Logo de Excélsior                                                        
Nacional

Revelan que el miedo provoca obesidad en mexicanos

La psicoterapeuta Sandra Gussinyé indicó en la Universidad Iberoamericana que al comer se liberan dopaminas que producen la sensación de calma ante emociones negativas 

Lilian Hernández | 31-10-2018
Revelan que el miedo provoca obesidad en mexicanos
Foto: Cuartoscuro/Archivo.

CIUDAD DE MÉXICO.

Ante la inseguridad existente y la tensión que ésta provoca, los ciudadanos comen por miedo y ello genera más obesidad, pues se percibe una peligrosidad mayor que provoca hambre, señaló la psicoterapeuta Sandra Gussinyé Canabal durante una visita a la Universidad Iberoamericana de la Ciudad de México para impartir el diplomado ‘‘Educador en obesidad infantil: Niñ@s en movimiento”.

Aunque a veces la gente niega ciertos problemas o los normaliza, “porque si no, no podríamos sobrevivir”, también es cierto que si las personas viven en tensión demasiado tiempo su cuerpo y su estado emocional no lo soportaría, “y lo que hacemos es negar el problema; pero comemos para calmar esa ansiedad”, aseveró.

En Texcoco no sospechaban que miembros del CJNG vivieran ahí

Detalló que científicamente está demostrado que al comer se liberan dopaminas que producen una sensación de calma ante las emociones negativas, pero ésta es temporal, pues el problema sigue siendo el mismo con el añadido de haber comido de más lo que puede provocar sentimientos de culpa.

La doctora Gussinyé explicó que tener mucha ansiedad por la comida para encontrar calma cuando no sabe gestionar una preocupación o crisis se denomina ‘hambre emocional’.

Proponen prisión a quien cometa violencia política de género

Por ejemplo, hay gente que al sentirse triste por algún suceso come y eso le tranquiliza fisiológicamente. 

Entonces muchas personas que tienen problemas de peso utilizan la comida como gestor emocional. Cuando están tristes comen, cuando están aburridos comen, cuando tienen alguna frustración comen, cuando tienen algún disgusto, alguna crisis, comen”.

Por eso los adultos y niños que gestionan lo emotivo a través de la alimentación, hay que enseñarles que todas las personas tienen emociones buenas y malas, y si a éstas últimas “les ponemos nombre, podemos buscar la solución al problema. Pero si yo no le pongo nombre a mi tristeza, o por qué estoy triste, voy a comer. Pero si yo sé por qué estoy triste intentaré buscar la solución a esa tristeza y no iré directamente a la comida”.

 

sarr

Te recomendamos

Tags

Comparte en Redes Sociales