Los Canadá de Schumi; sus primeros pasos

El piloto mexicano Tomás López Rocha cuenta la anécdota de los zapatos de la leyenda alemana

Los famosos zapatos Canadá que utlizó el alemán en las competencias. Fotos: Cortesía Tomás López Rocha
Los famosos zapatos Canadá que utlizó el alemán en las competencias. Fotos: Cortesía Tomás López Rocha

CIUDAD DE MÉXICO.

A Tomás López Rocha le gusta bromear con sus hijos: “¿Qué creen? ¡Yo le gané a Michael Schumacher!”. Ante la incredulidad familiar, el piloto tapatío muestra los resultados de la carrera en la que aparece ubicado arriba del alemán. “Claro, fue porque Schumacher no había terminado la carrera por un problema mecánico, pero sí le gané”, justifica con una carcajada sobre los gratos momentos que vivió en los inicios de los 90.   

La historia que también es real  y que protagonizó aquel joven alemán de 22 años, quien iniciaba su carrera en las competencias de Prototipos antes de triunfar en la F1, es que calzó zapatos mexicanos de la famosa marca Canadá, empresa de la que López Rocha era uno de los dueños.

Le hicimos unos zapatos especiales a Michael Schumacher con su nombre. Se los puso y corrió con ellos”, explica el piloto mexicano, quien tuvo el apoyo de su compadre Antonio Pérez Garibay, para entregarle los Canadá personalizados al piloto alemán.

Ya teníamos una línea de producción especializada en hacer zapatos para pilotos. Luego logramos exportar una buena cantidad.    

Hicimos también zapatos especiales para Adrián Fernández cuando ya corría en Indy”, cuenta López Rocha.

Fue por iniciativa de su primo Jorge Benavides, quien inició con el contacto para trabajar con la producción de zapatos especiales para automovilismo.

Teníamos todo el personal y toda la experiencia. La empresa hacía cosas maravillosas y los zapatos de carreras eran de primera, una cosa artesanal”.

Tenían su complicación, pero era unos zapatos de primera. Tuvimos mucho éxito, los clientes nos mandaban su propio diseño”, recuerda el empresario, quien como era de esperarse también utilizaba los zapatos de su marca para competir.

Tomás López recuerda con melancolía la oportunidad de conocer a Michael Schumacher, quien con el tiempo se convirtió en leyenda de la F1 con sus siete campeonatos.

Fue un honor haber competido con él. Era un mozalbete. Muy buena persona y muy rápido en las pistas. La última vez que lo vi fue en un Gran Premio de  Singapur, nos tocó platicar en el hotel y fue una experiencia muy bonita. Tiempo después vino lo de su accidente y es una pena lo que está pasando”.     

 

Michael Schumacher, antes del dar el brinco en la Fórmula Uno, con el equipo Sauber Mercedes en los Prototipos. 

 

PRIMER CAMPEÓN

Tomás López Rocha heredó la pasión por los autos de su padre don Salvador López Chávez, fundador de las zapaterías Canadá.

Mi padre coleccionaba autos. Cualquier auto raro que le gustaba ofrecía y lo compraba. Luego compitió en las primeras ediciones de la Carrera Panamericana”.

 Tomás aprendió a manejar por su cuenta en un auto muy especial que guardaba su padre en uno de los talleres.

Fue en un Fiat Topolino que ahí estaba en el taller. Yo lo saqué solo   y me fui a dar una vuelta”.

-¿Su padre lo regañó?

No me regañó, de hecho le gustaba que ya manejara, tenía una mentalidad muy abierta.

La primera vez que corrí, lo hice a escondidas. Entonces me dijo que si lo quería hacer fuera con toda la seguridad y que entrenara. Le gustaba que lo hiciéramos bien.

Admirador de Moisés Solana, Tomás López nunca pensó en convertirse en piloto profesional, pero logró ser el primer campeón mexicano en un serial internacional.

Además, tuvo la oportunidad de competir en las 24 horas de Daytona y en LeMans

Al principio fue con menos recursos, con sólo un mecánico y transportando mi propio coche.

Después se refuerza la pasión con equipos en el extranjero. Como piloto amateur uno va a divertirse y a correr. Como profesional esa diversión pasa a una mentalidad competitiva, más en la parte técnica del auto, eso también es precioso”.

La experiencia de correr una temporada completa en pistas de Estados Unidos fue maravillosa.  Correr en LeMans y hasta ponerme un trancazo bruto, fue padrísimo también. 

El primer campeonato internacional ganado por un mexicano fue un sueño hecho realidad”.

 

Tomás López Rocha fue el primer mexicano en coronarse en serial internacional. Una pasión por el automovilismo que heredó de su padre, Salvador López Chávez. 
El tapatío se retiró por 18 años del deporte motor, pero regresó en 2010 y se mantiene en activo a sus 67 años.

 

 

En 2020 corrió en Road America en Wisconsin 

 

Después de competencias de alto nivel y de haberse coronado en  los Protototipos de la serie IMSA, decidió ponerle un freno a su carrera como piloto, una pausa que se alargó 18 años.

Mis hijos estaban creciendo y quería convivir más con la familia. Luego me diagnosticaron diabetes y la enfermedad te va apachurrando. Pero un buen amigo, Javier La Madrid, me convenció de competir en la Carrera Panamericana como homenaje a mi padre y desde 2010 hasta la fecha me volvió a pegar la pasión por el automovilismo”, asegura el piloto de 67 años, quien espera competir en la edición 2021.

A los triunfos en el deporte motor también se le acumulaban los éxitos empresariales todavía en la última etapa destacada de la zapatería Canadá.

 

Los autos y la pintura son las dos grandes pasiones del empresario tapatío. Foto: museocjv.com

 

El concepto de los modelo Perestroika fue mío y tuvo mucho éxito. El anuncio comercial lo fuimos a grabar a Moscú en la Plaza Roja, fue una campaña increíble”.

A la par de su pasión por los autos es en la artes en donde también ha encontrado una forma de expresarse. Ha llevado a exponer  sus pinturas en diferentes galerías y museos internacionales. También tuvo una muestra itinerante en la Secretaría de Hacienda.

Desde niño me gustaba dibujar y pintar mis cuadros. Los autos y la pintura para mí parten de una misma cosa: La pasión.

Pareciera que la pintura es como relajante, pero no lo es. Es exigente y estresante porque cuando uno tiene una exposición en puerta y no sale la obra o el cuadro no despierta sentimientos, ni emociones, es una angustia y no es tan relajante como la gente pudiera pensar.

Sigo corriendo y sigo dibujando en las noches. Son pasiones ligadas, no es que sea una o sea la otra... son las dos. El arte es universal”, asegura.

 

Salvador López Chávez, fundador de las zapaterías Canadá, en una de sus participaciones en la Carrera Panamericana.

 

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