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El abandono de Karla: Su papá fue a la cárcel por robo; ella pasó un tiempo en el DIF

La adolescente intentaba en ocasiones escapar de su realidad… llegaba a las puertas de una televisora, se hacía llamar Dulce, sonreía y se tomaba fotos con cantantes y artistas.

Con información de Carlos Jiménez / Excélsior Digital | 17-08-2022
karla con los ojos protegidos con cinta negra
Karla parecía una adolescente como cualquier otra, se hacía llamar Dulce, sonreía y se tomaba fotos con cantantes y artistas. Foto: Especial

Karla Fernanda nació en 2004, nunca conoció a su papá, pues cuando ella aún no nacía la policía de la Ciudad de México detuvo a su padre por robo, lo encarcelaron y sentenciaron a 8 años de prisión, la mamá de Karla nunca lo fue a visitar ni fomentó el acercamiento con su hija. Al salir de prisión el hombre tampoco las buscó.

Mira también: Karla, la joven que mató a su mamá y a su tío, era víctima y victimaria

En 2008, cuando Karla tenía 4 años, su madre Paola fue acusada de maltrato, el DIF acudió a su casa y le quitó a la menor, entonces quedó bajo resguardo de las autoridades.

Durante algún tiempo estuvo ahí, pero según denunció la mamá de Karla, mientras la niña estuvo en el sitio sufrió abuso sexual, por eso se la regresaron. La mujer también acusó que su hija fue atacada sexualmente por un vecino, sin embargo, ninguna de esas dos acusaciones progresó, aunque otras sí y mantienen a personas en la cárcel.

Desde entonces, de acuerdo con el diagnóstico clínico, Karla se volvió agresiva, irritable y con poca tolerancia.  

En 2009 cuando apenas tenía 5 años, ya requería de medicamentos controlados.

En el pequeño departamento de la colonia Alfonso XIII vivió con su abuelo, su mamá, su tía y su tío, al parecer con todos era agresiva.

A los 7 años, cuando iba en primaria, su mamá la llevó al médico y ahí les aseguró a los especialistas que la pequeña era incontrolable, los medicamentos la ponían mal y exigió a las autoridades que la hospitalizaran de nuevo, presentaba mejorías, pero al final recaía.

Los análisis explicaban que el principal problema era el ambiente familiar que le generaba recelo, recuerdos y reclamos.

Así pasaron los años. Al llegar a la adolescencia se negaba a recibir tratamiento y ayuda especializada. Para ese entonces ya solo vivía con su mamá y su tío Juan quien padecía un retraso mental.

Su perra pitbull era su mejor compañía en esa casa.

El mes pasado su mamá acudió a la Fiscalía General de Justicia, contó la historia de su hija y reveló que la joven le pegaba, la insultaba y le decía que la iba a matar si intentaba encerrarla en algún hospital psiquiátrico. Incluso la amenazó con “echarle a la perra”.

La adolescente intentaba en ocasiones escapar de su realidad… llegaba a las puertas de una televisora en San Ángel parecía una adolescente como cualquier otra, se hacía llamar Dulce, sonreía y se tomaba fotos con cantantes y artistas.

Dentro de su casa, su vida era otra, estaba marcada por abandonos, abusos, agresiones, trastornos y peleas.  

Hace unos días Karla Fernanda asesinó a su mamá, a su tío y en ese departamento se quedó a vivir con sus perros, junto a los cadáveres.

*bb

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