Las Chinampas, base de la seguridad alimentaria en el Valle de México
Las Chinampas, son además de historia, cultura y tradición, uno de los sistemas de producción más antiguos, eficientes y sustentables del mundo.

Las Chinampas, son además de historia, cultura y tradición, uno de los sistemas de producción más antiguos, eficientes y sustentables del mundo, base de la seguridad alimentaria en el Valle de México.
Se trata de parcelas flotantes o islas de tierra construidas a mano sobre los canales de agua, que fueron desarrolladas para el cultivo intensivo hace más de mil años, en la época prehispánica.
Dada su importancia, la zona chinampera de Xochimilco y Tláhuac, forma parte desde 1987 de la Lista de Patrimonio Mundial, al estar dentro del polígono que contempla la declaratoria de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
Las Chinampas son una forma de generar tierras de cultivo en la zona lacustre, esto se hace creando islotes que se van rellenando de material orgánico, principalmente ramas, planta acuática y lodo, que están sostenidos en las orillas, en el perímetro por árboles de Ahuejote”, explicó Carlos Emilio Mackinlay, director ejecutivo de la Zona Patrimonio Mundial Natural y Cultural en Xochimilco, Tláhuac y Milpa Alta.
El experto de la Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural de la Ciudad de México (CORENADR), destacó que las Chinampas son tan efectivas, que la la FAO, las considera como uno los 36 sitios más importantes en producción agrícola a nivel global, ya que en conjunto generan alimentos para dos mil millones de personas en el planeta.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, la FAO las declaró en 2017 como SIPAM, esto quiere decir, que son un Sistema Importante del Patrimonio Agrícola Mundial”, detalló.
Legado ancestral
Don Manuel Onorato Rosales, habitante del Pueblo de San Gregorio Atlapulco, en la Alcaldía Xochimilco, es la sexta generación de su familia que trabaja en las Chinampas.
Son patrimonio de la humanidad, patrimonio de nosotros mismos y ojalá y sean patrimonio para nuestros hijos y nuestros nietos, porque ya mucha gente no quiere entrar al campo”, indicó.
El productor de al menos ocho variedades de lechuga, resaltó las bondades de las Chinampas, que permiten de tres a cuatro cosechas por año, lo que las coloca como las principales productoras de hortalizas en la región.
La Chinampa es nuestra vida, el regalo de nuestros antepasados y el tesoro que vamos a heredar a nuestros hijos”, manifestó.
Judith Vanegas Tapia, presidenta de la Comisión Desarrollo Rural, Abasto y Distribución de Alimentos del Congreso de la Ciudad de México, reveló que la producción anual en la zona chinampera es de poco más de 19 mil toneladas de alimentos con un valor superior a 245 millones de pesos.
Las chinampas producen por ejemplo, lechugas, brócoli, calabacitas, acelgas, los romeritos que tanto se utilizan en todo el país, y maíz”, indicó.
La diputada local por Tláhuac y Milpa Alta, comentó que además se producen anualmente entre 23 y 24 millones de plantas, principalmente las aromáticas, la Nochebuena y el Cempasúchil.
En 2024, la CORENADR apoyó a mil 767 productores de la zona chinampera en 271 hectáreas, y el compromiso desde el Congreso de la CDMX es seguir incrementando los apoyos en este segundo año legislativo.
Para nosotros es una prioridad fomentar el consumo local, y para ello, vamos a mantener la inyección de recursos a las Chinampas, porque de esta forma impulsamos la seguridad alimentaria, frenamos el avance de la mancha urbana y protegemos la rica biodiversidad en el suelo de conservación”, señaló Judith Vanegas Tapia.
Chinampa demostrativa
El Gobierno de la Ciudad de México impulsa actualmente un proyecto piloto que busca rescatar y revitalizar la técnica agrícola tradicional de las chinampas, adaptándolas a las necesidades actuales de manejo sustentable de los recursos.
La iniciativa pretende crear un espacio productivo que combina las prácticas ancestrales con innovaciones tecnológicas, impulsando la producción agrícola, mejorando la calidad del agua y fortaleciendo el ecosistema local.
Uno de sus principales objetivos es incrementar la producción agrícola sin comprometer el agua ni la tierra, para lograrlo se implementan sistemas de tecnificación, como riego por goteo, que optimizan el uso del agua, reduce desperdicios y mejora el rendimiento de las cosechas.
Paralelamente, se desarrollan acciones de saneamiento en los canales aledaños, con el propósito de que estos cuerpos de agua recuperen su calidad y puedan convertirse en santuarios para especies emblemáticas como el Ajolote, que se encuentra en peligro de extinción.
Fernando Negrete, asesor técnico de protección y restauración de los recursos naturales de la CORENADR, subrayó que el proyecto también busca fortalecer la resiliencia del ecosistema y recuperar servicios ambientales.
A través de la reforestación con Ahuejotes, especie nativa y fundamental para la estabilidad de las chinampas, se refuerza el suelo, se crean hábitats para aves y se reduce la erosión.
Con una visión integral, la Chinampa demostrativa busca motivar a las nuevas generaciones a integrarse a la actividad productiva con un enfoque empresarial, fomentando oportunidades económicas sostenibles.
Además, funciona como espacio educativo y cultural, abierto a escuelas, empresas y público en general, para difundir la relevancia de la cultura chinampera, reconocida como Patrimonio Mundial por la UNESCO.
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