¿Se podrá prevenir el Alzheimer? Avances médicos abren un panorama inesperado
Nuevos fármacos, estudios genéticos y la posible relación del herpes labial con la enfermedad plantean caminos inéditos para retrasar, tratar e incluso prevenir el Alzheimer.

El coordinador del programa de Alzheimer del área de Enfermedades Neurodegenerativas del CIBER (CIBERNED) en el Hospital Sant Pau, Alberto Lleó, afirmó este viernes que los nuevos retos del Alzheimer consisten en mejorar el diagnóstico precoz y facilitar el acceso a nuevos medicamentos, como lecanemab o donanemab.
‘Leqembi’ (lecanemab), de Eisai, aprobado en abril por la Comisión Europea, es el primer tratamiento capaz de modificar el curso de la enfermedad en sus fases iniciales, retrasando su progresión en personas con deterioro cognitivo leve o demencia leve.
En julio, el Comité para Productos Medicinales de Uso Humano (CHMP) de la Agencia Europea de Medicamentos emitió una opinión positiva sobre ‘Kisunla’ (donanemab), de Eli Lilly, también para Alzheimer en etapa temprana. En ambos casos, los pacientes con dos copias de la variante genética APOE4 quedaron excluidos por tener mayor riesgo de efectos adversos.
Urgencia en el diagnóstico precoz y adaptación del sistema sanitario
El hecho de que estos fármacos actúen en fases iniciales subraya la urgencia de mejorar el diagnóstico precoz, definir criterios de acceso, vigilar los efectos adversos y adaptar los sistemas nacionales para que lleguen a tiempo a los pacientes que cumplan con los requisitos.
La aprobación de tratamientos modificadores abre una nueva era en la enfermedad de Alzheimer, al poder modificar por primera vez el curso de esta enfermedad. Al igual que ocurrió con el cáncer o la esclerosis múltiple, estos serán los primeros de múltiples tratamientos que veremos en los próximos años. Como ejemplo, en pocas semanas sabremos si la semaglutida es efectiva para el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer”, señaló Lleó.
Relación entre el virus del herpes y el Alzheimer
Lleó también destacó estudios que refuerzan la hipótesis que vincula al virus del herpes simple tipo 1 (HSV-1), causante del herpes labial, con la enfermedad de Alzheimer. Al reactivarse en el cerebro, acelera la acumulación de proteínas beta amiloide y tau, elementos clave de la patología.
Por su parte, la coordinadora del Programa de Alzheimer del CIBERNED en la Unidad de Neurobiología del Alzheimer del Instituto de Salud Carlos III, Eva Carro, subrayó el “prometedor hallazgo” de que los tratamientos antivirales para el herpes labial podrían reducir este riesgo, lo que abre una vía innovadora para la prevención y el tratamiento.
Avances en genética y metabolismo cerebral
Otros estudios desarrollaron el mapa más completo de riesgo genético de Alzheimer, basado en el análisis de datos de casi 100 mil personas de Europa, Asia, África y América. Identificaron nuevos genes y regiones del ADN vinculados con la enfermedad y crearon un perfil genético capaz de estimar la probabilidad de padecerla.
Otro de los trabajos destacados y coordinados por el CIBER analizó el papel de las lipoproteínas del líquido cefalorraquídeo, encargadas de transportar colesterol a las neuronas. Concluyó que en personas con Alzheimer estas partículas muestran menor capacidad para entregar dicho colesterol.
Este hallazgo es “especialmente relevante” porque ese déficit se asocia de forma directa con la presencia de la variante genética APOE4, uno de los principales factores de riesgo de la enfermedad.
Los datos duros del futuro del Alzheimer
El avance en el tratamiento del Alzheimer con fármacos como lecanemab (Leqembi) y donanemab (Kisunla) marca un punto de inflexión en la investigación neurológica. Ambos son anticuerpos monoclonales que actúan sobre los depósitos de beta amiloide en el cerebro, una de las características patológicas de la enfermedad. Según la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), Leqembi fue autorizado para su uso en la Unión Europea el 25 de abril de 2024, tras haber sido aprobado en EE.UU. por la FDA en julio de 2023. Kisunla recibió opinión positiva del CHMP el 19 de julio de 2024, lo que anticipa su autorización formal en Europa.
En cuanto a la seguridad, ambos tratamientos han generado preocupación debido al riesgo de efectos adversos graves como edema cerebral y microhemorragias, especialmente en pacientes con dos copias del alelo APOE4, un gen relacionado con mayor predisposición al Alzheimer. Por ello, estos pacientes han sido excluidos de los ensayos clínicos, y su inclusión en terapias futuras requerirá protocolos especiales de evaluación y monitoreo.
La semaglutida, mencionada como posible futuro tratamiento, es un agonista del receptor GLP-1, actualmente utilizado para la diabetes tipo 2 y obesidad (comercializado como Ozempic o Wegovy). Investigaciones preliminares, como el ensayo clínico EVOKE de Novo Nordisk, evalúan su efecto sobre el deterioro cognitivo. Los resultados de este ensayo se esperan para el último trimestre de 2025, lo que podría abrir una nueva vía terapéutica si se confirma su eficacia neuroprotectora.
La hipótesis del vínculo entre el virus del herpes simple tipo 1 (HSV-1) y el Alzheimer ha ganado respaldo en la última década. Un estudio publicado en Frontiers in Aging Neuroscience en 2020 indicó que la infección crónica por HSV-1 puede inducir la acumulación de beta amiloide y tau en modelos celulares y animales. Además, un estudio poblacional en Taiwán (2018) mostró que el tratamiento antiviral con aciclovir redujo en más del 45% el riesgo de desarrollar Alzheimer en personas con infecciones herpéticas recurrentes.
En el ámbito genético, el meta-análisis internacional del consorcio IGAP (International Genomics of Alzheimer's Project), actualizado en 2023, identificó más de 75 loci genéticos asociados al Alzheimer, incluyendo nuevos genes como ADAM10, SORL1 y TREM2. Estas variantes permiten desarrollar índices de riesgo poligénico que mejoran la predicción y la estratificación de pacientes, una herramienta clave para medicina personalizada en esta patología.
Respecto a las lipoproteínas en el líquido cefalorraquídeo, su relación con el transporte de colesterol hacia las neuronas ha cobrado relevancia por el papel del colesterol en la sinapsis y la plasticidad neuronal. La alteración en este transporte, asociada con la variante APOE4, afecta directamente la salud sináptica y podría ser un objetivo terapéutico emergente.
En el contexto nacional, según datos del Instituto Nacional de Geriatría, en México hay más de 900 mil personas que viven con algún tipo de demencia, y el Alzheimer representa alrededor del 60-70% de los casos. El INEGI proyecta que, para 2050, esta cifra podría duplicarse debido al envejecimiento poblacional, lo que hace urgente la implementación de políticas públicas de diagnóstico temprano, acceso a terapias innovadoras y apoyo a cuidadores.
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