtió, al analizar las múltiples quemaduras que comprometen la salud de “Tita”, ya que debilitan la barrera cutánea y abren la puerta a infecciones.

Ayuda ciudadana para más rescates

La doctora confía en que “Tita” se recupere pronto para también buscarle un hogar lejos de las calles y los rincones donde la onda expansiva la alcanzó.

La red de apoyo, conformada por veterinarios, rescatistas y voluntarios, está cubriendo los gastos médicos y de pensión tanto de “Aslan” como de “Tita”, por lo que solicitan el apoyo de la ciudadanía.

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“Lo único que pedimos es que si ven un perro afectado, se queden en el lugar hasta que podamos llegar”, recordó Chapuli.

Porque en medio del dolor y la tragedia, también hay esperanza, y en este caso, tiene nombre, mirada noble y una historia que merece ser contada.

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*brc