US Open 2025: tenis de élite entre marihuana y un público desbordado

El US Open se vive con grandes partidos, pero también con críticas al ruido, el olor a marihuana y un público sin etiqueta en Nueva York

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El US Open se vive con grandes partidos, pero también con críticas al ruido, el olor a marihuana y un público sin etiqueta en Nueva York.(Reuters)

Hace menos de dos meses, el mundo del tenis transitaba por los jardines impecables de Wimbledon, con sus canchas verdes, el silencio reverencial de los asistentes y la tradición de vestimenta blanca que parece detenida en el tiempo. Hoy, en el US Open, el escenario es otro: bullicioso, eléctrico y, para algunos jugadores, hasta incómodo.

En Flushing Meadows, donde se desarrolla el último Grand Slam del calendario, la partitura del tenis compite con la música a todo volumen, los cánticos de una multitud sedienta de espectáculo y hasta con olores inconfundibles que han abierto debate. Jannik Sinner, Carlos Alcaraz y Novak Djokovic avanzan en el cuadro masculino, mientras que Aryna Sabalenka y Jessica Pegula sostienen el pulso en el femenino. Sin embargo, lo que retumba en esta edición no solo son los golpes de derecha y las devoluciones imposibles.

El US Open, un torneo tan brillante con olor a marihuana

“Es un asalto a los sentidos”, dijo la periodista Molly McElwee de The Guardian sobre la experiencia de cubrir el torneo en Nueva York. Y no exagera. Para muchos jugadores, participar en el US Open es lidiar con un ruido que nunca cesa, con multitudes que parecen estar en un partido de futbol más que en un duelo de tenis. A Frances Tiafoe le gusta llamarlo “caos organizado”, una definición que refleja lo vibrante —y agotador— de competir aquí.

Ese caos incluye desde el traqueteo del metro 7 que pasa junto al Billie Jean King Tennis Center, hasta el rugido de los aviones que sobrevuelan Queens. Pero en los últimos años se sumó un factor inesperado: el olor a marihuana.

El noruego Casper Ruud, finalista del torneo en 2022, fue directo:

Lo peor de Nueva York es el olor a cannabis. Está en cada esquina, incluso aquí en las canchas”. Su queja no es aislada. Djokovic también lo reconoció: “Se siente, más que en otros lugares. No me gusta, pero aquí está permitido y hay que aceptarlo”.

La legalización del uso recreativo en Nueva York desde 2021 convirtió al humo en un acompañante más del torneo, tanto en las calles como en los pasillos del complejo.

Para los aficionados, parece una nota más en la sinfonía de excesos que distingue al US Open; para los jugadores, un distractor indeseado en partidos de máxima exigencia física y mental.

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El espejo de Nueva York

El US Open nunca pretendió imitar la calma de Wimbledon ni la solemnidad de Roland Garros. Su identidad está forjada en la energía inagotable de Nueva York, en la mezcla cultural que llega a las gradas y en un público que exige ser parte del espectáculo. La bebida oficial, el Honey Deuce, fluye con generosidad y la música nunca falta.

Es el Grand Slam más luminoso, sí, pero también el más impredecible. Esa dualidad con el tenis de élite contra el ruido y las distracciones, lo convierte en un escenario único. 

Mientras en Londres el tenis se celebra en susurros, en Queens se juega entre bocinas, humo y vítores.