Motos de alta gama, obras de arte, droga, hallan en casas cateadas de Ryan Wedding
El exatleta es uno de los nombres más buscados por las agencias de seguridad de Estados Unidos y Canadá.

Drogas, vehículos de lujo, arte, armamento y hasta medallas olímpicas. Ese fue el hallazgo que realizaron autoridades federales mexicanas durante una serie de cateos simultáneos en inmuebles vinculados a Ryan Wedding, exatleta olímpico canadiense y señalado por Estados Unidos como uno de sus 10 fugitivos más buscados por delitos de narcotráfico a gran escala.
Los operativos fueron ejecutados por elementos de la Fiscalía General de la República (FGR) en coordinación con la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), la Secretaría de Marina-Armada de México (Semar), la Secretaría de la Defensa Nacional (Defensa) y la Guardia Nacional (GN), como parte de una investigación derivada de la cooperación bilateral entre México y Estados Unidos contra el crimen organizado transnacional.

Cuatro cateos, una red de propiedades
De acuerdo con información oficial, las autoridades desarrollaron líneas de investigación en torno a un exatleta de nacionalidad extranjera presuntamente vinculado con operaciones ilícitas internacionales. Como resultado, se identificaron cuatro domicilios ubicados en la Ciudad de México y el Estado de México, relacionados con actividades delictivas.
Tras integrar los datos de prueba, estos fueron presentados ante un Juez de Control, quien otorgó las órdenes judiciales para intervenir los inmuebles. Los cateos se realizaron mediante un despliegue coordinado de fuerzas federales, sin que se reportaran enfrentamientos.
Drogas, vehículos y símbolos de poder
Durante las diligencias, las autoridades localizaron y aseguraron...
- Dosis de metanfetamina y marihuana
- 62 motocicletas de alta gama
- Dos vehículos
- Obras de arte
- Dos medallas olímpicas
- Cartuchos útiles
- Un cargador
Diversa documentación
El hallazgo de las medallas olímpicas generó especial atención, al tratarse de símbolos de una carrera deportiva que, con el paso de los años, quedó opacada por una presunta trayectoria criminal internacional.

Inmuebles asegurados y bajo resguardo federal
Tras concluir los cateos, los cuatro inmuebles quedaron sellados y asegurados, permaneciendo bajo resguardo de las autoridades federales. Todo lo decomisado fue puesto a disposición del Ministerio Público de la Federación, que continuará con las investigaciones para determinar la procedencia de los bienes y su posible relación con operaciones de narcotráfico.
Las autoridades no descartan que las propiedades funcionaran como casas de resguardo logístico, almacenamiento o lavado de activos, dada la magnitud de los objetos asegurados y el perfil del investigado.
Quién es Ryan James Wedding
Ryan James Wedding, de 44 años, es uno de los nombres más buscados por las agencias de seguridad de Estados Unidos y Canadá. Para las autoridades federales no hay dudas: el exolímpico canadiense es actualmente el líder de una organización criminal transnacional dedicada al tráfico masivo de cocaína entre América Latina, Norteamérica y Europa.
La fiscal general de Estados Unidos, Pam Bondi, lo definió sin rodeos: “Wedding es un exolímpico canadiense que ahora es el líder de una organización criminal transnacional”. El director del FBI, Kash Patel, fue aún más contundente: “Ryan Wedding es la versión moderna de Pablo Escobar. Es la versión moderna de El Chapo Guzmán”.
El contraste es brutal, de representar a Canadá en unos Juegos Olímpicos a convertirse en uno de los narcotraficantes más peligrosos del siglo XXI.

Un gigante criado entre nieve y disciplina
Wedding mide 1.93 metros, una complexión imponente que siempre lo distinguió. Nació en 1981 en Thunder Bay, una ciudad pequeña, fría y exigente del norte de Ontario, donde la disciplina no era una opción, sino una forma de vida.
Sus abuelos operaban un modesto centro de esquí, y su padre, ingeniero de profesión, había sido esquiador universitario. Desde niño, Ryan creció rodeado de pistas, nieve y competencia. Su talento físico era natural y explosivo.
Ese potencial lo llevó a integrar la selección canadiense de snowboard y a competir en los Juegos Olímpicos de Invierno de Salt Lake City 2002, con apenas 20 años.
El día que todo se rompió
Un error técnico en su primer día de competencia lo dejó fuera de la gloria olímpica. Para muchos atletas es solo una derrota; para Wedding fue una herida que nunca cerró.
Quienes lo conocieron aseguran que jamás superó ese fracaso. Sin la adrenalina de la élite deportiva, regresó a Vancouver, ingresó a la universidad y se refugió en el gimnasio. Al mismo tiempo, comenzó a trabajar como portero en clubes nocturnos, espacios frecuentados por miembros de organizaciones criminales.
Ahí empezó la transición.
De emprendedor ilegal a narcotraficante internacional
Su primer gran negocio fue el cultivo industrial de cannabis, altamente rentable en aquel momento. La distribución hacia Estados Unidos la realizaba con el apoyo de grupos como Los Ángeles del Infierno, una de las pandillas más violentas del continente.
Pero Wedding quería más.
En 2008, intentó un salto mayor: el transporte de 24 kilos de cocaína desde San Diego a Canadá. No sabía que el supuesto proveedor era un agente encubierto del FBI.
Fue arrestado y, en 2010, sentenciado a 48 meses de prisión en una cárcel federal de Texas, tras pasar 17 meses detenido en San Diego antes del juicio.
La prisión como escuela criminal
Paradójicamente, la cárcel fue el lugar donde Ryan Wedding se transformó definitivamente.
De acuerdo con testimonios recogidos por la revista Toronto Life, Wedding utilizó su tiempo en prisión para construir una red criminal internacional. Ahí conoció traficantes colombianos, operadores logísticos y futuros sicarios.
El agente del FBI Brett Kalina, quien participó en su arresto, lo admitió después.
“Sabíamos que estábamos dándole todos los contactos que necesitaba para volver a una vida criminal. Pero no había nada que pudiésemos hacer”.
El pacto con el Cártel de Sinaloa
Tras cumplir su condena, Wedding fue extraditado a Canadá en 2011. Volvió con un objetivo claro: controlar el tráfico de cocaína hacia Canadá, esta vez con el respaldo del Cártel de Sinaloa, entonces liderado por Joaquín “El Chapo” Guzmán.
Organizó rutas marítimas y terrestres para mover toneladas de cocaína por la costa este canadiense. Cuando la Policía Montada detectó la operación, Wedding huyó a México.
Desde ahí, según las autoridades, ordenó en 2018 el asesinato de un colaborador en Montreal, al sospechar que se había convertido en informante.
Un imperio de 60 toneladas al año
Desde territorio mexicano, protegido por el Cártel de Sinaloa, Wedding consolidó una estructura que —según agencias federales— distribuye hasta 60 toneladas de cocaína al año hacia Estados Unidos y Canadá.
El transporte lo realizaban camioneros canadienses, capaces de mover hasta 350 kilos por viaje. El operador clave era Jonathan Acebedo García, colombiano-canadiense conocido por Wedding en prisión.
Cuando el FBI desmanteló parte de la red en Los Ángeles en el verano de 2024, Acebedo aceptó colaborar con la justicia. Nunca llegó a testificar.
El 31 de enero de 2025, fue asesinado a tiros en Medellín, presuntamente por órdenes directas de “El jefe”.
Enemigo público, prófugo y bajo protección
Sin el testimonio clave, el juicio contra la organización de Wedding fue aplazado hasta febrero de 2026. Mientras tanto, EU y Canadá mantienen una cacería internacional para capturarlo.
Las autoridades creen que sigue escondido en México, cada vez con menos margen de maniobra, pero aún bajo la protección del Cártel de Sinaloa.
Ryan Wedding, el atleta que estuvo a centímetros de la gloria olímpica, es hoy uno de los símbolos más inquietantes de cómo el fracaso, el poder y el crimen pueden reescribir una vida entera.
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