El exceso de estímulos en vacaciones podría afectar tu sistema nervioso

Expertos advierten que la presión por disfrutar y los entornos sobreestimulantes pueden hacer que el viaje se sienta como una carga

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Una playa urbana abarrotada de personas y sombrillas de colores intensos durante el verano. El ambiente es ruidoso y visualmente saturado, simbolizando la sobreestimulación que puede provocar agotamiento emocional y físico durante las vacaciones

El impacto de los estímulos constantes

La profesora de sicología Mariola Fernández advirtió que un exceso de estímulos durante las vacaciones de verano puede generar síntomas físicos y emocionales que saturan el sistema nervioso. “Nuestro cuerpo necesita pausas. Estar en lugares muy estimulantes, sin espacios de descanso o silencio, puede generar fatiga, irritabilidad o desconexión emocional”, explicó.

Además, Fernández indicó que las expectativas juegan un papel fundamental. Cuando se idealiza el viaje o se busca que todo sea perfecto, es más fácil sentirse decepcionado si algo no sale como se había planeado. “Planificar lo esencial ayuda, pero obsesionarse con controlar cada detalle puede restar espontaneidad y disfrute”, apuntó la especialista.

“No hay una fórmula universal. Hay quienes disfrutan organizándolo todo y otros que prefieren delegarlo. Lo importante es identificar qué reduce el estrés en cada caso”, añadió.

Factores de vulnerabilidad y síntomas asociados

Fernández advirtió que el perfil más vulnerable incluye a personas con historial de ansiedad, alto perfeccionismo o dificultad para gestionar imprevistos. Para este tipo de personas, un viaje puede sentirse como una carga. “Los síntomas pueden ir desde molestias digestivas o insomnio hasta sensación de incomodidad constante o tristeza”, explicó.

También señaló que muchas personas inician las vacaciones emocionalmente agotadas, lo que incrementa la fragilidad. “Esperar que el viaje cure todo el cansancio acumulado es poco realista. La mente necesita tiempo para desacelerar, y eso no siempre ocurre en los primeros días, especialmente si el itinerario está sobrecargado”, dijo.

Estrategias para un descanso auténtico

Para viajar sin ansiedad, recomendó escuchar los propios ritmos, dejar espacios para la improvisación y no forzarse a seguir el patrón del disfrute idealizado. “Viajar no debería ser una obligación de disfrute. Hay tantas formas de descanso como personas, y todas son válidas”, agregó.

Durante el viaje, sugirió que estrategias simples como respirar profundamente, hacer pausas, caminar en silencio o cambiar planes sin culpa pueden marcar la diferencia. “No todo el mundo disfruta de la misma manera. Algunas personas necesitan más calma que actividad, y eso también es estupendo”, subrayó.

Finalmente, defendió la importancia de naturalizar estas emociones. “No hay una única manera correcta de viajar ni una obligación de disfrutar todo el tiempo. Reconocer nuestros propios ritmos y límites es también una forma de salud emocional”, concluyó.

Respaldo científico a las recomendaciones

La advertencia de Fernández encuentra respaldo en diversos estudios recientes sobre el impacto del exceso de estímulos y expectativas durante las vacaciones. Según datos de la American Psychological Association (APA), muchas personas reportan niveles elevados de estrés incluso en periodos destinados al descanso.

Un estudio de 2023 indicó que el 68 % de los estadounidenses dijeron sentirse presionados por “tener que disfrutar” sus vacaciones, lo que paradójicamente contribuye a sensaciones de frustración, ansiedad o agotamiento.

En el contexto europeo, un informe de la European Travel Commission reveló que uno de cada tres viajeros siente que necesita “vacaciones de las vacaciones”, especialmente tras itinerarios sobrecargados o con constantes traslados. Esto se relaciona con lo que Fernández define como la saturación del sistema nervioso ante un entorno hiperestimulante.

Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha destacado la importancia del descanso personalizado y la validación de diferentes formas de bienestar. Esto es relevante para personas con condiciones como trastornos de ansiedad o alta sensibilidad sensorial, quienes pueden experimentar un mayor impacto ante situaciones que otros consideran placenteras.

En este contexto, los consejos de la académica se alinean con prácticas recomendadas por instituciones de salud mental, como incorporar la atención plena (mindfulness) y la autorregulación emocional durante los viajes. Estas estrategias no solo promueven un descanso más genuino, sino que pueden prevenir síntomas físicos derivados del estrés, como cefaleas, trastornos gastrointestinales o insomnio, cuya prevalencia aumenta en periodos vacacionales, según datos del Journal of Travel Research.

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