Encontrar a su hija, su lucha final

XALAPA.– Desde que desapareció Diana Paloma Pérez, su padre, Magdaleno Pérez Santes. ya no sonreía. Su semblante se volvió melancólico y su andar un paso discreto.

Cuando sus familiares y amigos se enteraron de que lo habían detenido y que, en los separos lo habían golpeado hasta causarle daños que lo llevaron a la muerte, se levantó una ola de indignación en Veracruz.

Maricel Torres Melo, líder del colectivo de búsqueda María Herrera, recordó en entrevista con Excélsior a Maleno como un hombre solidario, recto, sencillo y humilde.

Entre un grupo de mujeres que también viven la pena de no encontrar a sus seres queridos, él era indispensable y no sólo porque era la fuerza que abría huecos en el suelo para buscar fosas o el que cargaba herramientas, sino porque era el que también las sostenía cuando de repente su tristeza las hacía flaquear.

No había padre más amoroso que Maleno. Entendimos entonces porqué buscaba a Paloma, porque su vocación era ser papá”, recordó Torres Melo con la voz entrecortada durante una serie de homenajes que se hicieron después de su homicidio.

Su familia lo recuerda como una persona trabajadora. Antes de la desaparición de su hija Diana, el 22 de noviembre de 2019, Maleno hacía trabajos domésticos: limpiaba casas, podaba pasto, lavaba carros a domicilio y ya tenía una cartera de clientes, porque lo consideraban una persona honesta.

Diana era… la niña de sus ojos, su niñita, por ella luchaba y buscaba que estudiara para que saliera adelante, quería verla como una profesionista. A todo aquel que lo quería escuchar le decía que ella tenía que ser autosuficiente”, dijo Sonia, otra de sus familiares cercanas.

Pero Diana un día se subió a una camioneta colectiva que iba de Tres Cruces, en Papantla, al CBtis 78 de Poza Rica y desde entonces no volvieron a saber de ella.

Su padre día y noche la buscó. Cualquier dato que le daban, lo usaba para ir a averiguar.

Conoció a las integrantes del colectivo María Herrera y se sumó de inmediato.

Pronto entendió que, si quería buscar a Diana, su niñita, tenía que hacerlo personalmente.

Fue así que dejó actividades y todo lo que hacía para buscar a su hija. Su familia ya no fue la misma. Maleno ya no fue el mismo.

Hubo separaciones, resquebrajamientos familiares, pero poco a poco entendían que necesitaba buscar a su hija.

Injustamente, recuerda su familia, fue detenido en Poza Rica, el pasado 9 de marzo.

Maleno sólo dijo que se hizo de palabras con los policías porque lo querían revisar.

De por sí indignado porque la autoridad no apoyaba a su colectivo para las búsquedas, les cuestionó qué era lo que querían.

Los policías lo golpearon, le quitaron el poco dinero que llevaba y, su teléfono celular y lo arrestaron, así se lo dijo a la madre de Diana, cuando llegó a su casa después de permanecer en los separos de la comandancia de policía.

La mujer fue a buscar ayuda médica, pero cuando regresó ya era tarde, Maleno había muerto.

La noticia impactó a todos quienes lo conocieron, pero lo que más les dolió es que el más afectuoso de los integrantes de un colectivo en el que generalmente son las mujeres las que sobresalen porque han sido las que salen a buscar, Maleno también iba a rascar la tierra, a poner lonas con los rostros de los ausentes, a pegar anuncios y a gritar en las marchas, por Diana y por todos los desaparecidos, reconocieron las activistas.

Dos policías municipales, Edgar Jesús “N” y Yordanka Janeth “N”, fueron detenidos y están en prisión por el homicidio de Maleno.

Los registros de la detención de Maleno sólo indican que fue por “alterar el orden”, pero no por un delito.

Entre la familia y los integrantes del Colectivo María Herrera todavía hay temor por lo que desató la muerte de Maleno: las detenciones de los policías podrían ser motivo de venganzas.

Hay una callada indignación. Han salido a manifestar su tristeza y coraje, pero saben que ya son dos sus integrantes que han sido agredidos y por ello se mantienen con un perfil muy bajo. “No sabemos si en algún momento esto cambie, pero en este momento policías y delincuentes casi son lo mismo”, aseguraron.

 Cuando mencionamos que pretendíamos recordarlo como un homenaje del Día del Padre, sus cercanos primero dudaron porque sabían que Maleno era muy discreto, pero una voz nos pidió que de él sólo se dijera que “era un súper papá que no se rindió”.

En Veracruz las desapariciones son una problemática que afecta constantemente a la población, como Maleno existen cientos de familiares de personas no localizadas que piden día con día ayuda para encontrarlos.

En marzo pasado, la Comisión Estatal de Búsqueda (CEB) reportó la desaparición de 106 personas en Veracruz.

No obstante, según el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas de la Secretaría de Gobernación (Segob), la cifra reportada por el Estado era significativamente menor, pues eran 44.

Es por esto por lo que colectivos de búsqueda han exigido constantemente atención a las víctimas y apoyo a las y los buscadores, que como Maleno, lo único que buscan es a sus seres queridos.

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