Cuándo usar antibióticos y cuándo no, mencionan expertos en salud

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Cuándo usar antibióticos y cuándo no. Foto: Canva.

Los antibióticos son esenciales para tratar infecciones bacterianas, pero su uso inadecuado puede causar más daño que beneficio.

Las organizaciones de salud advierte que automedicarse o tomarlos para virus como la gripe contribuye al aumento de la resistencia bacteriana, un problema que pone en riesgo la eficacia de estos medicamentos en todo el mundo.

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Cuándo usar antibióticos y cuándo no. Foto: Canva.

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Antibióticos: cuándo sí están indicados

Los antibióticos son útiles y necesarios cuando se trata de infecciones bacterianas comprobadas. La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) y MedlinePlus destacan que solo un diagnóstico médico puede determinar si un cuadro clínico requiere este tipo de tratamiento.

Entre las enfermedades más comunes que pueden requerir antibióticos se encuentran:

Faringitis estreptocócica (infección de garganta causada por bacterias).

  • Tos ferina.
  • Infección del tracto urinario (ITU).
  • Neumonía bacteriana.
  • Infecciones cutáneas o de heridas contaminadas.

En algunos casos, los médicos también pueden recetar antibióticos para prevenir infecciones, por ejemplo, después de una cirugía o en personas con sistemas inmunitarios debilitados.

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Cuándo usar antibióticos y cuándo no. Foto: Canva.

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Por qué no funcionan los antibióticos para virus como la gripe o el resfriado

Uno de los errores más comunes es usar antibióticos para tratar enfermedades virales, cuando estos medicamentos no tienen efecto sobre los virus.

Los virus y las bacterias son microorganismos diferentes, y los antibióticos están diseñados exclusivamente para combatir bacterias.

La FDA y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) advierten que los antibióticos no deben usarse en casos como:

  • Resfriado común.
  • Gripe (influenza).
  • COVID-19.
  • Bronquitis aguda viral.
  • Dolor de garganta leve sin diagnóstico bacteriano.

Usar antibióticos en estos casos no acelera la recuperación ni previene complicaciones. Por el contrario, puede alterar la flora intestinal, causar efectos secundarios y contribuir a que las bacterias se vuelvan resistentes.

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Cuándo usar antibióticos y cuándo no. Foto: Canva.

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Cómo tomar antibióticos de forma segura

Para que los antibióticos funcionen correctamente, deben tomarse exactamente como lo indique el médico. Interrumpir el tratamiento antes de tiempo, cambiar la dosis o guardar medicación para “otra ocasión” puede hacer que la infección reaparezca o se vuelva más difícil de tratar.

De acuerdo con la FDA y MedlinePlus, estas son las recomendaciones básicas para un uso seguro y responsable:

  • Sigue las indicaciones médicas al pie de la letra.
  • No omitas ninguna dosis ni las tomes fuera de horario.
  • No guardes dosis sobrantes para futuras enfermedades.
  • Evita automedicarte. No tomes antibióticos que no hayan sido recetados específicamente para ti.
  • Informa a tu médico si tomas otros medicamentos, para prevenir interacciones o efectos adversos.
  • Consulta siempre ante síntomas nuevos o inusuales durante el tratamiento.

Además, finalizar el tratamiento completo es fundamental, incluso si los síntomas desaparecen antes. Esto garantiza que todas las bacterias sean eliminadas y no queden cepas resistentes.

La resistencia antimicrobiana: el peligro del mal uso de antibióticos

El uso indebido y excesivo de antibióticos está generando un fenómeno preocupante: la resistencia antimicrobiana.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), esta ocurre cuando las bacterias se adaptan y desarrollan mecanismos de defensa que les permiten sobrevivir, incluso frente a los medicamentos diseñados para destruirlas.

En otras palabras, no es el cuerpo el que se vuelve resistente, sino las bacterias. Cuando esto ocurre, las infecciones se vuelven más difíciles de tratar, los tratamientos duran más y los riesgos de complicaciones aumentan.

Las consecuencias pueden ser graves:

Enfermedades más prolongadas y difíciles de curar.

Afecciones más severas y resistentes al tratamiento.

Mayor número de hospitalizaciones y consultas médicas.

Aumento de la mortalidad por infecciones bacterianas.

La OMS estima que si no se controla este problema, para 2050 las infecciones resistentes podrían causar más muertes que el cáncer. Por ello, insiste en la necesidad de educar a la población sobre el uso responsable de los antibióticos y promover la investigación de nuevos fármacos.