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Excélsior 107 años: la hazaña del Graf Zeppelin, narrada en Excélsior

Hace 95 años y en exclusiva para El Periódico de la Vida Nacional, la británica Grace Marguerite Drummond Hay reseñó un inédito viaje alrededor del mundo

Andrés Mendoza | 18-03-2024
Excélsior 107 años
236 metros de largo tenía la aeronave, que asustó a los campesinos rusos a su paso por Siberia. Foto: Archivo Excélsior

“Lakehurst, Nueva Jersey, agosto 7.– Estaré lista para la partida cuando lo esté el Graf Zeppelin! Ahora soy la única ocupante, como soy la única mujer que hará el viaje alrededor del mundo en dirigible.

“¿La sola ocupante dije? ¡No! Pues no debo olvidarme de mi pequeña y fiel mascota, mi gatito de pelo de terciopelo y de cola esponjosa que contempla la escena con sus tranquilos ojos verdes...

“Compré en la Quinta Avenida un bonito sombrero con encajes, pero no pude empacarlo, por desgracia.”

Éstas eran las impresiones que la escritora británica Grace Marguerite Drummond Hay tenía previo a emprender un viaje alrededor del mundo a bordo del famoso dirigible alemán, en el verano de 1929, hace casi 95 años.

Excélsior dio una cobertura sin precedentes a la travesía del zeppelin, desde los preparativos para un primer viaje entre Europa y América hasta el recorrido de vuelta a Europa, el paso sobre Siberia para llegar a Tokio y de ahí volar sobre el Pacífico para arribar a Los Ángeles, desde donde retornó a Lakehurst, Nueva Jersey. Ése fue el punto de partida original para el viaje que duró poco más de 21 días, incluyendo descansos, y abarcó 31 mil 045 kilómetros en total.

El Periódico de la Vida Nacional publicó en exclusiva las crónicas de Lady Grace, información que complementó con textos enviados por Hugo Eckener, jefe del dirigible, algunos de sus subalternos y otros periodistas y “aventureros” a bordo.

En las semanas previas se hizo la cobertura de un primer vuelo que sirvió de preparación para el Graf Zeppelin y su tripulación.

Excelsior mantendrá a sus lectores al corriente de los episodios relacionados con este doble y prodigioso vuelo, es decir, de todos los incidentes de la travesía de Friedrichshafen (Alemania) a Lakehurst y del desarrollo del viaje alrededor del mundo”, se asentó en la primera plana el martes 16 de julio de 1929. También se publicaron anuncios que destacaban la capacidad del diario para recibir datos desde las antípodas.

Después de muchos preparativos, el trayecto de Alemania a Estados Unidos inició en la madrugada del jueves 1 de agosto de ese año.

El Graf Zeppelin atravesó el oceáno Atlántico llevando a bordo a 21 pasajeros, 41 tripulantes, seis mil canarios, dos gorilas, un piano de cola y dos mil 600 kilos de carga y correspondencia.

CONTRATIEMPOS

Antes de salir desde Friedrichshafen, el capitán Eckener enfrentó algunas adversidades. La primera fue el aplazamiento del despegue por hacer “una graciosa concesión a varias mujeres” que viajarían en el dirigible, pero llegarían con retraso a la ciudad alemana.

“La urgente solicitud telegráfica hecha por la señora Pierce, que viene de Rusia en aeroplano, y de la señora Crouse, que llegará a Cherburgo y continuará su viaje rumbo a esta ciudad, fueron atendidas  por el comodoro, demostrando así que el comandante de una aeronave, al contrario de lo que sucede con el jefe de una embarcación, debe también tener en cuenta al factor mujer, lo mismo que al factor tiempo, cuando se trata de iniciar una larga travesía”, se publicó el 29 de julio.

Además, un polizón saltó al dirigible cuando éste salía del hangar, lo que no pasó a mayores ya que fue encerrado en un cuarto de control. “Este acto imprudente pudo haber tenido graves consecuencias para la nave. Mi opinión de los polizones que hacen tal cosa es que deben ser castigados son severidad”, afirmó el célebre explorador George Wilkins en un texto publicado por Excélsior el 2 de agosto, un día después de la partida.

“El desayuno se compuso de las golosinas habituales; después de él hasta el mediodía todos los pasajeros se dedicaban a escribir tarjetas postales para la valija (con correspondencia) que debemos arrojar sobre las Bermudas. Después de la comida, jugamos bridge y pasamos la tarde charlando en el salón”, relató dos días después George H. Wilkins, integrante de la tripulación.

La gigantesca aeronave, de 236 metros de largo y color plata, arribó a Nueva Jersey un domingo por la noche. “Aterrizó en Lakehurst a las 20:50 horas el Graf Zeppelin”, dice la nota principal de Excélsior del lunes 5 de agosto de 1929.

La velocidad media del dirigible fue de 100 kilómetros por hora. En esta etapa de ocho mil kilómetros enfrentó fuertes vientos y nubosidad.

“Al acercarse el zeppelin a Battery Park (NY), era escoltado por siete aeroplanos. Algunos de ellos, llenos de luces, evolucionaban en torno de él como otras tantos remolcadores alrededor de un vapor gigantesco”, dice la crónica de ese día.

LADY GRACE

Tras una breve estancia en Lakehurst para recargar combustible, el dirigible inició el viaje alrededor del mundo la madrugada del miércoles 7 del agosto. Un día después se publicó la crónica previa de Lady Grace, en la que detallaba sus expectativas.

Su segundo texto apareció el viernes 9 de agosto, pero fechado un día antes, por lo que describe los momentos posteriores a la partida.

“Eran las 12:40 am, hora normal del Este, cuando nos elevamos. Después pasamos de una sinfonía de plata al brillante resplandor de las luces de Nueva York, que nos parecían polvo de estrellas regado sobre la tierra y entre el cual destacaban los destellos de rubí, de esmeralda, de topacio, de los anuncios eléctricos”,  narró.

El domingo 11 de agosto, la nota principal de El Periódico de la Vida Nacional decía: “Aterrizó en Friedrichshafen ayer a las 13 horas el Graf Zeppelin”, destacando que la travesía le tomó 55 horas y 20 minutos, mejorando su anterior récord.

“Comparado con los barcos, llenos de inconvenientes en los que los pasajeros siempre van expuestos a marearse, y con los trenes, el dirigible color de plata viene a ser el verdadero tapete mágico del siglo XX”, afirmó Lady Grace.

Pero no todo fue felicidad, pues la escritora se lamentó que al volar sobre Francia hubo una “prohibición absoluta” de tomar fotografías.

“El zeppelin está listo”, dice el encabezado del texto publicado el 13 de agosto, y en el que la británica detalló los preparativos para hacer la travesía sobre Siberia.

“Aparte de los alimentos propiamente dichos llevaremos mucha fruta, como duraznos, peras y manzanas. En la despensa también hay grandes cantidades de salchichas, arenques en salsa, bollos, ochsenmaulsalat, que significa, literalmente, ensalada de boca de buey, quesos de Camemberg, pan negro, etc.”.

El dirigible partió a las 4:35 horas del miércoles 14 y el viernes la noticia era que estaba en Rusia.

“Huyen los campesinos rusos al ver pasar al Graf Zeppelin”, dice la nota principal de Excélsior publicada el sábado 16 de agosto.

“Hemos presenciado gigantescos incendios en los bosques, sólo conocidos por los habitantes de las grandes llanuras siberianas. Mientras tanto, y a la vista del dirigible, los aldeanos demuestran terror. Parece que creen que se trata de un monstruo celestial enviado por la cólera divina contra ellos”, relató Drummond.

Para la tarde del lunes, después de cruzar “una espantosa zona de tormenta”, el dirigible aterrizó en Tokio. “Diez mil kilómetros en 100 horas, cruzando dos continentes y el mar”, es el encabezado del martes 20 de agosto. Al otro día, la cronista destacó: “El Japón ya no es sólo un punto en el mapa, cuando menos para los que llegamos en el dirigible”.

El viernes siguiente, el zeppelin dejó Tokio rumbo a Los Ángeles, a donde llegó después de librar una tormenta que no dejó daños o pérdidas.

“Arrogante y confiado en su fuerza, el Graf Zeppelin rechazó los siniestros vientos del Pacífico y a los dioses del rayo que no quisieron esperar hasta que hubiésemos avanzado suficientemente en su inexplorado dominio para asaltarnos”, narró.

El miércoles 28 de agosto, Excélsior consignó el paso del dirigible sobre Ciudad Juárez en dirección a Lakehurst, a donde arribó un día después, sin mayor problema.

 

El dato

Seguimiento

  • Algunas planas del diario dedicadas a desplegar fotos con información sobre diversos hechos eran aprovechadas para mostrar imágenes del dirigible. También se publicaron anuncios sobre la cobertura, destacando uno del 6 de agosto de 1929, que aludía a la hazaña que se intentaría e incluía un dibujo de Julio Verne.

 

Política exterior

México fue el primero en reconocer a la URSS

Por Olimpia Ávila

La no intervención y respeto a la libre determinación de los pueblos por parte de México es una política no sólo vigente en nuestro país, sino que se ha mantenido a pesar de crisis internas y momentos convulsos.

Hace 100 años, en agosto de 1924, México se convirtió en el primer país del hemisferio occidental en reconocer a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). Con siete años de vida, Excélsior dio cuenta de ello en sus páginas, luego de las turbulentas noticias de la rebelión delahuertista y en medio de la fase de reconstrucción económica tras la Revolución Mexicana.

Después de las revoluciones de 1910 en México, y 1917, en Rusia, la simpatía por la lucha obrera y campesina fueron ejes para el restablecimiento de las relaciones entre nuestro país y la URSS.

La Revolución Rusa, que a la postre derivó en la conformación de la URSS, fue un tema al que El Periódico de la Vida Nacional dio seguimiento desde su primer número, el 18 de marzo de 1917, con su primera nota de ocho columnas: “Vientos republicanos soplan sobre el Imperio Moscovita”.

Siete años después, Excélsior publicó la disposición de México para reconocer a los soviets, acción diplomática que contribuyó a tirar el muro que las potencias mundiales tendieron alrededor del naciente Estado soviético.

“México va a reconocer a los Soviets”, se puede leer en la portada del 30 de julio de 1924. Las relaciones con Rusia estaban en suspenso desde la caída de Francisco I. Madero, en 1913.

“La Secretaría de Relaciones, obedeciendo órdenes superiores, ha declarado a los representantes del gobierno Soviet que, no correspondiendo a México calificar sobre el origen de los gobiernos y reconociendo el más amplio derecho que cada país tiene para darse el gobierno que mejor le convenga, no tiene ningún inconveniente en reanudar, en el momento que se desee, sus relaciones con la nación rusa”, indica la nota publicada en este diario.

Estanislao Petzkoesky, primer representante soviético en México y bolchevique convencido, arribó al Puerto de Veracruz el 30 de octubre de 1924. En la primera entrevista otorgada a Excélsior, destacó la grata impresión que causó el reconocimiento de la URSS por parte de México.

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