¿Cuántas veces no hemos escuchado de aquellas citas de Tinder que salen mal? O acaso olvidaron ya el caso del estafador, pues esto no está tan lejos de la realidad, por lo que le pasó a un joven, pues “una cita de Tinder se transformó en casi una tragedia”.
Alan Moreno cuenta en sus redes sociales que venía charlando con una mujer toda la semana y habían quedado en verse, pero finalmente no se dio la cita porque se sentía mal, por lo que ella se ofreció a ir a cuidarlo. Él aceptó.
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“Llegó en un supuesto Uber. Parecía muy buena onda, aunque se le notaba muy nerviosa. Me sorprendió que mirara con tanto detalle la casa. Abrí un vino, charlamos un rato largo. Pasaron más de dos horas. Se quedó sin puchos y decidí bajar a un quiosco. Quedó sola en mi casa”, compartió el usuario de Twitter.
Hace unos días viví una de las noches mas heavys de mi vida. De esas historias que te las cuentan, parecen de película y nunca crees que te pueden pasar... sucedió. Una cita de TINDER se transformó en casi una tragedia.
Invité a una chica a tomar algo a mi casa (primer error)..— Alan Moreno (@morenoalanok) November 1, 2022
Cuando Alan volvió a casa, él siguió tomando de la copa de vino que ella le había servido, aunque notó un sabor muy raro, la intuición lo hizo ir al baño y escupirlo. La noche siguió y el joven comenzó a sentir miedo, pero trataba de no hacerse ideas en su cabeza.
Luego pusieron una película, siguieron charlando. Ella hacía muchos comentarios sobre lo material como de su celular, su automóvil, pero para él todo estaba normal. La chica decide ir al baño y vuelve con otra copa de vino para ofrecérsela, pero cuando Alan se la toma vuelve a percibir el mismo sabor que antes.
Vuelvo a casa, sigo tomando de la copa de vino que me había servido. Noté un sabor muy raro (no seas paranoico Alan, pensé). La intuición me hizo ir al baño y escupirlo. La noche siguió, empecé a sentir miedo pero trataba de no hacerme la cabeza. "¿Cómo te va querer hacer algo?"
— Alan Moreno (@morenoalanok) November 2, 2022
“Pensé en echarla, en decirle algo. No me animé, pensé que era una sensación propia y no una realidad. Decidí simular que tomaba de la copa, quería percibir su reacción. Continuamente me ofrecía para seguir tomando. Estaba cansado, preocupado. Me ganó el sueño y me quedé dormido”.
Alan cuenta que antes de que la joven llegara al departamento, él decidió guardar todo aquello de valor en un armario.
El joven cuenta que a la hora en la que fueron a dormir eran las 6:30 horas, se habían acostado juntos y cuando despertó su celular marcaban las 8 de la mañana.
“La piba no estaba en mi cama. “Seguro está en el baño”, pensé. Pasaron 5, 10 minutos. No volvía. Decido salir del cuarto. Miro la puerta del depto: las llaves no estaban. Cuando salgo del departamento la encuentro en la escalera, se estaba llevando la tele, arrastrándola por el pasillo. Le gritaba algo a alguien a lo lejos. No llegué casi a decirle algo que me vio y empezó a correr. La picada de su vida”
Alan estaba encerrado en su departamento y una mujer tenía las llaves de su casa, sabía donde vivía y ya lo había bloqueado de todos lado.
“Se esfumó. Una hora más tarde y me desvalijaba la casa. Ni pensar en mi integridad física.. la saqué demasiado barata. Dormí con una ladrona sin darme cuenta. No sé qué me puso en el vino, no se por qué me expuse de esa manera”, dijo.
bgpa
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