Fracturas por osteoporosis cuestan hasta 8 mil dólares por caso en México: IOF
La International Osteoporosis Foundation advierte que el 40 por ciento de los pacientes requiere rehabilitación por dos años.

En México, las fracturas derivadas de la osteoporosis representan un impacto económico y social considerable para el sistema de salud. De acuerdo con la International Osteoporosis Foundation (IOF), cada fractura de cadera cuesta en promedio 8 mil dólares, y cuatro de cada diez pacientes requieren rehabilitación durante al menos dos años.
Así lo explicó Mónica Calo, gerente regional para América Latina de la IOF, en entrevista con Excélsior. La especialista advirtió que la enfermedad está subdiagnosticada, lo que agrava los costos y las consecuencias en la calidad de vida de los adultos mayores.
“De acuerdo a datos del IMSS y la Secretaría de Salud, se producen 133 fracturas de cadera por cada 100 mil habitantes, lo cual es un número alto. El costo de tratar una fractura por cadera es de un poco menos de 8 mil dólares por caso, solo en atención directa”, explicó.
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La osteoporosis: una enfermedad silenciosa y costosa
La osteoporosis es una enfermedad crónica que debilita los huesos y aumenta el riesgo de fracturas, especialmente en mujeres después de la menopausia y en hombres mayores de 70 años.
En México, la IOF estima que una de cada tres mujeres y uno de cada cinco hombres mayores de 50 años la padecerán.
Sin embargo, el problema va más allá del diagnóstico: el 80% de los pacientes con fracturas por osteoporosis no recibe tratamiento, lo que genera un círculo de nuevas fracturas, hospitalizaciones prolongadas y pérdida de autonomía.
“El impacto económico es fuertísimo, porque si multiplicamos el costo por fractura por la cantidad de casos, hablamos de un gasto elevado que podríamos evitar con prevención y diagnóstico temprano”, señaló Calo.
“Además del costo médico, está el costo humano: pérdida de movilidad, dependencia y deterioro en la calidad de vida”, añadió
Mortalidad y rehabilitación prolongada tras una fractura
La IOF advierte que una fractura por fragilidad no solo afecta la movilidad, sino que también puede reducir significativamente la esperanza de vida.
Según los datos presentados por Calo, entre el 5% y el 14% de los pacientes mueren durante el primer año posterior a la fractura, y la cifra es aún más elevada en hombres mayores de 70 años.
“En hombres con una fractura de cadera por fragilidad después de los 70 años, el 80% muere durante el primer año posterior a la fractura”, indicó.
Además, el 40% de los pacientes requiere rehabilitación por al menos dos años, lo que representa una carga económica para las familias y los sistemas de salud. A eso se suman los costos indirectos, como la pérdida de productividad y el aumento en la dependencia de cuidados.
Un diagnóstico tardío que multiplica los riesgos
La especialista destacó que la mayoría de los casos se detecta hasta que ocurre una fractura, cuando el daño ya es irreversible.
Por ello, la IOF impulsa campañas de concientización para fomentar la detección temprana en personas mayores de 50 años o con factores de riesgo como pérdida de estatura, antecedentes familiares o enfermedades que afectan la absorción de calcio y vitamina D.
“Ante la ocurrencia de una fractura en una persona mayor de 50 años, se debe procurar un diagnóstico oportuno y tratamiento, porque quien sufre una fractura por fragilidad tiene una alta probabilidad de sufrir una segunda”, subrayó.
El retraso en el diagnóstico no solo incrementa el riesgo de nuevas fracturas, sino que también eleva los costos del tratamiento, prolonga la discapacidad y reduce la independencia de las personas mayores.
Estrategias para reducir el impacto: prevención y movimiento
Como parte de su trabajo de educación y prevención, la IOF lanzó la campaña “Camina por tus huesos”, que busca promover el ejercicio regular como herramienta clave para mantener la salud ósea.
“Caminar es una actividad que todos podemos hacer. No requiere entrenamiento ni equipo, y ayuda a mantener una buena condición muscular, que es fundamental para evitar caídas”, explicó Calo.
La especialista señaló que la combinación de alimentación adecuada (calcio y vitamina D), actividad física y diagnóstico temprano puede reducir significativamente los costos y las complicaciones asociadas a la osteoporosis.
Un llamado a actuar antes de la fractura
La International Osteoporosis Foundation insiste en que la osteoporosis no debe considerarse una consecuencia natural del envejecimiento, sino una enfermedad prevenible y tratable.
“Tenemos que hacer algo para que las personas no se fracturen. La prevención y la educación son claves para evitar que el costo recaiga en los sistemas de salud y en las familias”, concluyó Calo.
bgpa
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