Posbióticos, la nueva era de la salud intestinal que supera a los probióticos
Una gastroenteróloga explica por qué los posbióticos ofrecen mayor seguridad y estabilidad que los probióticos, con beneficios clínicos en intestino y más allá

¿Sabías que un ecosistema de bacterias vive en tu intestino? Pero, no te asustes, este ecosistema ayuda a que nuestro cuerpo funcione correctamente.
La doctora Ana Teresa Abreu y Abreu, gastroenteróloga y neurogastroenteróloga, señaló durante una ponencia de Laboratorios Columbia que el mundo de los posbióticos representa “una revolución silenciosa” que va más allá de lo que hasta ahora se conoce sobre probióticos y prebióticos.
“Un posbiótico es una preparación de microorganismos inanimados o muertos, o bien de sus componentes o metabolitos, que han demostrado beneficios para la salud”, explicó la especialista, fundadora de la Sociedad Mexicana de Microbiota
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De la eubiosis a la disbiosis
La doctora Abreu destacó que el equilibrio de la microbiota —conocido como eubiosis— es dinámico y se caracteriza por una alta diversidad bacteriana, la presencia de cepas antiinflamatorias y la producción adecuada de metabolitos como ácidos grasos y vitaminas.
En contraste, cuando este equilibrio se rompe surge la disbiosis, un estado relacionado con más de 300 enfermedades, entre ellas trastornos autoinmunes, metabólicos y neurológicos
“No tenemos un punto de corte para decir a partir de aquí hay disbiosis, pero sí sabemos que una microbiota con predominio de bacterias proinflamatorias favorece la aparición de múltiples enfermedades”, subrayó.

La ventaja de los posbióticos
A diferencia de los probióticos, que requieren conservar microorganismos vivos y cuyo efecto depende de su viabilidad, los posbióticos ofrecen estabilidad, seguridad y un perfil más amplio de aplicación.
“Su seguridad es mayor porque no hay posibilidad de que transmitan genes de resistencia antimicrobiana”, puntualizó Abreu
Además, los posbióticos no necesitan cadena de frío, tienen una vida útil más larga y pueden emplearse en poblaciones vulnerables, como personas inmunocomprometidas o en fórmulas infantiles.
“Pueden usarse en cualquier momento de la vida, con un perfil de seguridad muchísimo más amplio que un probiótico”, agregó.

Entre sus beneficios documentados, los posbióticos favorecen el fortalecimiento de la barrera intestinal, la modulación del sistema inmune y la reducción de la inflamación basal.
También pueden tener aplicaciones fuera del intestino, como en salud ocular o en el tratamiento de problemas neurodegenerativos
Un campo en disputa científica
La especialista advirtió que el auge de los bióticos ha generado confusión entre consumidores y profesionales de la salud debido a la oferta comercial de productos sin respaldo científico.
“La industria ha inventado mezclas y multimillones de productos que realmente ni tienen el garante de la certificación de ser biótico ni cuentan con calidad médica”, criticó
En este contexto, la Asociación Científica Internacional de Probióticos y Prebióticos (ISAPP) ha publicado consensos para definir y diferenciar claramente a los probióticos, prebióticos, simbióticos y posbióticos, exigiendo que cuenten con estudios clínicos y evidencia científica verificable.
La doctora Abreu recordó que los posbióticos representan una oportunidad para tratar desde síndrome metabólico y diarreas agudas hasta enfermedades autoinmunes y problemas conductuales. No obstante, subrayó que su eficacia depende de procesos rigurosos de identificación, inactivación y verificación científica.
“Lo importante es que entendamos que si existe un problema de salud que involucra cambios a nivel de los microorganismos, muchas de las soluciones pueden apoyarse en la modulación de estos componentes y del comportamiento de los mismos microorganismos”, concluyó.
bgpa
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