Gotas para ver de cerca sin gafas: ¿la nueva alternativa para la perdida gradual de la vista?

Con el paso del tiempo, a muchas personas les empieza a resultar difícil leer letras pequeñas; esa condición se llama presbicia, o vista cansada, y consiste en la pérdida gradual de la capacidad de ver de cerca. 

Hasta ahora, la solución más habitual han sido las gafas de lectura. Pero recientemente se han desarrollado gotas oftálmicas que buscan ser una alternativa no quirúrgica: evitar el uso permanente de lentes y brindar mayor comodidad a algunos usuarios.

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¿Qué es la presbicia y por qué aparece con la edad?

Según la American Academy of Ophthalmology (AAO), la presbicia se relaciona con el cristalino, esa estructura transparente ubicada dentro del ojo, justo detrás del iris (la parte de color). Su función es enfocar la luz sobre la retina, lo que permite ver con claridad.

Cuando somos jóvenes, el cristalino es flexible y puede cambiar de forma fácilmente, lo que permite ver tanto de lejos como de cerca sin esfuerzo.

Pero a partir de los 40 años, el cristalino comienza a endurecerse, volviéndose menos capaz de ajustarse. Esa rigidez progresiva dificulta tareas como leer, enhebrar una aguja o ver la pantalla del celular con nitidez.

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¿Cómo funcionan las gotas oftálmicas para ver de cerca sin gafas?

En conferencias recientes, como el 43.º Congreso de la Sociedad Europea de Cirujanos de Catarata y Refractivos (ESCRS), se presentaron estudios con gotas especialmente formuladas. En ellos, la mayoría de los participantes logró leer dos, tres o más líneas adicionales en la tabla Jaeger (una prueba de agudeza visual cercana) tras usar estos colirios.

Estas gotas combinan dos principios activos con funciones complementarias:

• Pilocarpina: medicamento que hace que la pupila se contraiga y contrae también el músculo ciliar, lo que permite al ojo enfocar objetos a diferentes distancias, sobre todo los cercanos.
• Diclofenaco, un antiinflamatorio no esteroideo (AINE): ayuda a reducir la inflamación y las molestias que podrían generar la pilocarpina, como irritación u ojo rojo.

Al combinarlos, se busca mejorar la visión cercana manteniendo el confort ocular.

Eficacia y duración: resultados de ensayos clínicos recientes

Un estudio Phase 2b randomizado evaluó la combinación de pilocarpina con diclofenaco y pilocarpina sola en adultos de entre 45 y 64 años con presbicia. Se aplicaron concentraciones de 0,2 % durante los primeros días, luego se subió a 0,4 %.

Los hallazgos principales fueron:

• Alrededor de 43‑47 % de los participantes que usaron la concentración más alta (0,4 % pilocarpina) lograron mejorar 3 o más líneas en una prueba de visión cercana una hora después de aplicar la gota.
• Las formulaciones fueron bien toleradas, con efectos secundarios leves.

Otro estudio, llamado PILE‑UP, analizó gotas de pilocarpina al 1,25 % en personas de 40 a 55 años durante un mes. Se registró una mejora significativa en la agudeza visual cercana corregida a distancia (DCNVA), así como un aumento en la amplitud de acomodación (la capacidad del ojo para enfocar) y en la profundidad de enfoque.  

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Ventajas frente a las gafas de lectura tradicionales

• Menos dependencia de gafas: muchos usuarios pueden realizar tareas de cerca sin necesitarlas constantemente.
• Mayor comodidad estética y práctica.
• Resultados rápidos: en varios estudios se observó mejora en la visión cercana en 1 hora después de la aplicación. 

Según los estudios mencionados, estas gotas representan una alternativa prometedora para muchas personas, especialmente para lecturas cortas, tareas ocasionales o gentes que buscan menor dependencia de gafas. 

Pero no para todos ni para todo tipo de actividad. Pues entre los efectos secundarios reportados: visión borrosa en ambientes con poca luz, dolores de cabeza, irritación ocular.

Las gafas de lectura siguen siendo útiles en tareas prolongadas, ambientes oscuros o para quienes no toleran bien los efectos secundarios leves.