Jesús Seade Kuri, un especialista en negociaciones

CIUDAD DE MÉXICO.

Como suele ocurrir en la historia de Andrés Manuel López Obrador, la integración a su equipo de Jesús Seade fue por recomendación de un tercero de toda su confianza.

Rogelio Ramírez de la O, economista cercano al hoy presidente electo, decidió no integrarse al gabinete y dejó un hueco en la futura Secretaría de Hacienda, que rápidamente López Obrador llenó con otro viejo conocido, Carlos Urzúa.

Ramírez de la O prefirió quedarse como asesor del tabasqueño y en ese papel (junto con Urzúa) le recomendó hacerse de los servicios de un viejo lobo de mar en negociaciones comerciales.

Pocos en México contaban con el currículum de Jesús Seade Kuri (1954) para integrarse al equipo lopezobradorista y estar a la altura de la negociación más dura en décadas con un Estados Unidos dispuesto a avasallar y una Canadá en extremo escrupulosa.

Jesús Seade es egresado de la UNAM en ingeniería química. Suma, además, estudios de economía en El Colegio de México y en la Universidad de Oxford.

Fue en la economía y no en la química donde ha hecho carrera este veterano de las negociaciones internacionales.

En materia de comercio exterior, Jesús Seade fue embajador de México ante el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT, por sus siglas en inglés), antecesor de la Organización Mundial del Comercio (OMC), y fue negociador en jefe y subdirector general de la Ronda Uruguay, que ha sido considerada como el más grande esfuerzo por regular el comercio mundial en la historia de la humanidad; y se desempeñó como asesor principal en el Departamento de Asuntos Fiscales del FMI y ha asesorado a medio centenar de países en materia fiscal.

Tal vez no exista un mexicano que haya ocupado tantos cargos en tan diversos organismos internacionales dedicados a establecer las reglas del comercio mundial.

De entre los especialistas en negociaciones comerciales, Seade era el mejor cuadro disponible en México, y así se lo plantearon a López Obrador a inicios de 2018.

El acercamiento ocurrió y Seade aceptó sumarse al equipo negociador del nuevo acuerdo comercial de América del Norte en un momento en que el Gobierno de Estados Unidos prácticamente paralizó las pláticas y Canadá mostraba una actitud excesivamente precavida.

De los pocos detalles de entretelones que se ha sabido de las negociaciones, Andrés Manuel Lopez Obrador ha señalado que Seade fue quien mantuvo en todo momento vivas las pláticas.

Durante la gira de agradecimiento que realizó el presidente electo, habló de cómo en mayo hubo momentos en que en las negociaciones del acuerdo comercial Estados Unidos exigía una larga lista de condiciones al equipo mexicano encabezado por los secretarios de Economía y de Relaciones Exteriores, Ildefonso Guajardo y Luis Videgaray, respectivamente.

“Eran así de hojas”, señalaba López Obrador en las recientes reuniones privadas y mítines, haciendo la señal con la mano de un fajo de hojas.

“Exigían que entregáramos la soberanía energética. Y quedó así: una hoja. Logramos mantener la soberanía de los energéticos para México gracias a nuestro equipo”, decía cada tarde en las plazas públicas el presidente electo.

El equipo al que se refería López Obrador era esencialmente Seade, quien repartió esos meses de negociación entre Washington y la Casa de Transición en la colonia Roma.

Representó también el único eslabón en activo del gobierno de transición y la agonizante administración priista, el único que sin ser miembro del actual gabinete el funciones sí fue un actor que tuvo oportunidad de incidir en el futuro económico del país.

Seade estuvo presente en la Oficina Oval de la Casa Blanca cuando el presidente Donald Trump anunció que Estados Unidos y Mexico habían alcanzado un acuerdo comercial.

Fue testigo de primera fila de la polémica llamada telefónica de Trump a Enrique Peña Nieto.

Ahí pudo conocer a Trump en persona y lo definió como un hombre peculiar: “Todo lo que dicen de él es cierto”, aseguró el economista en entrevistas, fascinado por el personaje que desempeña públicamente el presidente Trump.

Marcelo Ebrard, futuro canciller, anunció que una vez que inicie la futura administración federal se intentará reducir el déficit comercial que se tiene con China, Japón y el resto de las economías orientales.

El reto será diversificar las exportaciones y en eso México tendrá en Seade a uno de los mejores cuadros para intentarlo.

Se estima que ese conocimiento de las economías de Asia será una de las principales fortalezas en el futuro gabinete federal de este hombre alto, de sonrisa casi permanente y que maneja hábilmente el sarcasmo cuando percibe en las entrevistas que los temas no tienen relevancia.

Seade ha combinado una robusta carrera como negociador, como académico e investigador, siendo los mercados financieros, así como del análisis y comercio fiscal teórico y aplicado, sus principales áreas de investigación académicas.

Ha sido profesor de la Universidad de Warwick, director del Centro de Estudios Económicos del Colmex, fue vicepresidente de la Universidad de Lingnan, en Hong Kong, y ha sido autor de artículos y libros que son textos obligados para el estudio de la teoría económica y del comportamiento de los mercados internacionales.

Si el próximo gobierno de México desea expandirse a otros mercados, que la relación con los vecinos del norte sea tan equilibrada como se pueda y tener al oído a un consumado experto en el comercio global, Seade estará ahí para López Obrador.