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¿Navidad ‘verde’? no ponga árbol artificial; rompen mito

Para celebrar Navidad, hay quienes prefieren los pinos artificiales, sin embargo, se desintegran en al menos 20 años y son parte de 85% de los desechos del mundo; especialistas piden consumir especies de origen nacional para preservar el ecosistema

Ernesto Méndez | 05-12-2021
TODO UN HÁBITAT. Además de preservar 54 mil pinos de tres especies distintas, el terreno es hábitat de 45 plantas medicinales, hongos comestibles, más de 50 variedades de aves, víbora de cascabel, armadillo, coyote, tlacuache, zorrillo y gato montés. Fotos: Especial
TODO UN HÁBITAT. Además de preservar 54 mil pinos de tres especies distintas, el terreno es hábitat de 45 plantas medicinales, hongos comestibles, más de 50 variedades de aves, víbora de cascabel, armadillo, coyote, tlacuache, zorrillo y gato montés. Fotos: Especial

 

CIUDAD DE MÉXICO.

Conforme avanza la cultura del cuidado al medio ambiente y la conciencia sobre la emergencia climática que enfrentamos, cada vez es más común el debate en los hogares mexicanos sobre qué árbol de Navidad debemos comprar para que sea más sustentable, ¿artificial o natural?

Por un lado, hay quienes creen que adquirir un pino artificial es una forma de preservar los bosques, ya que se puede reutilizar por muchos años, y no se corta un árbol natural, lo que podría generar deforestación y daños a los ecosistemas.

El inconveniente con los pinos artificiales es que están fabricados con compuestos del petróleo, principalmente plásticos, que representan 85 por ciento de los desechos en el mundo, según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).

Ornela Garelli Ríos, especialista en Consumo Responsable y Cambio Climático de Greenpeace México, advirtió que de acuerdo a un estudio realizado en Canadá, para reducir la huella ecológica de un árbol artificial se debe utilizar al menos durante 20 años.

Si vas a elegir un árbol artificial nuevo, compra uno que satisfaga tus necesidades teniendo en mente esto, que va a ser el árbol con el que vas a pasar las próximas 20 navidades”, señaló.

La activista indicó que lo ideal es seguir usando año con año el pino artificial que ya se tiene en casa, porque lo más ecológico es reutilizarlo y no adquirir uno nuevo, aunque sea natural de un aprovechamiento sustentable.

De lo contrario, los árboles artificiales van a terminar en vertederos o rellenos sanitarios, y estamos hablando de que están hechos de plástico, y dependiendo del tipo de plástico que sea, pueden tardar desde decenas hasta cientos de años en degradarse”, alertó.

Ornela Garelli Ríos destacó que los pinos artificiales pueden acabar también en un incinerador y al ser quemados generar gases de efecto invernadero y liberar sustancias tóxicas como dioxinas y furanos, que afectan al ambiente y la salud de las personas.

Por su parte, la Comisión Nacional Forestal (Conafor), exhortó a la población a consumir árboles naturales de Navidad, de preferencia de origen nacional, que son totalmente renovables, al ser cosechados en plantaciones comerciales que se establecen específicamente para este fin.

Diego Montiel Oscura, subgerente de Asignación y Operación de Apoyos de la Conafor, aclaró que el productor no extrae un pino que crece de manera natural en el bosque.

Si no que premeditadamente, con todo un estudio, y las autorizaciones correspondientes, establece estos arbolitos en un terreno con intención de comercializarlos”, detalló.

El ingeniero forestal dijo que alrededor de estos aprovechamientos se generan empleos y derrama económica para las comunidades rurales y ejidos, donde se desarrollan los proyectos.

En contraste, subrayó, los árboles artificiales son generalmente importados de China, y ya de entrada con su traslado a los centros de consumo, tienen una huella de carbono importante, además de que su disposición final es complicada, porque están hechos de diferentes tipos de plástico y materiales que hacen muy complejo su posible reciclaje.

Los árboles naturales tienen la ventaja de que una vez concluido su ciclo o terminadas las fiestas, se pueden reutilizar para darle vida a nuevos pinos; generalmente los municipios y las alcaldías establecen centros de acopio donde los arbolitos son triturados y a partir de este material se genera composta, que permite que en los viveros forestales se puedan producir nuevos árboles”, comentó.

 

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RESCATE

Rafael Parrilla Arroyo, ingeniero agrónomo con Maestría en Ciencias, es el director general de Navidad Bosque Esmeralda, ubicado en Amecameca, Estado de México, un terreno de 26.19 hectáreas, que fue rescatado tras encontrarse erosionado por la siembra intensiva de maguey pulquero, maíz, avena, calabaza y haba.

Después de que en 2011, 28 familias del ejido Emiliano Zapata, conformaron una empresa social comunitaria con el fin de establecer una plantación comercial de árboles de Navidad, comenzaron los trabajos de restauración y conservación del predio rico en biodiversidad, a las faldas de los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl.

A una década de distancia, Navidad Bosque Esmeralda cuenta con 54 mil pinos sembrados de las especies ayacahuite (Pinus ayacahuite), oyamel (Abies religiosa) y canadiense (Pseudotsuga macrolepis), que además de generar empleos e ingresos a nivel local, brindan valiosos servicios ambientales en la región, como la recarga de mantos acuíferos, captura de carbono y producción de oxígeno.

El terreno con vocación forestal es también hábitat de 45 plantas medicinales, hongos comestibles, más de 50 variedades de aves, así como de especies como la víbora de cascabel, armadillo, coyote, tlacuache, zorrillo y gato montés.

Parrilla Arroyo resaltó que los aprovechamientos forestales sustentables como éste, ayudan a frenar el avance de la mancha urbana que se da con el cambio de uso de suelo, a captar millones de litros de agua y brindar refugio a plantas y animales.

Navidad Bosque Esmeralda es sin duda un caso de éxito galardonado en 2020 con el Premio Estatal al Mérito Ambiental en la categoría de Autoridades Locales y en 2021 con un “BOscar”, que entrega la asociación civil Reforestamos México y el Premio Nacional al Mérito Forestal en la categoría de Micro y Pequeñas Empresas relacionadas al Sector Forestal por parte de la Conafor.

 

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EMERGENCIA CLIMÁTICA

El ingeniero agrónomo manifestó que sin duda el cambio climático se resiente en los bosques mexicanos con la presencia de plagas que cada vez son más voraces como es el caso de los descortezadores.

El cambio climático está permitiendo que plagas que estaban ubicadas, por ejemplo, metros más cercanos al nivel del mar, hoy se desplacen hacia la parte más alta del territorio nacional”, lamentó.

Subrayó que el escarabajo de la corteza (Dendroctonus mexicanus), ahora asciende a mayores altitudes, ganando terreno y desplazando a otros insectos que no son tan peligrosos como el Dendroctonus adjunctus.

Precisó que plagas de escarabajo Scolytus, son otro tipo de barrenadores y descortezados que atacan a los árboles de oyamel.

Agregó que en el caso específico de los pinos de Navidad, en febrero y marzo sufren por la propagación del pulgón lanígero, y en el mes de julio-agosto, que ya se establecen las lluvias, se enfrentan al hongo ligado al tizón foliar.

 

cva

 

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