¿Cuánto ejercicio debo hacer para rejuvenecer mi piel?
La actividad física es fundamental para mantener una buena salud a nivel celular, lo que implica un efecto rejuvenecedor en la piel

El cuidado de la piel y el bienestar en general a veces conlleva el uso de cremas y productos similares. Sin embargo, la clave para un bienestar integral, desde la agilidad mental hasta la resistencia física e incluso la salud celular, está relacionada con el ejercicio.
La actividad física, que suele asociarse con la pérdida de peso o el desarrollo muscular, se revela como un pilar fundamental con beneficios que van mucho más allá de lo evidente, impactando desde nuestro sistema inmune hasta la ralentización del envejecimiento. Pero, ¿realmente comprendemos su verdadero poder y cómo optimizarlo para cada aspecto de nuestra salud?

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¿Cómo el ejercicio ayuda a mantener joven la piel?
Las investigaciones han arrojado luz sobre mecanismos biológicos que combaten el envejecimiento a nivel celular, los cuales podrían tener implicaciones más amplias para la salud de los tejidos, incluida la piel.
Lo anterior, podría traducirse a beneficios en el organismo, y están ligados al ejercicio con frecuencia, que contribuye a:
- Reducir la inflamación y el estrés oxidativo. Estos procesos son claves en el envejecimiento celular y el daño tisular, como concluyó un estudio publicado en la revista Springer Open.
- Retrasar el daño del ADN telomérico y la agregación de proteínas. El daño telomérico es un marcador del envejecimiento.
- Inhibir la disfunción mitocondrial y la expresión de factores proinflamatorios en las células envejecidas.
- Modular la liberación de ADN libre de células (cfDNA). El ejercicio agudo aumenta la liberación de cfDNA de ciertas células inmunes (neutrófilos, células dendríticas, macrófagos) en proporción a la intensidad del ejercicio, de acuerdo con un estudio publicado en PNAS.
Sin embargo, el entrenamiento con ejercicio (especialmente el de alta intensidad) redujo la liberación de cfDNA de células dendríticas y macrófagos, contribuyendo a los efectos antiinflamatorios del ejercicio regular.

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Esto sugiere que el entrenamiento a largo plazo puede mitigar la respuesta inflamatoria inicial al ejercicio agudo, lo que es un beneficio antienvejecimiento general.
¿Cuánto debo ejercitarme para rejuvenecer mi piel?
Aunque no hay una "dosis" directa de ejercicio para el rejuvenecimiento de la piel, la reducción de la inflamación y el daño celular que promueve el ejercicio son fundamentales para la salud general y el retraso del envejecimiento.
El ejercicio influye en el sistema inmune y el cuidado de la piel a través de una compleja interacción de procesos celulares y moleculares, especialmente en relación con la inflamación.
Según la investigación publicada en PNAS hay algunos parámetros de actividad física para lograrlo:
- El ejercicio agudo (puntual) aumenta la liberación de ADN libre de células (cfDNA) de neutrófilos, células dendríticas y macrófagos, de manera proporcional a la intensidad del ejercicio. La probable fuente de este cfDNA es la ETosis rápida, un proceso de muerte celular donde las células liberan trampas de ADN extracelular.
- El entrenamiento regular reduce la cantidad de cfDNA liberado por las células dendríticas y los macrófagos, pero no por los neutrófilos. Esto es especialmente notable en el entrenamiento de alta intensidad táctico (HITT) en comparación con el entrenamiento tradicional de intensidad moderada (TRAD).

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El entrenamiento también disminuye el cfDNA mitocondrial en reposo, incluso después de un período de desentrenamiento.
Aunque el ejercicio agudo induce algunas citocinas proinflamatorias y antiinflamatorias (como IL-6, IL-10 e IL-16), el ejercicio atenúa la inducción de solo IL-6 e IL-17F.
La intensidad del ejercicio modulan la liberación de cfDNA y las respuestas de las citocinas, lo que contribuye a los efectos antiinflamatorios del ejercicio regular.
Además, el entrenamiento de resistencia puede regular a la baja las citocinas periféricas o cerebrales, lo que puede prevenir los mecanismos oxidativos e inflamatorios que contribuyen al envejecimiento, de acuerdo con un estudio publicado en la revista Cosmetics.
Estos hallazgos sugieren que el ejercicio regular, al mitigar la inflamación y modular las respuestas celulares, juega un papel crucial en el fortalecimiento y la regulación del sistema inmune.
¿Cómo empezar a hacer ejercicio para mantenerse saludable?
Para mantener una salud óptima, las principales organizaciones de salud, como la American Heart Association (AHA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), recomiendan un enfoque multifacético que incluya diferentes tipos de actividad física.
La clave es comenzar y aumentar gradualmente la cantidad e intensidad con el tiempo. Cualquier cantidad de movimiento es mejor que ninguna, y se puede dividir en períodos cortos de actividad a lo largo del día.
El ejercicio no es solo una rutina, es una inversión. Al movernos, no solo fortalecemos nuestros músculos o mejoramos nuestra capacidad cardiovascular, sino que activamos una cascada de beneficios internos que combaten la inflamación, regulan nuestro sistema inmune y contribuyen a un envejecimiento más saludable a nivel celular.
Ejercitarse con frecuencia es la estrategia no farmacológica más potente para mantener nuestra mente aguda, nuestro cuerpo fuerte y nuestra calidad de vida en su máximo esplendor. La evidencia científica es clara: muévete más, con más intensidad, y siéntate menos.
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