“El 68 se superó con tolerancia ideológica”

Como parte de “la generación herida”, el abogado Romero Apis saludó el “desagravio” del gobierno

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José Elías Romero Apis, columnista de Excélsior.

El 2 de octubre de 1968 José Elías Romero Apis iniciaba su carrera como estudiante de derecho en la UNAM. “Yo soy de la generación herida y ya somos muy poquitos”, dijo el abogado y saludó el “desagravio” de ayer del gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum a la matanza de Tlatelolco hace 56 años.

Romero Apis dijo que la disculpa del gobierno federal, hecha a través de la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, “tiene un valor en cierto sentido; no vale como disculpa; mi generación no pide disculpa sobre un hecho que los mexicanos ya cicatrizamos y que no es necesario volver a resaltar”.

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Hace 56 años el abogado constitucionalista fue un testigo de los hechos: vivió un episodio con cierta descarga de adrenalina, cuando en una razzia de policías a bordo de una julia lo llevó a la cárcel junto con un amigo, acusados de ser “comunistas”, cuando caminaban por el centro de la Ciudad de México.

Yo, como miembro de la UNAM, como su maestro en activo, creo que esas cuestiones están en el pasado”.

RESPETO POR BARRIOS SIERRA Y GARCÍA BARRAGÁN

Romero Apis, editorialista decano de Excélsior, comentó que, de los protagonistas del 68, él tiene particular respeto por dos hombres: el rector José Barros Sierra y el secretario general Marcelino García Barragán. “No es una contradicción. Ambos se portaron a la altura. Uno no se movió hasta tener la orden presidencial y el otro salió a las calles. Fue un problema de engaño al Presidente y las instituciones que la pagaron fueron la UNAM y el Ejército”.

Romero Apis, abogado mexiquense que dentro de la procuración de justicia hizo una carrera en la administración pública, de la cual está retirado, llegó a ser subprocurador de la desaparecida Procuraduría General de la República, dijo: “Afortunadamente México logró superar ese capítulo de la historia, no solamente de una manera de disculpa, sino con un México más tolerante, más apegado a la Constitución, a las leyes, a la apertura ideológica y a la posibilidad de expresar y manifestar nuestras divergencias con el poder público”.

Excélsior ayudó en mucho a cambiar las cosas con su primera plana del 3 de octubre de 1968, con el cartón editorial de Abel Quezada, porque sucedió lo siguiente: el gobierno de Díaz Ordaz había dado la instrucción a la entonces prensa muy dócil de que los hechos de Tlatelolco se minimizaran, que no tuvieran ninguna exaltación. Excélsior desobedeció, por fortuna, y eso es histórico en la vida y la historia de la libertad de expresión de México. Los hechos se publicaron en primera plana. Fue la noticia principal de Excélsior del 3 de octubre de 1968”.

ORDAZ QUISO CLAUSURAR EXCÉLSIOR

Eso sacó de sus casillas al entonces presidente Díaz Ordaz. “Montó en cólera, lo cual era entendible dado su temperamento y su primera reacción fue clausurar el Periódico de la Vida Nacional y quizá tomar represalias de prisión o de otra naturaleza contra los directivos de nuestra casa”, supo Romero Apis.

El abogado estima que, de no haber sido México anfitrión de los Juegos Olímpicos —faltaban 9 días para la inauguración— y estando frescos los recueros del Mayo Francés o la Primavera de Praga y las manifestaciones antirracistas y antibelicistas en Washington, el gobierno de Díaz Ordaz hubiera cargado con Excélsior.

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*mcam