ALF Beauty despidió a empleados con engaños y amenazas tras su quiebra

ALF Beauty no solo defraudó a sus clientas, sino también a sus empleados. A través de una serie de engaños y manipulaciones, la empresa se encargó de despedir a su equipo sin previo aviso ni compensaciones justas, utilizando pretextos y amedrentamientos para forzar a los trabajadores a aceptar una liquidación mínima. Los empleados afectados compartieron cómo fueron víctimas de una táctica cuidadosamente planeada para desmantelar la empresa sin generar sospechas inmediatas.

Todo comenzó el 13 de septiembre de 2024, cuando ALF Beauty envió un comunicado a sus colaboradores informando que el sistema de citas utilizado por la empresa, llamado Flowww, había experimentado una caída, lo que supuestamente impediría que las sucursales operaran con normalidad del 14 al 16 de septiembre. El comunicado invitaba a los empleados a "disfrutar del descanso" y aseguraba que las actividades se reanudarían el 17 de septiembre.

Clientes defraudados de ALF Beauty se organizan para demanda colectiva

El 14 de septiembre, la empresa envió otro mensaje notificando que el pago de la quincena, originalmente programado para ese día, se retrasaría hasta el 17 de septiembre. Este mensaje intentó calmar la creciente preocupación de los empleados sobre sus sueldos, asegurándoles que no había motivo para alarmarse. Juan Carlos Cruz Cabrera, director general de ALF Beauty, envió un mensaje de voz a las trabajadoras diciendo:

“Chicas, tranquilas, no está pasando nada. Vamos a pagar la nómina, no se preocupen. Tomen el sábado para descansar, disfruten a sus familias. Nos vemos el martes, todo estará bien.”

Juan Carlos Cruz Cabrera, director general de ALF Beauty, se presentaba como un especialista en estrategias comerciales, presupuestos, finanzas y operaciones diarias, con experiencia en la gestión integral del personal. En su perfil profesional, destacaba que su responsabilidad principal era asegurar la rentabilidad y el desarrollo continuo de la empresa, impulsando iniciativas de marketing y garantizando el cumplimiento normativo. Además, mencionaba mantener relaciones sólidas con proveedores clave y dirigir el crecimiento del negocio hacia un modelo de autosustentabilidad, todo ello, según sus propias palabras, para garantizar el éxito sostenible de la empresa.

La falsa reunión del 17 de septiembre

El 17 de septiembre, las empleadas fueron citadas en el World Trade Center a partir de las 9:30 am para la supuesta entrega de materiales y herramientas de trabajo. Sin embargo, al llegar, se encontraron con una realidad muy distinta. En lugar de recibir equipo, fueron informadas de que la empresa estaba en quiebra y que la relación laboral terminaba de manera inmediata. En palabras de una de las trabajadoras afectadas:

“Nos citaron para decirnos que la empresa había quebrado y que querían terminar la relación laboral con nosotras. Nos ofrecieron una liquidación mínima, diciendo que si no aceptábamos, no recibiríamos nada porque la empresa iba a desaparecer.”

Desaparece ALF Beauty, dejando a clientes y empleados en el abandono

Los empleados fueron presionados a firmar la liquidación bajo amenazas. Dos abogados presentes en la reunión intimidaron al personal, advirtiendo que si no aceptaban lo que se les ofrecía en ese momento, podrían enfrentarse a años de litigio sin recibir ninguna compensación. “De más de 50 personas que inicialmente no querían firmar, más de 40 terminaron aceptando por la intimidación y la necesidad de dinero para sobrevivir”, relató una de las trabajadoras.

La realidad detrás del cierre

Según el abogado de la empresa, Kevin Pavón, la razón del cierre se debía a un juicio civil importante y cuentas bloqueadas, lo que imposibilitaba que ALF Beauty continuara operando. A los empleados se les ofreció una compensación mínima, con la advertencia de que la empresa no tenía recursos para pagar más.

El nombre del presidente de GRUPO GA, empresa matriz de ALF Beauty, es José Andrés Anduaga Pérez, quien también está al frente de otras empresas como GMI Medicina Integral, Doctor Salud, Universidad de Querétaro, y Clínicas Cress. Sin embargo, en este proceso, el responsable directo que lideró el desmantelamiento de ALF Beauty fue Juan Carlos Cruz Cabrera, quien fungía como director general.

Amenazas y manipulación

La forma en que se manejó la situación con los empleados revela una serie de estrategias de presión para evitar mayores reclamaciones legales. Los abogados de la empresa les aseguraron que si no firmaban, sus casos se sumarían a las decenas de demandas que la empresa ya enfrentaba, y que, en el mejor de los casos, su compensación tardaría años en resolverse, con la posibilidad de recibir aún menos.

La mayoría de las empleadas que asistieron a la cita terminaron firmando los acuerdos de terminación, a pesar de que el monto ofrecido estaba muy por debajo de lo que legalmente les correspondía. Muchas de ellas, al ser el sustento de sus hogares, no pudieron arriesgarse a quedarse sin ingresos por un periodo prolongado.

El caso de ALF Beauty no solo ha dejado a decenas de clientas con deudas por servicios no prestados, sino también a sus empleados sin el pago justo por su trabajo. Lo que comenzó con promesas de normalidad y descanso se transformó rápidamente en una maniobra para desmantelar la empresa y deshacerse de su personal sin cumplir con las obligaciones legales.

Este caso se suma a la creciente lista de empresas que, bajo el amparo de tácticas engañosas, cierran sus operaciones en México dejando a empleados y clientes en situaciones vulnerables. Mientras tanto, las denuncias contra ALF Beauty y su matriz, Grupo GA, continúan creciendo, y es probable que este sea solo el comienzo de un proceso legal que podría prolongarse por meses o incluso años.