Sucesión presidencial: Adolfo de la Huerta y su ascenso al poder

La toma de protesta del sonorense transcurrió en completa calma, luego de que presentara problemas de salud. Mientras tanto, Excélsior logró obtener declaraciones del nuevo mandatario antes y después de la ceremonia de investidura

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Adolfo de la Huerta

En 1920, el entonces gobernador de Sonora Adolfo de la Huerta y el general Plutarco Elías Calles proclamaron el Plan de Agua Prieta, al que más tarde se unió Álvaro Obregón, cuyo fin era lanzarse en contra del presidente Venustiano Carranza para establecer una oposición frente al gobierno carrancista, además de exponer su desacuerdo con la imposición de la candidatura presidencial de Ignacio Bonilla.

El manifiesto consolidó al grupo sonorense como uno de los triunviratos políticos de mayor peso en la historia de México. De la Huerta, Calles y Obregón lograron derrocar a Carranza, quien fue abatido el 21 de mayo de 1920. Tal como lo marcaba el tratado de Agua Prieta, se nombró a un presidente interino mientras se convocaba a elecciones para elegir a un mandatario constitucional; el elegido fue De la Huerta.

CARAVANA DE LUJO

Antes, durante y después del acto de investidura se desplegó un fuerte operativo de vigilancia en el tramo de la avenida Juárez a la Cámara de Diputados de Donceles, en la Ciudad de México, y sus alrededores con la finalidad de evitar cualquier tipo de contratiempo.

Una escolta especial perteneciente al 6º Regimiento de Caballería, así como una comitiva de artillería, acompañó al flamante presidente durante su trayecto. Otra guardia de honor formada por integrantes de la comunidad Yaqui, quienes viajaron desde Sonora para complementar el convoy delahuertista.

PRIMICIA NOTICIOSA

Unos días antes de su consagración como primer jefe de la nación, De la Huerta concedió una entrevista para Excélsior, en la que se refirió a su postura ante los problemas que enfrentaría al frente del Poder Ejecutivo. Esbozó su manifiesto a la nación, mediante el cual pretendía echar a andar su plan de gobierno.

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Excélsior documentó de primera mano la investidura de Adolfo de la Huerta, quien se encontraba enfermo. Foto: Archivo Excélsior

Además, se dio el tiempo de hablar sobre la muerte de Carranza; aseguró que durante su administración se realizarían las investigaciones conducentes a fin de lograr dar con los responsables del asesinato del coahuilense.

LLEGÓ LA HORA

Horas antes del protocolo oficial comenzaron las aglomeraciones en las inmediaciones del primer cuadro capitalino. De la Huerta salió del hotel Regis desde donde partió con rumbo al recinto legislativo de Donceles. El contingente recorrió las calles entre cientos de personas que mostraban sus pañuelos blancos por todo lo alto.

La cita fue a las 16:00 hrs. del 1º de junio de 1920. Una vez iniciada la sesión extraordinaria del Congreso General, cuya entrada quedó abierta al público, los legisladores, invitados especiales y la mayor parte de la concurrencia se mantuvieron atentos a la ceremonia de toma de protesta presidencial. También se encontraban presentes Obregón y Calles, quienes acompañaban a su paisano en la toma de poder.

Apareció De la Huerta, con aspecto pálido derivado de la tiflocolitis que padecía desde días atrás. Con esfuerzo subió a la tribuna para enunciar las palabras de protesta como presidente provisional de la República. Los aplausos hicieron eco al interior del palacio mientras la banda presidencial era lucida por el sonorense.

OTRA VEZ, EXCÉLSIOR

Una vez consumado el acto de consagración presidencial, De la Huerta decidió regresar al hotel Regis y no trasladarse a Palacio Nacional como estaba planeado, debido a que no se encontraba en óptimas condiciones de salud. Excélsior fue el primer periódico que logró platicar con él ya como presidente; en su breve charla se dijo fatigado, por lo que sólo pudo recibir a un reducido grupo de visitas en su habitación.