Ni con pregoneros ofreciendo cocteles, ni con arcos de globos, ni con pizarrones “con madre”, este 10 de mayo la Ciudad de México fue tímida en su celebración.
El Centro histórico no vio río de compradores caminando en uno de sus pasillos favoritos, la calle de Madero.
En el centro de Coyoacán, al sur, hubo espacio suficiente para que sus paseantes se tomaran las fotos sin aglomeraciones.
Y en uno de los principales corredores gastronómicos de la capital, el de la colonia Condesa, las mesas echaron de menos a sus comensales.
Aunque los comercios abrieron, la venta de regalos, flores y el consumo en restaurantes aun estará lejos de lo registrado en 2019 antes de la pandemia.
Con información de Marco Silva.
*bb
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