Estas son las cinco enfermedades respiratorias más comunes en invierno
En invierno, el aire seco y el frío aumentan los casos de gripe, COVID-19 y neumonía; adultos mayores y niños son los más vulnerables a complicaciones.

Con la llegada del invierno, el aire se vuelve más seco, los días se acortan y las reuniones en espacios cerrados se vuelven parte del día a día. Este escenario, aunque típico de la temporada, también se convierte en terreno fértil para las enfermedades respiratorias.
A menudo, estas infecciones suelen ser una de las principales causas de consulta médica durante la temporada invernal, especialmente entre niños, adultos mayores y personas con enfermedades crónicas.
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¿Qué son las enfermedades respiratorias?
De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, estas enfermedades afectan los pulmones y las vías respiratorias, que pueden ir desde un resfriado, hasta infecciones más serias que ponen en riesgo la vida.
Estos virus pueden atacar las vías respiratorias superiores —como la nariz, la garganta y las cuerdas vocales— o las vías respiratorias inferiores, que incluyen la tráquea, los bronquios y los pulmones.
En ocasiones, una infección que comienza en la garganta o la nariz puede avanzar y causar cuadros más graves, como bronquitis o neumonía.
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Principales enfermedades respiratorias
Según la Secretaría de Salud de México, durante la temporada invernal aumentan los casos de enfermedades respiratorias debido a las bajas temperaturas, el aire seco y la poca ventilación en interiores. Estas son las más comunes:
1. Gripe o influenza
La influenza es una infección aguda causada por el virus de la gripe, que se transmite fácilmente al toser, estornudar o hablar.
Sus síntomas se parecen a los del resfriado común, pero son más intensos: fiebre alta, dolor de cabeza, escalofríos, tos seca, cansancio extremo y malestar general.
En casos severos puede afectar los pulmones y los bronquios, e incluso ser mortal. La vacunación anual contra la influenza es la principal forma de prevención.
2. COVID-19
Aunque se ha hablado mucho del COVID-19, sigue siendo una enfermedad activa y con picos de contagio en los meses fríos.
Al igual que la gripe, se propaga por gotitas respiratorias y por contacto con superficies contaminadas.
Sus síntomas pueden confundirse con los de la influenza, pero la pérdida del olfato o del gusto sigue siendo un signo característico.
Se recomienda mantener las medidas de prevención, como el lavado frecuente de manos, la ventilación de interiores, el uso de cubrebocas en lugares concurridos y la vacunación de refuerzo.
3. Faringitis
La faringitis es una inflamación de la garganta (faringe) que suele aparecer tras un resfriado o una gripe.
Provoca dolor al tragar, fiebre, dolor de cabeza y malestar muscular.
En la mayoría de los casos, es causada por virus, aunque algunas veces puede deberse a una infección bacteriana que requiere tratamiento médico.
Si el dolor de garganta persiste o se acompaña de fiebre alta, lo mejor es acudir al médico para evitar complicaciones.
4. Bronquitis
La bronquitis es la inflamación de los bronquios, los conductos que transportan el aire hacia los pulmones.
Sus síntomas incluyen tos persistente, fiebre, dolor en el pecho y dificultad para respirar.
Cuando la tos dura más de dos semanas o hay flema abundante, es importante acudir a consulta para descartar una infección más grave o una bronquitis crónica, que requiere seguimiento médico especializado.
5. Neumonía
La neumonía es una infección que inflama los pulmones y puede ser causada por virus, bacterias o, en menor medida, hongos.
Se manifiesta con fiebre alta, escalofríos, tos con flemas, dolor torácico y debilidad general. El diagnóstico se confirma generalmente mediante una radiografía de tórax, y en casos graves puede requerir hospitalización y tratamiento con antibióticos o antivirales.
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Factores de riesgo
Los CDC indican que, aunque las enfermedades respiratorias pueden afectar a cualquiera, hay grupos con mayor riesgo de presentar complicaciones graves:
- Edad: los adultos mayores de 65 años y los niños menores de 2 años son más vulnerables debido a un sistema inmunitario débil o inmaduro.
- Condiciones médicas preexistentes: personas con diabetes, enfermedades cardíacas, pulmonares o renales tienen más probabilidades de desarrollar cuadros severos.
- Otros factores: el embarazo, un sistema inmunitario debilitado o ciertas discapacidades también incrementan el riesgo.
¿Por qué las enfermedades respiratorias aumentan en invierno?
Durante el invierno, los cambios climáticos y el aire seco crean condiciones ideales para la propagación de virus respiratorios, menciona un artículo publicado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El aire frío reseca las vías respiratorias y reduce la movilidad de los cilios, unas estructuras microscópicas que actúan como barreras naturales para expulsar virus y bacterias.
Además, la baja humedad seca la mucosidad que protege la nariz y la garganta, facilitando la entrada de patógenos.
El clima frío también puede debilitar la respuesta del sistema inmunológico, lo que hace que el cuerpo sea más susceptible a las infecciones.
Si no se consume suficiente agua, disminuye la producción de moco y la capacidad del cuerpo para eliminar los microorganismos.
Según la Secretaría de Salud, estos factores —aire seco, frío, poca ventilación y defensas bajas— explican por qué los contagios aumentan en los meses de invierno. Cuantas más personas enferman, mayor es la probabilidad de transmisión dentro de la comunidad.
El invierno no solo trae consigo el frío, sino también un aumento en los casos de enfermedades respiratorias que pueden afectar a personas de cualquier edad.
Los especialistas de Mayo Clinic coinciden en que la prevención sigue siendo la mejor defensa: vacunarse contra la influenza y el COVID-19, mantener una buena higiene de manos, ventilar los espacios y acudir al médico ante los primeros síntomas son pasos clave para proteger la salud.
Cuidar las vías respiratorias no solo evita contagios, también fortalece el sistema inmunológico y mejora la calidad de vida durante los meses más fríos del año.
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